Las dos caras de una sola mujer

Capítulo 37

El dia paso y ellos decidieron quedarse juntos, en la tarde noche Rafael estaba haciendo de cenar cuando tocaron la puerta

V: Yo abro -ella camino para abrir la puerta-

X: Vale -abrazandola- que bueno que te encuentro, la verdad hiciste bien en terminar con Rafael, no es posible que el este dudando de ti, el no es hombre para ti porque ..

R: Gracias por los buenos deseos Ximena -tomando a Vale por la cintura- 

X: Perdón Rafael, no sabía que estabas aquí aunque de todas maneras no dije nada que no fuera verdad

R: Creo que tienes razón Ximena, yo no me la merezco por qué ella es única, lástima que tú no hayas sacado eso -enojado-

V: Mejor mañana hablamos ¿Si?

X: Está bien Vale -saliendo-

V: Perdón Rafa, yo no sabía lo que me iba a decir, ni siquiera había hablado con ella

R: Lo se guapa, yo fui el que la busco para encontrar respuestas pero sin su ayuda las encontré -sonriendole- no puedo vivir sin ti, sin tu amor y esa es la única verdad que yo necesitaba saber

Rafael posó sus manos en su espalda baja para atraerla más a su cuerpo, ella acariciaba el cabello de Rafael, de un movimiento ágil el la cargo e hizo que ella envolvieran sus piernas en su cintura, él la llevó a la pequeña barra que había en la cocina y la recargo en esta, poco a poco las caricias iban haciendo acto de presencia, él estaba besándole el cuello mientras acariciaba su trasero cuando Valentina se percató del olor a quemado que venía de la cocina

V: Mi amor... amor.. Rafael!

R: ¿Que pasa?

V: ¡Se está quemando la estufa! -bajándose de la barra-

Valentina apagó rápidamente el sartén que ya se estaba empezando a incendiar, cuando estuvo apagado Rafael la volteo a ver y los dos soltaron una carcajada

R: Ya vez guapa, juntos somos fuego -acercándose a ella-

V: Ajá si -riendo- y por eso casi me quedo sin departamento

R: Eso no es problema, siempre tendrás un lugar donde quedarte -sonriendole- ahora ¿Que quieres que pidamos para cenar?

V: No se, ¿Cómo que se te ocurre a ti?

R: ¡Pizza! ¿Te parece?

V: Está bien -sonriendole-

R: Sabes que, pizza no, quiero cenar otra cosa

V: ¿Qué quieres cenar?

R: Quiero cenarte a ti -besándola-

Rafael empezó besándola mientras la volvía a subir en la barra, el empezó a besarle el cuello mientras ella le acariciaba la espalda

R: Me fascinas Valentina -sonriendole-

V: Y tú a mi -sonriendole-

Valentina se bajó de la barra y le tomo la mano para llevarlo a su habitación, en medio del trayecto Rafael iba depositando besos en el cuello de ella, cuando llegaron Valentina le quitó la camisa que el llevaba puesta, el se sentó en la cama y la sentó en sus piernas haciendo que ella sintiera la ya evidente erección de él, Valentina lo beso dando algunos mordiscos  en los hombros de el dejando algunas marcas rojas en su cuerpo, el la hizo levantar las manos para poder sacarle la blusa de la pijama dejando a su vista su pecho adornado con un brasiere de encaje negro, valentina le quitó la camisa y empezó a recorrer su pecho con besos mientras él seguía extasiado por las sensaciones que le provocaba el toque de aquella hermosa mujer, la cual tenia a su disposicion, ella de pronto empezó a ser jugueteos hábiles en su miembro haciendo que su excitación aumentara, los juegos se volvieron más intensos, Rafael cambio de posición con Valentina y empezó a hacer magia con sus dedos en su interior provocando que los gemidos de Valentina empezarán a inundar la habitacion, Rafael quitó por completo la ropa de Valentina, ella se enderezó y le quitó el pantalón a el, después el la cargo y la recostó bien en la cama, se hizo espacio entre sus piernas para de una embestida concisa hacerse uno solos, el acataba las indicaciones de su amada, cambiaron varias veces de posición hasta que estaban a punto de llegar al clímax, el bajo la intensidad de sus embestidas haciendo que los dos estuvieran en un tortuoso placer, Valentina tenía sus manos en la espalda de el donde se podían observar algunos araños muestra del placer que el le producía, a orden de su amada Rafael aumento la velocidad de las embestidas hasta que un gemido conjunto albergo toda la habitación como muestra de que los dos habían llegado a la máxima potencia del placer, luego de varias embestidas más Rafael se dejó caer al lado de Valentina a lo que ella rápidamente se recostó en su pecho

R: Cuando estoy contigo toco el cielo  -besándola-  eres la mujer con la que quiero estar toda mi vida 

V: Y así va a ser -dándole un beso- 

Asi despues de esa noche de amor durmieron hasta que la mañana llego, ese dia Valentina tenía cita con la psiquiatra y ahí iban a empezar a destapar la verdad...

Continuará..