19| Hunter Klein

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Capítulo con contenido +18

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Capítulo con contenido +18

Wendy

Llegué a la mansión Lennox tan pronto me lo permitió el clima y mis poderes.

Apenas crucé la puerta de mi habitación una figura me acorraló a un costado y la puerta se cerró de un plumazo. Ahogué un jadeo al sentir el peso de la persona contra mi cuerpo y un aroma particular inundó mi nariz, envolviéndome.

-Hunter -jadeé con cierta sorpresa. Se quedó a centímetros de mis labios.

-Mmmhh... Eres una cosita preciosa, Emely -ronroneó deslizando las manos por el interior de mi top, lo estiró y lo destrozó, haciéndolo jirones con sus puntiagudas y negras garras.

Antes de irme sabía que Hunter estaba en la casa, ya que lo había escuchado hablando en el despacho con los hermanos. Pero sinceramente creí que ya no estaría a esta hora. Había sentido una extraña oscuridad apenas puso un pie en la casa y por eso mismo decidí alejarme, abstenerme de Hunter por miedo a esa extraña fuerza oscura que lo envolvía. Incluso ahora, podía sentirla flotando alrededor de él, como si fuera parte de su cuerpo, algún tipo de extensión nueva; como un brazo o una pierna extra. Era raro, demasiado. Ni siquiera sabía cómo podía sentirla, pero estaba ahí; viva y fuerte. Una presencia más.

-¿Lo sientes? -suspiró y me estremecí al sentir una caricia que se asimilaba a la de la seda contra la piel. No venía de Hunter, sino de la cosa oscura que portaba con él.

Apreté los labios, asustada de que intentara algo con esa sombra.

-Oh preciosa, no te asustes -esbozó una sonrisa perversa que me erizó los vellos de los brazos -Te va a gustar, ya verás -hundió la cabeza en el hueco de mi cuello mientras sus uñas se deslizaban por mi cintura hasta mis caderas, donde también destrozó la falda que llevaba y hundió las uñas en mis caderas, pegándome contra su cuerpo.

Ahogué un quejido al sentir un tirón en el pecho, como si alguien hubiese atado una soga a mi corazón y tirara de el ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué pretendía?

De pronto ya no quería su presencia, ni su poder, ni nada que tuviera relación con él. No quería. No quiero. No me gusta. Había intentado jugar con algo completamente desconocido y estaba perdiendo de formas estrepitosas. Pero había algo tan... Horrible dentro de él que lo único en lo que podía pensar era en salir corriendo del cuarto, ni siquiera podía centrarme del todo en lo que estaba sucediendo o estaba por suceder... Si es que sucedía.

Una de sus manos voló a mi mentón, clavó los dedos en mis mejillas, obligándome a verlo y a su vez abriendo mi boca en una "o". Acercó el rostro hasta que su boca quedó a la altura de la mía y... Aspiró.

Al principio creí que la visión me estaba engañando, pero al ver como una pequeña y casi imperceptible nube negra salía de mi boca y entraba en la suya, me sacudí entre su cuerpo, en un vano intento por cerrar la boca. Sin embargo sus dedos me aferraron, la mano que tenía en mi cadera subió a mis muñecas y las sujetó con fuerza, aplastandolas contra mi cuerpo. Traté de utilizar las piernas, pero las bloqueó y me inmovilizó. Miré sus ojos, esos pozos negros sin fondo, notando como adquirían un ligero tono platinado que se movía, cambiando constantemente, como si en vez de tener un color sólido, tuviera una tormenta cambiante.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora