5| Compañía

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Un cabello negro hasta la altura de los hombros, con la mitad de la cabeza rapada

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Un cabello negro hasta la altura de los hombros, con la mitad de la cabeza rapada. Piel morena. Ojos color caramelo. Labios perfectamente pintados de rojo. Vestía la camisa del uniforme con las mangas remangadas hasta los codos, dejando al descubierto un tatuaje de serpiente y en su muñeca estaba atada la corbata. En la parte de abajo en vez de llevar falda, llevaba el pantalón y en el lugar donde iban los zapatos habían unas botas negras.

–Creo que no nos presentamos formalmente –habló extendiendo la mano en mi dirección –Soy Dorothea Densell, pero para ti soy Thea, lindura –me guiñó un ojo y tomé su mano, estrechándola.

–Y yo soy Wendy, Wendy Peyman –respondí con una pequeña sonrisa.

–Un placer conocerte Wendy, espero podamos llevarnos bien –soltó mi mano y se recostó en la silla, abriendo las piernas de forma que la hacía ver vulgar.

No le dije nada sobre su pose y procedí a mirar al frente, prestando atención a la clase y tomando la mayor cantidad de notas posibles. En el medio de la clase el profesor ordenó hacer parejas con nuestro compañero de asiento y miré a la chica a mi lado, quien me dió un asentimiento, en señal de que lo haría. Una vez tuvimos las consignas no faltó mucho para que nos pusiéramos hacer la tarea.

En ese pequeño lapso de tiempo descubrí que Thea era más lista de lo que aparentaba realmente. Gracias a ella habíamos sido el primer grupo en terminar, y el primero en obtener nuestra nota. Como nos sobró tiempo nos pusimos hablar en voz baja para no molestar al resto de la clase.

–¿Y qué haces aquí? ¿Qué te trae a este pueblucho? –preguntó recostando el codo en la mesa y el mentón en su puño.

–Mis padres murieron hace un mes y en su testamento decía que debía venir aquí si algo les pasaba –respondí volviendo la vista a mi cuaderno, donde intentaba dibujar mi sueño de anoche.

–Te estás quedando con los Peyman ¿Cierto? –dijo y asentí, deslizando el lápiz sobre la hoja –¿Y no notaste nada extraño ahí?

–¿Acaso debí haber notado algo extraño? –murmuré y negó.

–Solo era una pregunta ¿Desayunamos juntas en el recreo?

–Me encantaría, pero no creo que a mis nuevos hermanos les agrade mucho la idea de que me aleje. Quizás otro día ¿Qué dices?

–Acepto.

Luego de eso oímos el timbre que avisaba que la hora había concluído. Me despedí de mi nueva amiga con un saludo y al salir del aula me di de lleno con Harvey, quien estaba de brazos cruzados y una mala mirada.

–Muevete –ordenó dandose media vuelta y caminé detrás suyo como un soldado.

Nos movimos entre los demás alumnos hasta llegar a unas escaleras, donde las subimos; llegando al segundo piso. Seguimos caminando unos segundos más hasta que me dejó en mi próxima clase. Y así fue lo que restó del día, con Harvey llevándome a mis clases, sentándome sola y sin hablar con nadie.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora