9| Nueva integrante

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Wendy

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Wendy

Abrí los ojos de golpe, sobresaltada, y me senté en la cama, jadeando. Pasé las manos por mi rostro para espabilarme y suspiré, tratando de calmarme.

Miré hacia un lado, encontrando el cuerpo desnudo de Günther en la cama siendo cubierto por una fina sábana desde su cadera hacia abajo. Uno de sus brazos estaba bajo la almohada y el otro estaba extendido hacia mi. Su pecho subía y bajaba con tranquilidad, y por un segundo lo envidié por no tener que librar con el espíritu de una muerta andante.

Me levanté de la cama y fui al armario, donde encontré miles de camisas, camisetas, pantalones y zapatos de hombre. Tomé una camisa del perchero y me la puse, abroche los dos botones del medio y procedí a buscar el baño en la inmensidad del lugar.

Internamente me preguntaba que si una simple habitación de hotel era así de grande... ¿Cómo demonios sería la casa de los Lennox? ¿Un palacio?

Para mi suerte encontré el baño. Abrí el grifo del agua y lavé mi rostro, recordando las crudas palabras de Holly. Me miré al espejo, notando las marcas rojizas en mi cuello provocadas por los labios de Günther. Había corrido con suerte de que no intentó clavarme los colmillos, en su lugar utilizó la lengua y los labios para cosas más productivas, una de ellas fue darme más de un increíble orgasmo.

Tomé la toalla que estaba colgado a un lado y sequé mi rostro, disfrutando del suave toque de la tela en mi piel. Volví a dejar la toalla en su sitio y cuando volví a verme al espejo di un brinco en mi sitio, llevándome la mano al pecho.

-¿Qué haces fuera de la cama? -la ronca y profunda voz de Günther resonó por todo el baño mientras se mantenía cerca de mi espalda, sin llegar a tocarme.

-Mierda Günther -murmuré respirando profundo -Casi me matas de un infarto -me di la vuelta, recostando la cadera contra el lavamanos -Eres demasiado silencioso ¿No te lo han dicho?

Sonrió y se acercó más, invadiendo mi espacio personal. Colocó las manos en el lavamanos, a los lados de mis caderas sin llegar a tocarme, apresándome entre sus brazos.

-Me han dicho muchas cosas, muñeca -susurró recorriéndome con la mirada, ensanchando su sonrisa -¿Esa es mi camisa?

-Es posible ¿Por qué? ¿La quieres devuelta?

Aproveché la situación para deleitarme con la vista de Günther Lennox.

Es un vampiro alto, pálido, de cabello rubio hasta los hombros, cejas rubias pobladas, ojos verdes, labios carnosos y una barba candado de varios días. Cuerpo delgado y fuerte sin llegar a verse exagerado, con varias sogas de cuero colgadas en su cuello o collares de metal, algunos anillos de oro decoraban sus largos dedos y noté algunas pulseras en sus muñecas. En su costilla derecha se encontraba el tatuaje de un águila alzando vuelo y en su espalda, en la parte del omóplato, había otro tatuaje, este era de una serpiente colorida enroscada entre ella misma. Günther me daba la apariencia de uno de esos vikingos de película con sus joyas y cabello.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora