27| El Rey de los Exiliados

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-Les presento al capitán de mi guardia especial, Hasen -señaló al elfo que tenía a un lado con expresión seria -Y ella es Rowena, su segunda -la chica simplemente nos miró sin decir nada

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-Les presento al capitán de mi guardia especial, Hasen -señaló al elfo que tenía a un lado con expresión seria -Y ella es Rowena, su segunda -la chica simplemente nos miró sin decir nada.

Hasen tenía el cabello negro con mechones rojos atado en miles de trenzas pequeñas y unidas por una cola de caballo más grande que le caía por la espalda. Sus rasgos eran filosos como el resto de los elfos, con la diferencia de que su piel no era de un blanco pálido, sino que se veía más bronceado que sus compañeros y una incipiente barba decoraba su mentón. Vestía un traje similar al de Clint, con la diferencia de que no tenía ningún detalle y era completamente verde oscuro, casi rozando el negro, sin embargo llevaba un cinturón con una espada colgando en el interior de su funda. Sus ojos... ¡Vaya ojazos! Tenía los ojos de un ámbar rojizo que lo hacían lucir más animal que otra cosa.

Rowena, por otro lado, tenía el cabello de un rubio dorado, completamente rapado de un lado y corto hasta la barbilla. Era alta, delgada y podía notar los músculos en sus brazos. Portaba el mismo uniforme que Hasen, con la diferencia de que ella llevaba dos espadas cruzadas tras la espalda. Su piel era igual de pálida que la de Clint y sus fríos ojos verdes nos miraban como si fuéramos insectos a los cuáles aplastar. Algo me decía que se llevaría de maravilla con Delia.

-Wendy -me presenté dando un paso al frente, tratando de esbozar una sonrisa que me salió más como una mueca -Y ellos son Alexandre, Günther y Delia -los señalé a cada uno, pero ninguno parecía tener ganas de contribuir a la presentación, ya que miraron a los elfos como si les hubiesen crecido dos cabezas más.

Oh, esto se pondrá tan... Complicado.

Los elfos tampoco hicieron nada para reconocer demasiado nuestra existencia. Clint y yo los mirábamos, esperando que en cualquier momento alguno decidiera lanzarse sobre el otro grupo y empezar una pelea, pero nada de eso sucedía, por lo tanto decidí cortar con esto por la paz para poder irnos lo más pronto posible.

-Muy bien ¿A dónde vamos ahora?

-Ellos les enseñaran al resto del equipo junto al plan y saldrán lo más pronto posible ¿Alguna duda? -nos miramos entre todos, y al no haber respuesta, Clint asintió -Los dejo para que terminen con los detalles. Mucha suerte.

Apenas el príncipe abandonó el sitio, Hasen tomó la palabra.

-Síganme, les enseñaré al resto del grupo.

Nos llevó por unas escaleras hechas de ramas que descendían varios pisos y se enroscaba en el tronco de un árbol, bajamos tres pisos, cruzamos un puente de enredaderas y tablas que colgaba varios metros sobre el nivel del suelo, por debajo y encima nuestro habían miles de puentes iguales que se cruzaban entre sí, custodiados por elfos.

-La arquitectura de esto es... Increíblemente peligrosa -susurró Alexandre echando una ojeada hacia abajo.

-¿Creen que habrá muerto gente por estos puentes? -preguntó Delia caminando detrás de Günther, quien parecía adquirir un tono más... Ceniciento.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora