Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓

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❌EXTRA❌

[Prepárense para leer lo que tod@s queríamos que pasara desde un inicio 😎]

Tosimos mientras nos alejábamos del humo y las llamas, abandonando a la mujer que algún momento quisimos querer para nosotros, para sumarla a nuestra colección de criaturas exóticas. Sin duda hubiera sido una buena pieza y una gran amante con el entrenamiento adecuado.

Pero ahora no era más que un montón de cenizas en una casa destruída.

-Que pena, pudimos haberla vendido bien a un precio considerable -la voz de mi compañero delictivo se oyó en un susurro arrastrado.

-Te advertí que no te encariñaras -escupí pasandome la mano por el cabello y sacando la ceniza de mi pelo, dí la vuelta a la propiedad para volver a la camioneta.

-No puedo creer que tú no te hayas encariñado -me reclamó, pisándome los talones como una garrapata molesta.

-A diferencia de ti, yo sé diferenciar entre un objeto caro y una amante para pasar el tiempo -siseé toqueteando los bolsillos de mi pantalón para buscar las malditas llaves -Ambos sabíamos que el tiempo con ella se acabaría tarde o temprano. En este caso fue temprano, quizás la próxima adquisición que traigas nos dure más.

-No podía encerrarla con las demás criaturas, era demasiado bonita para tenerla en una jaula.

Resoplé.

-Es la quinta que se nos muere en todo este tiempo ¿Cuándo vas aprender a dejarlas en sus jaulas de una vez por todas? -me froté las sienes, sintiéndolo palpitar -Wendy iba a ser nuestra adquisición estrella en la próxima subasta, pero por culpa de tus ideales moralistas ahora no es más que un montón de huesos -gruñí viendo la camioneta al frente de la casa, intacta -Será mejor que traigas algo igual de invaluable que ella o nuestros clientes estarán furiosos.

-Alex...

Abrí la puerta del piloto y me giré de golpe a ver a Günther, haciéndolo frenar su camino hacia mi.

-No me hables, no quiero escucharte en estos momentos -apreté los puños, furioso -Llegaremos a casa, te darás un maldito baño y saldrás a las calles a traerme otra criatura valuada en millones como Wendy. Será mejor que no pises la casa hasta traerme algo bueno ¿Has entendido?

Asintió, cabizbajo.

-Y no llores, maldita sea. Que el que perdió millones fui yo, no tú, mierda.

Subí a la camioneta, encendí el motor y una vez que el rubio se abrochó el cinturón de seguridad, arranqué, haciendo derrapar las llantas por el camino, pisé el acelerador a fondo y nos fundimos con la carretera.

Lo único bueno de todo esto es que Delia estaba segura en casa, vigilando todas nuestras pertenencias con ojo de halcón. Sabía que cuando compré a Delia sería una buena inversión para mi colección, la licántropo nunca me había fallado, al menos no como el idiota de mi hermano.

Tomé el teléfono de la guantera y se lo lancé a Günther, atrapó el objeto gracias a nuestros reflejos mejorados.

-Llama a Delia y dile que se vista para cazar, saldrán juntos luego de que te duches.