Marcus:
Joder, no sé qué mierda me pasa.
De sólo escuchar lo que dijo que quiere, se me subió el calor por todo el cuerpo y se me secó la garganta. Maldigo internamente al no poder sacar las ideas de mi cabeza de cumplir con sus deseos.
Ahora estoy en el baño, no pude aguantar un segundo sentado en el sofá junto a Adeena que la erección que traté de controlar desde que la escuché, comenzó a doler y crecer y crecer.
Sólo habló, solo dijo. Mierda cálmate, Marcus, no eras así.
Respiro hondo y me lavo la cara con agua fría. Pienso en otra cosa, lo que sea, no puedo volver con una puta erección.
¿Y lo que le dijiste en la biblioteca de no poder contenerse?
No lo pensé ¿Sí? Sólo me dejé ir.
¿Desde cuándo te dejas ir?
Desde que la conocí, mierda.
Cuando logro controlarme vuelvo, ambas en el sofá, sólo queda el lugar de en medio ya que están en las puntas apoyadas en los apoyabrazos.
Apenas me siento, Adeena me mira sonriendo, haciendo que tenga que volver a pensar en otra cosa.
—¿De verdad elegiste una película de tiburones? —asiento y fijo la mirada en la pantalla, si la miro todo es peor.
Respiro medio agitado al tener el corazón tan acelerado. Pero me relajo cuando la película comienza y aparece un tiburón en primera plana.
Mierda, no entiendo cómo no les puede dar miedo, son horribles.
La película va por la mitad y en lo único que pienso es que no voy a meterme a un mar en mi puta vida.
No sé en qué momento me apoyé sobre Adeena que me mira divertida cada vez que volteo para cubrirme con su brazo y no ver la pantalla.
El tiburón aparece y volteo.
Adeena ríe y la empujo un poco.
—Deja de reír y mira, avísame cuando no aparezcan.
—Marcus, la película es de tiburones, no vas a ver nada porque aparecen siempre, se trata de ellos.
—Me importa poco y nada, avísame.
Ríe y asiente.
—Puedes mir... no, ya no.
Río y cuando hay un golpe de repente se asusta.
—Mierda.
Volteo a ver y es la peor parte, en la que la protagonista tiene que nadar rápido para que el tiburón no la alcance.
Lo odio. Lo odio. Lo odio.
Vuelvo a voltear y me distraigo con otra cosa.
Ahora que la tengo muy cerca puedo reconocer el aroma que no lograba terminar de entender que tenía.
Es a libros.
Tiene un aroma a libros que desprende de ella.
Algo impresionante de oler. Y podría decir que adictivo.
No sabía que alguien podía oler a eso.
Como cuando vas a una biblioteca antigua y tomas un libro nuevo.
Ese aroma a libros, hojas, a todo un mundo nuevo que explorar, esas fantasías que te gustaría vivir, a esas páginas con un poco de historia por los años, a esa nueva manera de sentirte bien cuando tomas un nuevo libro en el cual protegerte y hundirte.
Tiene un hermoso aroma a libros que no sabía que me gustaba hasta que lo sentí.
Involuntariamente, me acerco un poco más a ella y noto que se queda muy quieta.
—Ya puedes ver —susurra y veo su rostro, mira hacia adelante, pero me mira de reojo un par de veces.
Sus ojos avellana son más claros en el centro, como si de un color miel se extendiera a uno un poco más oscuro. Sus labios están separados, tomando respiraciones constantemente.
Noto que su pecho sube y baja un poco más rápido. Y vuelvo a ver sus labios cuando los humedece y solo hace que se vean mejores.
Siento mi piel erizarse de solo imaginar inclinarme y besarla.
Detente.
Me alejo.
Ella está en algo con ese chico y yo tengo novia.
Carajo tengo novia y no soy un tipo infiel.
Necesito pensar.
—Bueno —dice Sierra cuando la película termina—. Estuvo buena.
—Sí... —susurra Adeena acomodándose en su lugar.
—¿Estos son de Isaac? —pregunta Sierra y veo los dibujos de la mesa.
—Son increíbles —digo sinceramente agradeciendo cambiar de tema.
—Sí, son de él. Dibuja como profesional, es asombroso.
Son dos, una rosa marchita, pero que brilla y un auto de carreras. Pero los detalles, las sombras, los trazos, es asombroso.
—¿Él dibuja así? —miro a Adeena que mira los dibujos con una sonrisa.
—Así es.
—Por suerte no dibuja como tú —le dice Sierra haciendo que Adeena la mire mal.
—¿Dibujas mal? —le pregunto.
—Pésimo —dice riendo Sierra—. Hace las personas como palitos aún.
—Es broma —le digo y niega.
—No, pero van a ser los palitos mejores hechos del mundo.
Río y niego con la cabeza, divertido.
—Mejor quedémonos con los de Isaac —digo haciendo que me empuje suavemente.
—Nunca los viste.
—Ni quiero.
—¡Hey! —dice riendo.
—Mentira, algún día puedes mostrarme.
—No, en realidad voy a cuidar tu vista y no hacerlo —dice riendo—. Solo veamos los de Isaac, tiene talento natural.
La miro con su sonrisa mientras mira el dibujo de la rosa. Y solo me queda suspirar sin hacer nada, porque no puedo hacer nada.
¿Por qué no?
Porque ya tengo una vida y una novia.
Puedes dejarla...
Pero ya estoy con ella y... no lo sé, no estamos mal.
Estás cómodo, no bien.
Estoy cómodo.
Pero no bien...
Cómodo es suficiente.
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Aroma a Libros
Romance"Si hay atracción por su alma antes de tocar su piel, es real". Ron Lorent #1 en tensión 21/05/2023 #1 en novelaromantica 27/06/2023 #1 en amoreterno 16/08/2023 Esta historia es mía, original de mi mente, no plagien y usen su imaginación. Portada h...