The love not always is easy - Zayn Malik y tu (NOVELA GAY)

CAPITULO 5 : Celos

La puerta se cerró tras el morocho dejando a ___ totalmente confundido. ¿Qué rayos había sido todo eso? Sus pies se deslizaron mecánicamente hasta el sillón, donde Niall lo miraba preocupado.
- ¿Quién era? – le preguntó. ___ no contestó. – ___…¿Estás bien?
El castaño no apartaba su vista del suelo. En verdad quería creer las palabras de Zayn, pero una parte de su mente solo le decía que el morocho mentía. Que el morocho le había dicho eso para que estuviera dispuesto para él siempre que Sebastian no estuviera cerca.
Sintió una cálida mano sobre su hombro que lo trajo a la realidad.
- Los siento Niall, yo sí…. Estoy bien. – tartamudeo.
- El rubio se removió algo incomodó en el sillón.
- Emm.. yo… creo que es mejor que me vaya ___.
El joven de porcelana solo asintió, y no se levantó ni siquiera para saludar a su amigo. En cuanto Niall se hubo ido subió las escaleras corriendo y se acostó en su cama.
«No soy tu juguete Anderson. Puedes tirarte a todos los que quieras, pero no juegues conmigo».
Las lágrimas caían ligeramente por su rostro, y pronto el sueño lo invadió.
- Hey, - sintió que lo zamarreaban ligeramente – ___.
El Castaño abrió los ojos encontrándose con su gigantesco hermano a su lado.
- ¿Qué sucede Finn? – no tenía ganas de hablar con nadie.
- Quería saber si nos puedes acompañar a mí y a Rachel a comprarle un regalo a su prima, que cumple años.- ___ suspiró y se incorporó. – ¿Te sientes bien amigo?
- Si, y ya te dije que no me llames así. – le contestó cortante. - ¿Cuándo quieren ir?
- Ahora.
- ¿No es un poco tarde?
- La fiesta es mañana, y Rachel invitó a todo el club Glee, hace unas horas. Así que es una salida de emergencia.
- Ok, voy._________________________________________
Zayn salió de la casa de ___ apretando los puños. Y luego le decía a él que se revolcaba con Sebastian, cuando no había perdido el tiempo y ya tenía a un musculoso joven, de su edad, atractivo y sudado en su sillón.
Se subió a su Impala y condujo hasta su casa. No tenía ganas de cruzarse con Cooper y mucho menos con Santana. En cuanto llegó, se bajó del auto y abrió la puerta. El recibidor estaba en completo desastre, había ropa, cajas de pizzas vacías, y papeles tirados por el piso. El morocho gruño, y se recordó mentalmente sacarle las llaves de su casa a sus compañeros de banda, si quería poder dormir en un colchón sin manchas extrañas, cortesía de los tórtolos de Harry y Louis (a veces se estremecía al pensar qué diablos habían hecho sobre su cama), o comer en una mesa con cuatro patas y no dos y media, como había terminado con la última pelea de Wes y Thad.
Se acostó en el sillón, parándose antes para tirar un par de hojas, un par de camisas y dos pantalones, que claramente no eran de él. Cerró los ojos, y trató de quedarse dormido, pero solo veía un par de ojos azules brillosos, seguidos por dos faros grises con las pupilas dilatadas de deseo, y por último dos orbes color verde marino rebosante de lágrimas.
El pecho se le encogió de dolor. Él era el culpable de esas lágrimas.
- ¡Dios! ¿POR QUÉ NO PUEDO SACARTE DE MI CABEZA? – le gritó al techo.
Cerró los ojos otra vez, pero los abrió de inmediato al escuchar golpes en el piso superior. Frunció el ceño, y caminó hasta su habitación, en cuanto abrió la puerta, puso los ojos como platos.
- Harry… - jadeaba un completamente desnudo Louis.
El lasio estaba sobre el rulos que se agarraba a la espalda del otro, mientras Harry se movía sobre él.
- Te amo Louis….Te quiero… eres mi vida… - le susurraba el otro al oído. – voy a necesitar una gran ducha helada para enfriarme…
- Y yo voy a necesitar un psicólogo para sacarme esta imagen de la mente – se rió Zayn.
Los dos jóvenes se sobresaltaron, y lo miraron con el rostro rojo como un tomate.
- ¿Qué rayos haces aquí? – le gritó Harry.
- ¿Qué hago en mi casa? No lo sé, tal vez tratar de dormirme para olvidarme de un ángel.
- ¿Te drogaste? – preguntó Louis. Zayn sonrió.
- Sí, con su perfume.
«Ok, ¿yo dije eso? En verdad estoy mal».
- ¿Podrías al menos dejar de mirarnos? – le replicó el lasio.
- No te preocupes no es como si verlos fuera una gran diversión. – se encogió de hombros, y se volteó para irse - no hagan tanto ruido, y Harry por favor bájale el ritmo porque vas a matar a tu novio, o romper la cama.
Se fue antes de que la situación se volviera más incómoda. Al menos ese par le lograron sacar una sonrisa.
Se acostó en el sillón, agarró unas hojas en blanco y comenzó a escribir.