Capítulo 23

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V: Me estás asustando Rafa ¿Que pasa?

R: Mira Vale, no te dije esto ayer por qué no me pareció adecuado pero yo no te puedo ocultar nada -tomandole la mano- ayer Ximena me fue a ver a la oficina, me empezó a decir muchas cosas y entre ellas me propuso que tuviéramos algo

V: Es increíble, cada día me sorprende más

R: No quiero que creas que te lo digo para que tengas una imagen distinta de ella simplemente te lo digo por que en algún momento te lo podía mencionar y no quiero quiero que desconfies de mi

V: Rafa, ¿Cómo voy a desconfiar de ti si no me has dado motivos? Al contrario, me has dejado entrar a tu vida, a tu corazón sin nada a cambio, puedo sentir que eres un hombre sincero, que me quiere y no sabes lo mucho que te lo agradezco -sonriendo-

R: Gracias Vale -sonriendole- de todas maneras creo que lo mejor es que ustedes arreglen sus diferencias, se lo que te duele lo que pasa con ella y si es necesario que yo me aleje de ti lo haré, solo quiero que tú seas feliz

V: No Rafa, si quieres que sea feliz quédate a mi lado, lo que pase entre Ximena y yo es independiente a nuestra relación, habíamos quedado en luchar y eso es lo que quiero hacer, aparte Ximena se fue de viaje un par de semanas así que somos libres -dandole un beso- aprovechando que viniste vamos a desayunar -sonriendole-

El acepto la propuesta de Valentina y desayunaron juntos, cuando estaban solos el aire se impregnada de dulzura y amor, si amor por qué aunque ninguno de los dos estaba listo para aceptarlo esa llama que yacía desde el centro de su corazón cada que se veían era amor, mientras comían las miradas se regalaban complicidad, platicaban un poco y las carcajadas inundaban ese departamento, parecía que todo fluía a la perfección entre ellos aunque no sabían sí sería para siempre.

Cuando terminaron de desayunar se fueron a la empresa, al llegar entraron tomados de la mano, aunque las miradas no faltaron ellos no estaban dispuestos a ocultar lo de ellos, entraron cada uno a su respectiva oficina no sin antes darse un beso, el día laboral comenzó, ya era costumbre que hubiera mucho trabajo, afortunadamente las empresas los estaban buscando para encargarles los focus sobre sus productos así que el trabajo estaba aumentando, Valentina tenía a cargo 2 puestos ya que el puesto de presidenta no demandaba mucho mientras que el de vicepresidente si, además que después de tantos años siendo vicepresidenta general de la empresa sabía perfectamente que hacer, después de un tiempo no tan largo pero muy pesado por fin se sentía en paz, no sabía quién o que había causado esto pero quería creer que su paz era Rafael. Ella estaba concentrada cuando una llamada la interrumpió

S: Licenciada, un caballero la busca, dice que usted lo conoce desde hace tiempo pero no me quizo decir su nombre, es una sorpresa

V; Okay, hazlo pasar por favor

S: Enseguida -colgando-

No pasaron más de 3 minutos y ya alguien estaba tocando a su puerta, ella lo hizo pasar y cuando vio quién era se asombro un poco

V: ¿Que quieres Ariel? -parandose de su silla-

Av: Te dije que no te desarias tan fácil de mi, ya te pedí perdón aunque no tuve porque hacerlo, por una vez en tu vida deja de hacerte la víctima y piensa bien, tu sabes que soy lo mejor que te a pasado y eres afortunada en qué hoy te esté haciendo caso, cualquier otra en tu lugar se sentiría afortunada

V: Pues vete con las otras, yo no te quiero en mi vida, si tuvieras un poco de empatía te darías cuenta de todos los errores que cometiste y cuántas personas lastimaste por solo buscar tu bienestar, en mi vida pienso regresar con alguien como tú ni siquiera sé cómo me pude enamorar de alguien así

A: -tomandole por la cintura- tú y yo sabemos perfectamente bien porque lo hiciste

Antes de que ella pudiera hacer algo el la beso, Valentina trato de separarse pero no pudo, por más que trataba de forsejear el la sometía, el la recostó en el sillón dejando caer su peso sobre ella, las lágrimas empezaban a brotar y justo cuando sentía que no tenía caso llegó Rafael

R: Mi amor vi... ¿Que te pasa imbecil? - quitándolo de encima de ella- ¿Cómo te atreves a tocarla? -dandole un golpe-

Av: ¿Por qué me tocas estupido? Tu no eres nadie, si yo la quiero tocar lo hago, deja de meterte y déjame hacerla mía

R: Deja de decir estupideces y mejor lárgate si no quieres que te dé otro golpe

Av: Está bien, ni creas que te salvas de mi Valentina, tu serás mía o de nadie -llendose-

Cuando el salió Rafael abrazo a Valentina y ella no hizo más que llorar en su pecho, en unos minutos más ella se tranquilizó

R: ¿Estás bien? ¿No te hizo nada ese inbecil?

V: Estoy bien, pensé que el iba a lograr lo que quería

R: Tranquila, el no te hará nada, yo estaré para cuidarte -dandole un beso en la frente- ¿Lo conoces?

V: Si, fue mi primer novio pero como siempre me dejó, nunca supe por qué aunque creo saber la razón, además no es la primera vez que trata de tener relaciones conmigo sin que yo quiera, siempre me humilló enfrente de las personas, llegó a decir cosas sin mi consentimiento, como siempre fui una estúpida que se dejó envolver

R: No, simplemente se aprovechó de tu nobleza y tu capacidad de amar, ya no vas a sufrir por nadie, tu te mereces el mundo entero y trataré de dártelo -dandole un beso-

V; Eres increíble -sonriendole- gracias pero creo que esto lo tengo que resolver yo, si yo quiero que el me deje en paz tengo que hacerle ver qué ya no soy la mujer que envolvió, se que va a regresar y cuando eso pase yo estaré aquí dispuesta a enfrentarlo

R: Está bien, yo voy a respetar tus decisiones pero siempre voy a estar para ti -sonriendo-

Después de eso la tarde paso con total normalidad, cuando llegó la noche Rafael se quería quedar con Valentina pero un imprevisto lo obligó a no hacerlo, Valentina se fue a su casa y quedó profundamente dormida momento exacto para que Angélica apareciera, se arregló rápidamente, en esa ocasión se vistió algo más discreto, arregló lo que necesitaba, antes reviso la tarjeta que le dejo Ariel y salió a su rumbo, cerca de una hora después estaba frente a una casa, para su fortuna estaba la puerta abierta, entro y busco a su siguiente víctima cuando lo encontró el se quedó viéndola

Av: Pensé que no me querías volver a ver

A: te equivocas, no sabes lo mucho que me gustó lo que hicimos en la oficina -acercandose a el-

Av: ¿En serio? Ahí no parecías decir lo mismo

A: Por qué llegó en estupido de mi pareja, tu sabes que uno tiene que mantener una imagen, tú me lo enseñaste cariño

Av: Valla que aprendiste preciosa -besandola-

El la quiera desnudar pero ella no se lo permitió, le dijo que le sirviera una copa, el se acercó a servirla cuando ella puso en marcha su plan ....

Continuará

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora