Capítulo 22

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Adeena:

Volvemos a encontrarnos los de siempre en una rondita. Sólo que las cosas se ponen un poco tensas cuando aparece Zoey.

—Te ves preciosa —le dice Logan.

Tiene un vestido azul ajustado, pero demasiado ajustado, tan corto que tengo miedo que se le suba, literalmente termina en el final de su trasero. Parece que no lleva nada debajo porque a los costados se abre un poco, con una decoración con broches como si lo estuvieran sujetando y así es. Un escote en V más largo que mi pelo y zapatos con los que yo me caería de culo al intentar caminar, pero que le hace las piernas kilométricamente perfectas.

Se ve como una zorra —me atoro con el comentario de Helen y Nate me da palmadas en la espalda.

Abuela, se puede vestir como quiera, eso no la hace una zorra —respondo y como Zoey me mira confusa le sonrío para que no se preocupe.

Oh, lo sé, no es por eso. Es una zorra por coquetearle indirectamente a todo chico que tenga plata y buen estatus social como está haciendo desde que inició esta fiesta que parece más para ella que para mí.

La miro y se ve realmente molesta.

Abuela, ya. Quizás sus intenciones son buenas, solo quiso hacerte una fiesta de cumpleaños y puede vestirse como quiera.

La diminuta tela que lleva no es el problema, ella lo es, no me agrada.

No digo nada más. Cuando Helen tiene un mal presentimiento sobre una persona, no se le quita con nada.

—¿Pasó algo? —pregunta Scott.

—Nada que deba preocuparte —le respondo sonriendo y asiento.

—Hola —le dice Christian a Zoey.

—Oh, hola, ¿Quién eres?

—Christian Quinn, el tío de Sierra.

Ella lo mira confusa y luego a Sierra.

—¿Tu tío? —Sierra asiente sonriendo—. ¿Y tus padres? ¿No te quieren por ser lesbiana? —la sonrisa de Sierra desaparece, como la de todos, incluyéndome—. ¿Mente retrograda? Conozco a varios.

—Zoey, cállate —le dice Marcus tapándose la cara con una mano.

—¿Por qué? —le pregunta confusa—. Si tus padres no te quieren, tranquila, ya lo superarás y...

—Están muertos —le responde Sierra apretando con tanta fuerza la copa en su mano que se rompe.

—Mierda —me acerco y suspiro aliviada—. No te cortaste por pura suerte.

Nadie dice nada, es un silencio incómodo.

Un camarero trae una servilleta. Le agradezco y le seco la mano.

—Respira —le susurro al ver cómo quiere asesinarla—. Mírame —no lo hace—. Sierra, mírame —enfoca sus ojos en los míos con pura furia—. Respira, es el cumpleaños de Helen, déjalo pasar, por hoy, por favor.

Veo como tensa la mandíbula y asiente.

—Permiso.

Da media vuelta y se va, diciendo que nadie la siga sabiendo que lo íbamos a hacer.

—Bueno —comienza Zoey—. No tengo la culpa si nadie me avisa —voltea los ojos y bufa.

—Ya, no digas más nada —le dice Marcus y ella vuelve a voltear los ojos.

—No tienes la culpa, pero preguntar antes de suponer evita muchos problemas —le escupe Dakota.

Como nos volvemos a adentrar en otro silencio incómodo.

Miro a Nate y este me abre los ojos haciendo que ría y él sonría.

—Bueno —digo tratando de aligerar el ambiente—. Cambiando de tema... tengo noticias.

—Por favor —suplica Noah bebiendo de la copa.

—Isaac está mejorando.

Todos sonríen, incluso Marcus, y comienzan a preguntar.


—Es su lema —dice Marcus riendo cuando le dije lo que Isaac dijo luego que el enfermero no supiera cuándo vuelve a su casa.

—Siempre lo fue —le digo riendo—. Es como su mantra.

"La gente es estúpida" —decimos al unísono.

Me sonríe y se la devuelvo, pero solo por unos segundos ya que Zoey dice algo que me saca de mi lugar.

—¿Por qué te pusiste ese vestido? —pregunta haciendo que todos se queden callados.

Zoey me mira de arriba abajo y parece horrorizada.

—Porque es lindo.

—Pero no es para ti —frunzo el ceño, confusa.

—¿Cómo?

—Ese vestido es para una mujer que tenga el vientre plano y caderas, tú no tienes ninguna. Lo que hace que no te quede bien.

Me quedo en silencio. Fija la mirada en el bombón en mi mano y bufa.

—Y claro, si comes así, tantos carbohidratos, hacen que ese vestido no te quede como debería y que luego tengas un cutis del asco, puedo recomendarte una dieta para que logres tener le cuerpo de una mujer y un cutis... aceptable —siento una pequeña molestia.

—Bueno, por desgracia no tengo un cuerpo estereotipado como el tuyo y tampoco tiempo para ir a un gimnasio ya que trabajo todos los días e incluso cuando no tendría que hacerlo, lo hago. Y también tengo una vida, por lo que esto es lo que hay. Permiso, me voy a seguir ingiriendo carbohidratos que arruinen mi cutis —digo de forma burlesca para darme la vuelta y dirigirme a la mesa dulce.

Stupide. Putain de salope. Merde arrogante. Je te hais. Cerveau de singe non évolué.

La insulto con ganas mientras elijo cuál otro bombón comerme.

—Adeena —veo a un lado, es Marcus—. Lamento lo que pasó recién.

Suspiro y dejo de verlo.

—No importa, al fin y al cabo, quizás tenga razón.

—No, no... —dice rápidamente, pero no quiero escucharlo.

—Déjalo estar, Marcus —se detiene—. Vuelve con tu novia, no quiero causarte problemas.

—Ade...

—Tranquilo, ve, sabes que es lo mejor.

Sigo sin mirarlo, luego de unos segundos noto como se va. Lo que me da una pequeña punzada en el pecho que ahora prefiero ignorar.

Siento una mano en mi cintura e identifico el perfume de Noah, besa mi coronilla.

—No escuches a esa estúpida, estás espléndida.

—No lo sé, Noah, ella...

—Ella no sabe lo que dice —agrega Nate llegando a mi otro lado, toma mi mano y besa el dorso de esta—. Solo siente envidia.

—Y tienes un cutis asombroso —sigue Noah sacándome una sonrisa.

Me apoyo en Noah y acaricio la mano de Nate.

—Gracias.

Cambian de tema, pero las palabras de Zoey rondan una y otra vez por mi cabeza.

¿Será que tiene razón?

No, no, estoy bien.

¿O no?

Suspiro. La gente es estúpida diría Isaac.





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Stupide. Putain de salope. Merde arrogante. Je te hais. Cerveau de singe non évolué = Estúpida. Maldita perra. Mierda arrogante. Te odio. Cerebro de mono no evolucionado.

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