Capítulo 11

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Marcus:

La película va por un poco más de la mitad, pero no le presto atención.

Mi cabeza está en Adeena que agarra con ambas manos la mía para taparse la cara.

Hace unos veinte minutos la agarró con fuerza, asustada, haciendo que mi brazo quede sobre sus hombros y se tape los ojos con mi mano.

¿Por qué no me incomoda? ¿Por qué me siento bien cuando hace eso? ¿Por qué me gusta que se refugie en mí?

Son preguntas que me hago y no encuentro respuesta.

Ella se apoya sobre mí aún con mi mano en sus ojos y por un segundo volteo a verla.

Sus pestañas son largas, su nariz pequeña y recta, y sus labios... joder sus labios...

Sintiendo cómo mi corazón se altera, vuelvo a ver la película.

Y me hago otra pregunta.

¿Por qué no puedo sacarla de mi cabeza?

En fin, preguntas sin respuestas.


Cuando la película termina, Adeena suspira aliviada, lo que me hace reír.

—No te rías —mira mi mano—. No te hice daño ¿Verdad?

—No, tranquila.

Asiente y se levanta.

—No apaguen las luces, gracias.

Sierra ríe al igual que Noah.

—¿Y tú? —me pregunta esta—. ¿Por qué no estás con tu novia la modelo?

—Peleamos.

—¿Soltero? —me pregunta Noah.

—No, sólo una discusión.

—Pero para ser sólo una discusión estás aquí y no arreglándolo con ella.

Me encojo de hombros, restándole importancia.

—Supongo que en algún momento lo arreglaremos.

Los dos me miran sin decir nada e ignoro el mal sabor en mi boca.

Adeena llega para dejar unos vasos en la mesita.

—Ya vuelvo, voy a dejar el libro en su lugar —dice tomando el que estaba en la mesita.

—¿A tu lugar? —le pregunto y me mira con una suave sonrisa.

—Así es —asiento y da un paso, pero se detiene y vuelve a verme—. ¿Quieres verlo?

—¿Segura?

—Sí —dice riendo—. Tampoco es un lugar secreto, ven.

Me levanto y la sigo.

Pasamos por el pasillo, hasta la última puerta a la izquierda, frente a su cuarto.

Cuando entramos lo primero que siento es ese clásico olor a biblioteca y libros. Con una suave fragancia a frutilla.

—Huele a frutilla —digo viendo el lugar.

—Sí, enciendo velas aromatizadoras y me gusta la de frutilla, no utilizo sahumerios por el humo.

Asiento viendo todo.

Es un cuarto mediano. Dos paredes completas de estantes y libros, las otras dos tienen cuadros con frases o imágenes relacionadas a libros.

Tiene tiras de luces led para alumbrar, pero son suaves y una alfombra. Una mesita al lado de un sofá donde con suerte entran dos personas y una manta lila encima, está en la esquina de las dos paredes con libros.

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