Capítulo con contenido +18.–Wendy, suelta a Acasia –murmuró una voz en mi nuca. Apreté la mandíbula y solté a la mujer dando un paso atrás, obediente.
Me eché hacia atrás, aterrada, chocando contra un cuerpo duro que me sostuvo del estómago, aferrándome a este.
Me aterré el doble.
Solté un chillido, retorciéndome del agarre desconocido hasta que me soltó y me alejé lo más que pude de todos.
–Wendy, cielo... Tienes que calmarte ¿Bien? No es bueno que... –la voz suave de Acasia no hizo más que desesperarme.
¡¿Qué me calme?! ¿¡Cómo quiere que me calme?! ¡Soy un monstruo! ¡Una criatura del infierno!
–¡Cállese! –chillé señalándola.
Me di la vuelta, tratando de huír pero choqué con mi reflejo.
Lo primero que miré fueron mis ojos, que brillaban de un verde neón y sus pupilas eran idénticas a las de los gatos; rasgada de forma vertical. Mis pestañas crecieron de forma monumental hasta casi rozar mis pómulos. Mis labios habían tomado un color rojo que parecía como si me los hubiese pintado.
Me veía irreal, como aquellas hadas de los bosques que siempre se veían bonitas en los cuentos o las películas.
Mi vista se fijó en la persona que se colocó detrás mío y puso sus manos sobre mis delicados hombros suavemente, y me miró a través del reflejo.
–Ahora eres una nueva Wendy. Dime una cosa ¿No te gusta cómo te ves? ¿Te desagrada lo que ves en el espejo? –murmuró deslizando la mano hacia mi cuello, quitándome el cabello de ese lado y siguiendo hasta que envolvió la mayor parte de mi cuello en su mano y me hizo echar la cabeza hacia atrás, contra su pecho.
Por un momento quise decirle que este cambio no era correcto, que algo estaba mal dentro de mi y que ellos eran los culpables. Pero había algo en mi interior que me obligaba a responder de forma positiva a las atenciones de Harvey, como una fuerza sobrenatural que me obligaba a lanzarme sobre él.
¿Por qué?
–Me gusta –no reconocí mi propia voz en cuánto salió. Esta voz era más fina, delicada... Casi era armoniosa para el oído.
Esta no era yo.
Y tampoco era yo en cuanto me giré sobre mi eje y me lancé a la boca de Harvey como una cualquiera. El pelinegro me correspondió al beso con gusto, envolviendo mi cabello en un puño y manteniéndome pegada a su cuerpo.
El beso era brusco, cargado de una irrefrenable lujuría y un deseo ardiente que me quemaba hasta la última extremidad. Nunca en la vida me había sentido de esta forma.
Y la respuesta era clara: No era yo.
El deseo y la lujuría no eran míos en lo absoluto. Nunca en la vida me habían importado los chicos porque siempre aspiraba a cosas más grandes que simples personas. Mis padres me educaron como una dama hecha y derecha, diciéndome millones de veces que debía llegar virgen al matrimonio, que no debía confiarme en las palabras bonitas de los hombres, que debía ser mucho más lista.
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Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓
FantasyWendy Bunner era una chica dulce, inteligente y tímida. Era buena hija y buena amiga. Su vida era normal. Hasta que los conoció a ellos: Fríos. Seductores. Agresivos. Maleducados. Cínicos. Malditamente hermosos. Perversos. Y lo más importante: Con...