33| Fiesta

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Cristal

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Cristal

El lugar donde se haría la fiesta en primer lugar había sufrido un accidente, no me dijeron de qué tipo, pero al parecer el cumpleaños de Acasia se haría en la mansión Peyman.

Justo entre estas paredes.

Esquivé un empleado que pasaba con un jarrón de flores rojas y me agaché para evitar que el cuerno del animal disecado que sostenía otro empleado se clavara en mi ojo.

¿Para qué quieren un animal disecado?

Llegué al gran salón donde se desarrollaría todo el acto, notando el sitio casi vacío en su totalidad, aún así pusieron unas mesas con sillas a los costados con unos centros de mesa muy llamativos ¿Acaso eso eran plumas de colores? Sabía que la temática era de animales, pero no sabía que Acasia tuviese una fijación especial con los plumiferos.

Me quedé quieta al ver la figura que estaba parada, de espaldas a mi en el salón. Di la vuelta con clara intención de huír que ni siquiera pude dar un paso antes de que su voz resonara por todo el lugar, provocando un escalofrío por mi columna vertebral.

-¿Ahora huyes de mi?

Quizás era lo más sensato.

Respiré profundo antes de armarme de valor y girarme, chocando con la profunda mirada de Kasey. Sus ojos mirándome de pies a cabeza con más detenimiento al que estoy generalmente acostumbrada; miraba mi cuello, hombros, pechos, cintura, cadera, piernas e incluso podía creer que veía a través de mis zapatillas. Sabía perfectamente por qué lo hacía, y no pude evitar sentirme avergonzada por lo que había hecho ayer en la noche con Caley. Me sentía como una niña que era regañada por su padre.

Y lo que era aún peor, me sentía usada y juzgada ante los acribilladores ojos de Kasey. Aún así se acercó a mi hasta que su pecho rozaron mis senos y sus dedos me levantaron la barbilla, obligándome a mirar en la profundidad de sus ojos, viendo el torbellino de sentimientos que amenazaba con tragarme y no dejarme escapar.

-Supongo que eres consciente de que ahora que te dejaste mancillar por el... -se relamió el labio inferior antes de continuar, dejando a mi sentido común pendiendo de un hilo -inadaptado de mi hermano, sabes que ya no le eres de utilidad ¿Verdad, petite?

Apreté los labios. No era ninguna sorpresa para mi, realmente lo menos que esperaba era el cariño de Caley, de hecho ni siquiera quería su cariño. Mi interés hacia él no iba más allá de su polla a estas altura. Era, posiblemente, la última persona a la que le pediría un favor. Pero una cosa era saberlo en mi mente y la otra era que te dijeran la verdad con crudeza, sin anestesia.

Una cosa era ser consciente que eres un juguete y otra es que te lo arrojaran a la cara como si nada.

-No tienes que decirme algo que ya sabía -mascullé sintiendo mi cuerpo tenso.

Los malditos Peyman| #1|+18|Terminada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora