4| Clases

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Wendy

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Wendy

Estaba en un bosque, frío y oscuro, con la luz de la Luna iluminando tenuemente a mi alrededor. El olor a tierra mojada inundaba mi naríz, dandome una pequeña señal de que había llovido.

¿Pero en qué momento llegué aquí? Lo último que recordaba es haberme ido a dormir a mi nueva habitación luego de despedirme de Acasia, y ahora... Esto.

–Wendy.

El susurro de una voz masculina acarició mis oídos y me giré velozmente, buscando a la persona que me había llamado.

–Wendy ven –volvió a susurrar, pero esta vez su voz provenía desde alguna parte de la profundidad del bosque –Ven conmigo Wendy –insistió, dulce, suave.

No conocía esa voz, pero quien sea que fuese despertaba un extraño sentido de anhelo en mi, como si lo que más quisiera fuera irme con esa persona.

–Ven con tú amo, cariño.

–¿Amo? –balbuceé mientras daba un paso hacia delante, queriendo irme con esa persona.

¿Amo? ¿Qué es un amo? ¿Qué se supone que estoy diciendo?

De pronto el silencio del bosque fue interrumpido por risas, risas masculinas que provenían de todos lados y de ningún lado a su vez.

–¡Wendy!

Mi nombre salió en un grito burlón. No sabía quien era, pero casi juraría que era de algún Peyman.

–¡Weeeeendyyyyy! –risas, muchas risas acompañadas de pisadas rápidas que se acercaban hacia mi, y para cuando me di la vuelta algo me empujó con fuerza contra las hojas del suelo –¡No puedes irte muñeca! ¡Aún no terminamos de jugar!

Pasos lentos se acercaron a mi cuerpo, me di la vuelta quedando boca arriba y solté un grito de horror al ver cinco cabezas  completamente retorcidas, mirándome con una sonrisa de pálidos colmillos.

–Ven a jugar Wendy –dijeron al mismo tiempo de manera mecánica y estiraron las manos para tomarme.

§§§

Para cuando desperté lo hice con un grito que amenazó con destruirme la garganta. Estaba sudada, asustada y a punto de sufrir un paro cardíaco.

–¿Wendy? ¿Cielo? ¿Estás bien? –la dulce voz de Acasia se oyó al otro lado de la puerta y respiré profundo, calmando mi acelerado corazón.

–¡Si! ¡Estoy bien! –avisé mientras me pasaba la mano por la frente, limpiandome el sudor.

–Recuerda que es tú primer día de clases, vístete y baja a desayunar.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora