Capitulo 12

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Valentina se quedo sola y empezó a trabajar, todo el día estuvo trabajando hasta que se llego la hora de ir a la casa de Camilo, salió de la oficina y en el camino puso música para tratar de relajarse aunque esta no dio el resultado que ella quería, en un rato mas estaba en la que era la casa de Camilo, el abogado le había dicho que podría vivir allí si ella lo deseaba al igual que ocupar las distintas propiedades de el, Valentina todavía no tomaba una decisión, ¿seria lo correcto hacer una vida con todo lo de Camilo?.

Mil y un pensamientos pasaban por su cabeza al momento de abrir la puerta además de los recuerdos que albergaba las paredes de aquella casa, esta era bastante grande y tenía numerosas habitaciones, todavía quedaba algunas cintas que habían dejado los oficiales pues ese fue el lugar donde murió Camilo. Valentina se armó de valor y empezó a caminar por la casa, de pronto sintió una sensación extraña, al cerrar los ojos para tranquilizarse vio una especie de recuerdo de algo que ella no había vivido, o al menos eso creía ella.

Estuvo revisando toda la parte baja de la casa, cuando estaba en la Sala encontró una de las fotos que tenían juntos, en este se estaban dando un beso con un atardecer atrás, agarro este cuadro y se sentó en la sala

V: Ay Camilo, ni siquiera se porque te amo tanto, después de todo supe que no me amabas y me dolió pero no se compara al dolor que sentí el día que te fuiste, de alguna manera te llevaste una parte de mi, sabias que te amaba, que te amo más que a mi misma y yo se que al menos en algún momento tu también me amaste, te prometo que cuidare de tu empresa pues se lo que te costo llegar hasta donde estas, de todo corazón tienes mi perdón, no tengo resentimientos y siempre te recordare como el hombre que me enseñó a amar.

Valentina no puso seguir pues las lágrimas la invadieron pero se había desahogado aunque sea un poco, se sentía muy cansada emocionalmente pues aunque trataba de estar bien en el fondo estaba destrozada, sin fuerzas para entrar al cuarto de el decidió irse a su casa, antes de salir la misma sensación de aquel extraño recuerdo regreso provocando que saliera lo más rápido posible de ahí, tomó su auto y se dirigió a su departamento, cuando llegó estuvo dándole vueltas al asunto hasta que se quedó dormida, como era de esperarse un par de horas después Angelica hizo presencia, se arregló y salió a uno de los bares que había visitado, al entrar se dio cuenta que no había nadie conocido aunque varios hombres la miraron con cierto deseo, esta vez se sentó en una mesa alta donde lucía extremadamente bella, poco después llego un hombre para acompañarla

¿? : La noche de hoy es preciosa, auque puedo asegurar que ni si quiera la belleza del cielo que nos cubre se compara a la tuya

A: -Seria- Gracias

¿?: Mi nombre es Ernesto, un gusto conocerte -besando su mano-

A: Angélica

E: Mucho gusto nuevamente Angélica, déjame decirte que eres una mujer preciosa -sonriendole- déjame invitarte algo

A: Gracias pero puedo pagármelo sola

E: Eso no lo dudo, solo quisiera disfrutar de tu bella compañía un rato

A: Esta bien -seria-

El pidio algo para los dos mientras trataba de hacerle plática a Angélica

E: ¿Vienes mucho a este lugar?

A: No, no suelo repetir mucho los lugares

E: Comprendo -sonriendo- ¿y en donde trabajas?

A: Eso es algo que no te debe de interesar, eres un desconocido -saliendo-

Ernesto salio tras de ella mientras que en el camino de angelica se encontro con Jaime en la entrada, en eso Erneso la alcanzo, el la tomo de la cintura y ella aprovecho y le dio un beso

A: Te veo mañana guapo -sonriendole-

E: Con todo gusto hermosa -dándole un beso en la mano-

Ernesto se fue y Jaime llevó a angelica fuera del bar

J: ¿Que hacía ese hombre contigo?

A: A ti no te interesa

J: Claro que me interesa, yo quiero que seas mia

A; No me hagas reír, yo no soy ni seré de nadie, además ¿estas soltero?

J; No pero esa mujer no es impedimento

A: De eso me encargo yo -susurrando- luego hablamos de eso, si es que nos volvemos a encontrar -llendose-

J: claro que nos encontraremos -tratando de dándole un beso-

A: -volteando la cara- ya veremos -llendose-

J: Adiós preciosa

Angelica salió del bar hacia su casa, aunque esa noche no salió como esperaba sabía que las próximas serían bastante interesantes...

Llegó a su departamento, tomó un baño y se metio en la cama y así llegó un nuevo día a la ciudad, Valentina se despertó y en seguida hizo su rutina para irse a la empresa, ese día eligió un pantalón de vestir en color gris ajustado a las piernas y una blusa color rosa palo con un escote bastante bonito, se dejó su cabello suelto y se maquillo como de costumbre, se veía más hermosa que de costumbre. Luego de estar lista tomó sus cosas y salió a su destino, cuando llegó a su oficina nuevamente encontró una rosa en su escritorio, esta vez con un chocolate a su lado, ella tomó la rosa y la puso en agua, el chocolate lo guardo en el escritorio y empezó a hacer las cosas pendientes, luego de un rato una de las secretarias entró a revisar algunas cosas y estuvieron en eso un par de horas, en cuanto salió la secretaria alguien llamó a su puerta

V: Adelante

R: ¡Hola Vale! -sonriendole- venía a ver si necesitas algo

V: Ahorita no Rafa, muchas gracias

R: Okay, también venía a hacerte una invitación a cenar ya que la otra vez nos la pasamos muy bien y me encantaría conocerte más

V: ...

Continuará

Las dos caras de una sola mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora