Un bocado, dos bocados, bebió un trago del contenido de su copa, rió del chiste de Adley y luego se limpió los labios con la servilleta de una forma tan educada que me dieron náuseas. Se veía absurdamente bonita esta mañana con ese vestido blanco de flores rojas ¿Cómo hacía para mantenerse así de linda siempre?Definitivamente odiaba a Noor.
Apreté el tenedor entre mis dedos al ver como reía a carcajadas, le dió un suave golpe en el hombro a Harvey y este curvó un poco los labios en una pequeña sonrisa.
«¡Lo está tocando! ¡Le está sonriendo! ¿¡Por qué le sonríe?! ¡Harvey es mío!»
La voz de mi interior gritaba de rabia al verlos sentados juntos y quise poder clavarle el tenedor en el ojo con tal de que dejara de mirarlo.
Por alguna razón recordé la pesadilla de anoche donde desperté completamente agitada en mi cama, sudando y... Sola. Estaba sola porque Harvey no se había quedado a dormir conmigo luego de que nos acostáramos ¿Por qué no se quedó a dormir como la primera vez?
Anoche no experimenté tristeza, no, experimenté decepción. Y la única razón por la que alguien puede decepcionarse es porque espera más de una persona. Esperaba que luego de aquellas bonitas palabras y luego de hacer el amor se quedara a pasar la noche a mi lado.
Pero eso jamás paso.
Luego de mi pesadilla no pude dormirme lo que restó de la noche y no me atreví a salir de mi habitación en busca de Harvey porque temí lo que pudiera encontrarme si entraba a su habitación. No tuve más opción que vestirme y llorar en silencio entre mis sábanas.
Extrañaba a papá y mamá, extrañaba mi vida antes de los Peyman e incluso extrañaba a la señora Acasia y al señor Andley.
Recorrí con la mirada a los hermanos y por unos segundos deseé quemarlos, deseé que el fuego los consumiera mientras me entretenía oyendo sus gritos de dolor.
Dolor.
El dolor me parecía una buena definición para los hermanos. Si me dijeran que se alimentaban del dolor ajeno les creería, claro que si. Eran seres tan malignos pero tan preciosos que te hacían dudar de todo. Estaba segura que si ellos le dijeran a cualquier persona que los perros volaban automáticamente les creerían así sea biológicamente imposible ¿Y por qué? Porque eran ellos, porque no importa lo que salga de sus bocas, todos lo creerían porque si.
Salí de mis pensamientos al oír el sonido del timbre y todos nos quedamos quietos.
–Wendy, ve abrir –soltó el rubio haciendo un ademán despectivo con su mano.
Iba a protestar, pero me contuve y me levanté de la mesa, avancé hacia la puerta y la abrí del tirón.
Y ahí estaba otra vez esa sensación cosquilleante de paz.
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Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓
FantasiaWendy Bunner era una chica dulce, inteligente y tímida. Era buena hija y buena amiga. Su vida era normal. Hasta que los conoció a ellos: Fríos. Seductores. Agresivos. Maleducados. Cínicos. Malditamente hermosos. Perversos. Y lo más importante: Con...