Wendy Bunner era una chica dulce, inteligente y tímida. Era buena hija y buena amiga. Su vida era normal.
Hasta que los conoció a ellos:
Fríos.
Seductores.
Agresivos.
Maleducados.
Cínicos.
Malditamente hermosos.
Perversos.
Y lo más importante:
Con...
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Cristal
Mordí la manzana con fuerza, repitiendo la imagen de Kasey anoche.
El Kasey que estaba con esa chica no se parecía en nada al Kasey que me leía libros y me sonreía todo el tiempo. El chico de anoche parecía una versión retorcida de la imagen que me había creado de Kasey. La forma en la que tocaba, besaba y follaba a la chica de cabello blanco no se me borraría de la cabeza en un buen tiempo.
Y lo que era peor, pude sentir algo en el pecho. Como si de pronto la idea de tener a alguien a mi lado no fuese más que un simple sueño lejano que jamás se cumpliría.
La imagen de la chica estaba grabada en mi cabeza a fuego. El corto cabello blanco, el piercing en la naríz, los labios pintados de rojo y un cuerpo envidiable. Era el sueño y la envidia de toda chica, no me cabía duda ¿Cómo no se iría Kasey con una chica como ella? Luego estaba yo con mi pequeña estatura, mi cabello rubio, mi pequeño trasero y mis pechos casi inexistentes, no era una modelo de revista como esa chica, pero tampoco creía estar tan mal.
Aunque claro, si me comparaba con ella, seguramente me encontraría muchos más defectos.
-Buen día, petite.
La voz ronca de Kasey me hizo levantar la cabeza de golpe, viéndolo adentrarse a la cocina vistiendo una playera gris, unos vaqueros azules y unas zapatillas negras. Se acercó a mi y dejó un pequeño beso en mi frente mientras tomaba una manzana del frutero.
-¿Dormiste bien? -pregunté fijando la vista en mi manzana a medio morder.
-Si ¿Y tú?
Pero claro que dormiste bien, te has follado a una perra en el despacho del señor Andley ¿Quién no dormiría bien?
-De maravilla -respondí curvando los labios en una falsa sonrisa, volviendo a levantar la cabeza para verlo a los ojos.
-¿Qué te gustaría hacer hoy?
-¿Tienes novia, Kasey? -no pude evitarlo, mi boca soltó lo que tanto llevaba pensando desde esta mañana.
¿Y si Kasey todo este tiempo había tenido novia y sólo era amable conmigo porque quería ser mi amigo y yo estaba entendiendo todo mal? Esa era una gran posibilidad, incluso aunque todo este tiempo lo hubiera visto metido en la biblioteca, leyendo libro tras libro.
-¿Qué? No -soltó una risa, mordió su manzana y me miró, sonriente -¿Por qué? ¿Acaso quieres serlo? -bromeó pasando una mano por su cabello.
El calor subió a mi rostro y los latidos de mi corazón se aceleraron de solo pensar en esa pequeña posibilidad ¿Yo tener un novio como Kasey? Parecía más un sueño que una realidad.
-¿Qu-e-e? ¡N-n-no! -tartamudeé volviendo a bajar la cabeza, ocultando mi rostro entre mis cabellos, nerviosa.
Oí el ligero arrastre de su silla y lo siguiente que sentí fue un ligero cosquilleo en mi nuca.
