10. Ámbar

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Por si los últimos incidentes no bastasen para posicionar aquella como una de las semanas más duras desde su regreso a Sansnom, la aparición de la casera del edificio en su puerta a primera hora de la mañana del domingo fue la cereza del pastel.

Daniel tenía el alta en el hospital, así que Charis se había levantado muy temprano para estar lista pronto. Los golpes en la puerta la sorprendieron en la tarea de doblar la chaqueta limpia Jesse, que había lavado el día anterior para poder devolvérsela hoy.

Abrió confiada, segura de que no podía ser Mason, cuando solo había estado allí el día antes de ayer.

—Buenos días —saludó al encontrarse del otro lado a la señora Morrison. Pero hubo de borrar de inmediato la sonrisa, pues las risueñas facciones de la casera estaban torcidas por una mueca seria.

—Buen día —le dijo escuetamente—. ¿Podemos hablar?

—Estaba por salir ahora mismo.

—Seré breve, señorita Cooper. —Inhaló un profundo aliento antes de hablar, como si le costara—. Solo he venido a decirle que he recibido varias quejas respecto a lo que pasó la otra noche. —Charis apretó los labios, y ella continuó—. Quejas a las cuales no puedo hacer oídos sordos, por mucho que estime a Daniel y que usted sea su amiga.

Charis sintió una corriente helada bajar por su columna.

Fue ilusa al creer que el que su hermano se pusiera a aporrear las verjas del edificio a las dos de la madrugada, ebrio y gritando su nombre, no traería ninguna consecuencia. Pero, honestamente, transcurridos dos días desde el incidente sin que la señora Morrison lo mencionase había alimentado sus esperanzas de que podía salir librada. Era evidente que no.

Camino al hospital, Charis ni siquiera se molestó en encender el estéreo

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Camino al hospital, Charis ni siquiera se molestó en encender el estéreo. Sus pensamientos ya eran lo bastante ruidosos. Pensó que se metería en mayores problemas con la señora Morrison y que se encontraría esa misma tarde haciendo maletas, pero la casera fue justa. Se conformó con darle una advertencia, y Charis le prometió que no se volvería a repetir. Desde luego, junto con una sentida disculpa.

Monochrome | TRILOGÍA COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora