26| Monseñor

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Era un zorro

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Era un zorro.

El animal que había salido de los arbustos era un zorro.

-Oh, pero que cosita tan linda -susurré acercándome al pequeño animal.

El pequeño zorro me miró con esos profundos ojos negros. Avancé hasta estar lo suficientemente cerca, con la mano extendida y con su hocico me olfateó para luego deslizar la cabeza por mi palma, refregándose.

-Eres lindo, si... Eres un animalito muy lindo -lo alagué.

-¡Wendy! ¿¡Con quién demonios estás hablando?! -la voz furiosa de Adley resonó por el auricular, fruncí las cejas ante su tono y chasqueé la lengua.

-Con nadie. Además ¿Qué te importa? Deberían estar concentrados en lo suyo, así como yo lo estoy con lo m...

Las palabras murieron en mi garganta para ser reemplazadas por un grito de dolor al sentir como algo mordía mi mano con fuerza. Miré al zorro que tenía sus pequeños dientes encajados en mi mano mientras me miraba con rabia, alcé la mano libre y disparé un rayo verde que lo mandó a volar por el césped.

-Jodido animal de porquería -mascullé sosteniendo mi mano herida contra mi pecho, sintiendo la tibieza de la sangre empaparme el pecho. Ni siquiera quería ver la herida, lo único que tenía en la cabeza era degollar a ese zorro asqueroso.

Apagué el auricular de la oreja y avancé hacia el animalillo.

Estaba en el césped con una fea quemadura en el abdomen provocada por mi y de la cual salía un feo olor a carne quemada. Sonreí con satisfacción al verlo agonizando, extendí las manos hacia su garganta, ignorando mis dedos heridos y de un veloz movimiento quebré su cuello. El crack de los huesos partiéndose fue como música para mis oídos. Miré el cuerpo sin vida durante unos largos segundos, esperando sentir algún tipo de remordimiento por la vida arrebatada, pero no sentí nada.

No sentía nada.

Eso era bueno, significaba que si seguía así me convertiría en una Peyman original ¿Cierto? Podría encajar con los hermanos perfectamente y así nunca me separaría de ellos.

Cuando quise levantarme del césped divisé un movimiento a un costado de mi, pero cuando intenté darme vuelta sentí como algo se clavaba en mi cuello. Sentí un líquido frío recorrer mi garganta y los colores a mi alrededor comenzaron a distorsionarse, el suelo dió vueltas y antes de que pudiera comprender lo que sucedía, mi cuerpo fue abrazado por la oscuridad.

§§§§§

-Despierta.

Varios murmullos comenzaron a escucharse a mi alrededor. Sacudí la cabeza sintiendo un palpitante dolor en las sienes, como si algo estrujara mi cerebro desde el interior.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora