The love not always is easy - Zayn Malik y tu (NOVELA GAY)

Capitulo 27 Parte 2

  5:00 A.M.
El morocho acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja del castaño. ___ cerró los ojos, y suspiró. Ambos estaban cansados física y emocionalmente. No podían dormir, y se limitaban a acariciarse con lentitud, y a secarse mutuamente las lágrimas.
- Tu padre estará preocupado. – susurró Zayn con la voz ronca debido al desuso. El castaño abrió los ojos y asintió con lentitud. El morocho acarició su pálida mejilla, antes de depositar un suave beso sobre esta. - ¿Quieres que te lleve a casa?
- Estoy en casa. – El tono tan sincero hizo que sus comisuras se levantaran ligeramente.
- Lo sé.
___ tomó su rostro y unió delicadamente sus labios, moviéndolos lentamente y con cuidado. Zayn suspiró y el menor se alejó con los ojos vidriosos.
- Pero creo que debería ir.
Zayn le prestó una remera, ya que la del castaño estaba algo húmeda por sus lágrimas. ___ se vistió con lentitud, exprimiendo cada segundo que se podía quedar en el departamento, hasta que con un suspiro derrotado ambos se dirigieron al Impala.
El corto camino hacia su casa pasó en silencio. En cuanto el auto estacionó en la puerta, está se abrió y el padre del menor permaneció en el umbral viéndolos a ambos. ___ soltó un suspiro y se dispuso a bajar del auto, pero Zayn fue más rápido y logró bajar primero, y abrirle la puerta desde afuera. ___ le sonrió levemente, y lo abrazó con fuerza. El morocho escondió el rostro es su cuello, mientras aspiraba el aroma a coco y vainilla del menor.
- Nos vemos pronto, amor. – le susurró en el oído.
___ asintió y le dio un beso en los labios. Caminó con la cabeza gacha hasta la casa, y escuchó como el auto aceleraba y desaparecía por una de las esquinas. Llegó a la puerta y levantó la vista. Su padre tenía cara preocupada, y triste. El hombre abrió la boca para hablar pero ___ levantó una mano para callarlo.
- Por favor... ahora no. Solo quiero dormir. – le pidió, sintiendo como las lágrimas volvían a llenar sus ojos.
Pasó por al lado de su padre y se dirigió directamente a su habitación. Las piernas le fallaron, y se tuvo que sentar en los escalones y respirar profundamente para calmarse. Se llevó las rodillas al pecho y escondió su rostro entre ellas. Todo su cuerpo temblaba. Se aferró a la remera de Zayn como si esta fuera su salvavidas, se abrazó a sí mismo, mientras el olor del morocho lo llenaba y lo calmaba lo suficiente para ponerse en pie y caminar hasta la cama.
El castaño se tapó hasta la cabeza, sin más ropa que un bóxer. Y no importa cuántas lágrimas había derramado en casa de Zayn, volvió a llorar. Lloró hasta que la luz del día y el peso del sueño lo envolvieron, haciendo que la negrura le nublara los sentidos y lo dejara salir de la pesadilla en la que se había tornado su realidad.

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19:00 P.M. Domingo.
El morocho abrazó a su novio por la espalda, y ambos se quedaron en silencio, contemplando la inscripción en tallada en esa piedra negra, justo por encima de la tierra removida.
«Aquí yace Leif Malik- ____.
Siempre estará con nosotros.
04/01/2002 - 15/05/2013».

El lento ir y venir del agua del lago a su alrededor llenaba el ambiente triste. Allí, bajo el árbol en que habían dormido la vez anterior, se hallaban los últimos rastros de su hijo. A sus cortos años ya se había ganado el cariño del entero hospital, y sobre todo, de los dos hombres que se hallaban parados frente a él. Zayn carraspeó para aclararse la garganta, para poder hablar, pero el nudo en ella se lo impedía. ___ le apretó la mano dándole coraje.
- Leif, descansa en paz pequeño. Eres un ejemplo de cómo deberíamos ser todos. Pasaste mucho años solo, viviendo en ese hospital, enfermo, pero siempre sonriente y trataste de hacer sonreír a los demás. Supiste ver a tu alrededor con los ojos y la mente abierta, aceptaste con amor y cariño a las personas que se convirtieron en tu familia, una familia algo extraña para los ojos del resto de la sociedad, pero una familia después de todo, cumpliste lo que querías aunque fuese por poquito tiempo. Todos sabemos que te esperaba un futuro prometedor por delante, tenías algo que te hacía, y te sigue haciendo especial. Te extrañaremos mucho. Te amamos, y nunca, nunca te olvidaremos. – Tras esas palabras el morocho se quebró.
Se abrazaron los dos, ahogando sus incontrolables sollozos en el cuerpo del otro. Se arrastraron como pudieron lejos de ese árbol, y se acostaron al borde del lago, sobre una pequeña manta. ___ posó su cabeza en el pecho de Zayn, tratando de que el sonido calmo de su corazón lograra parar los intensos sollozos. El morocho lo abrazó, temblando. Ambos se quedaron en silencio.
El llanto de ambos llenó la quietud del claro, acompañado por el frufrú del agua, el piar de los pájaros y el susurrar del viento. No había nada más. Apenas se podían escuchar los ecos de las risas dejadas ese día, que ya parecía muy lejano, cuando todo era perfecto. Cuándo aún estaban los tres. Juntos.
La noche fue cayendo lentamente sobre ellos, pero ninguno de los dos hizo ningún ademán de levantarse. Solo habían pasado dos días desde la última vez que se habían visto, pero para ellos habían sido una tortura. Todo el tiempo que estaban lejos el uno del otro, y más en estas circunstancias, era como si cientos de puñales al rojo se les clavaran en el pecho.
Las estrellas aparecieron en el cielo, brillantes y hermosas. Se fueron calmando de a poco, sabiendo que era solo cuestión de tiempo para que las lágrimas volvieran a desbordarse. Ambos escrutaron el cielo en silencio, teniendo miedo de quedarse dormidos, porque era cuando cerraban los ojos que las pesadillas los atacaban. Pesadillas que eran tan reales que amanecían gritando y con lágrimas.

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15:00 P.M. Lunes.
El castaño le mandó un mensaje a su novio. Estaba solo en casa, ya que Carole había salido con sus amigas, Finn estaba con Rachel, y su padre trabajaba en el taller. Su cuerpo necesitaba la cercanía de Zayn, necesitaba abrazarlo y hundir su rostro en su cuello para calmarse con su aroma.
Unos minutos después Zayn tocó el timbre, y el castaño atendió con una leve sonrisa en el rostro. Últimamente sonreír le costaba horrores, pero para Zayn siempre había una sonrisa. El morocho le dio un leve beso en los labios, y ___ lo tomó de la mano llevándolo a la cocina, donde había estado preparando un pie de limón. Zayn lo abrazó por la cintura, mientras el castaño lavaba los platos. No hablaron, solo se quedaron unidos, disfrutando de cada segundo en que sus pieles estuvieran en contacto.
Comieron el postre con lentitud, dándose el placer de estar en paz por varias horas. El morocho sonrió levemente al ver que el castaño le daba de probar algo de crema en uno de sus dedos. La probó y soltó un gemido al sentir el delicioso sabor.
- Me encantaría levantarme todos los días y poder probar tu comida. – le susurró en el oído.
El castaño lo miró fijamente a los ojos, sonriendo de manera más natural que antes. Le dio un beso en la mejilla, y acarició su cuello con sus dedos.
- Pronto. Solo falta un mes. Un mes y podremos estar juntos libremente.
- Un mes, y vienes conmigo a casa. – El menor asintió con los ojos brillantes.
Bajaron a la habitación del menor, y se recostaron en la cama. ___ tenía miedo dormir, últimamente las pesadillas habían ido de mal en peor, y su padre lo había ido a despertar en varias ocasiones a la noche por escuchar como balbuceaba y lloraba. Lo habían intentado calmar, pero ___ lo echaba. No quería que nadie lo consolara, no quería que nadie le dijera que todo iba a estar bien cuando su mundo se había convertido en cenizas y estas flotaban a la deriva en un mar embravecido. Solo quería llorar, descargar todo el enojo, la rabia, el dolor y la tristeza en forma de lágrimas.

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El padre del menor entró en la casa en el momento en que escuchaba como su hijo sollozaba escaleras abajo. Las pesadillas lo habían estado molestando desde que el rubio había muerto, y no había forma de calmarlo. Caminó hasta la puerta y la abrió bajando los primeros escalones pero quedándose petrificado al ver que ___ no estaba solo.
Vio como su hijo se retorcía en sueños, con las lágrimas invadiéndole el rostro, despertando a Zayn, quien dormía a su lado. El morocho frunció el seño y se apresuró a abrazar al menor, acercando su boca al oído de este, susurrándole cosas que no llegaba a oír, pero que calmaban a ___ lentamente. El castaño abrió levemente los ojos, y fijó sus ojos en Zayn. El morocho le sonrió con cariño, limpiándole las lágrimas en sus mejillas con su pulgar, y besando sus labios con suavidad.
- Shh... No llores, ángel. Ahora estás conmigo.
El padre del menor salió de la habitación. Ya no tenía duda alguna, sabía que el tiempo se le agotaba. ___ sería mayor de edad en un mes, y tenía más que claro que si no hablaba las cosas con él, sería capaz de perderlo. Zayn se había convertido en una parte fundamental en la vida del menor, y no tenía la menor duda de que el hombre amaba a su hijo y lo cuidaría sin importar que sucediera. Dentro de un mes sus argumentos acerca de la edad dejarían de servir.
Ya no podía seguir ocultándole la verdad a su hijo. ___ debía saber la verdadera razón de porqué los sobre-protegía. Debía contarle lo que había salido en los ultimos examenes medicos