Capítulo 30

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4 de junio, 2020

Marcus:

Me quito la corbata en el auto, camino a ver a Adeena, me va a mostrar su futura librería.

Hoy tuve una junta y quiero despejar un poco mi mente, creo que no hay nada mejor que ir con ella.

Cuando estaciono me bajo y están Adeena y Sierra en la puerta de la librería viendo la entrada, me acerco medio confuso.

—Hola —ambas voltean a verme y sonríen para saludarme—. ¿Qué hacen?

—Piensan —dice apareciendo el baboso y bufo cuando lo veo, se coloca al lado de Adeena.

¿Va a estar siempre?

Bueno... es el novio.

—¿En qué piensan? —Adeena me contesta mirando la entrada.

—Quiero que cuando miren la entrada digan ¡Wow! —dice abriendo los ojos con una sonrisa.

—Entonces párate en la puerta —digo sin pensar y dejándome ir por mis pensamientos.

Los tres voltean a verme lentamente y yo fijo mis ojos en la puerta.

Noto que Sierra retiene una sonrisa y el baboso me frunce el ceño.

Veo a Adeena y su cara está roja, pero con una sonrisa que le devuelvo.

—Bueno —Sierra aplaude llamando la atención—. Comencemos a seguir pintando y acomodando todo que quedé con alguien.

—¿Al fin vas a aceptar mi propuesta? —para mi sorpresa Logan aparece.

—¿Qué haces tú aquí? —le pregunto.

—La lectora me invitó.

—¿Tienes apodos para todos? —le pregunta Sierra—. Y no, sigo prefiriendo las mujeres.

Logan chasquea la lengua haciendo reír a Adeena.

—Sí, me gustan los apodos.

—Nos dimos cuenta —dice el baboso y Logan lo rebaja con la mirada.

—¿No deberías estar estudiando? —le dice ya que es cierto que tiene cara de niño.

Él le frunce el ceño y coloca su brazo alrededor de los hombros de Adeena, haciendo que yo frunza el ceño.

—No, trabajo en la editorial donde Adeena trabajaba.

—¿Y nunca le dijiste nada a la bruja por lo que le decía a ella? —pregunto molesto y ella se adelanta.

—Yo le pedí que no se metiera más porque una vez casi lo despiden por defenderme.

—Igual no dejaría que traten así a alguien que me importa —digo sin pensar.

Adeena se ve un poco molesta.

—Sólo hagamos esto —dice.

El baboso y Sierra avanzan, pero Adeena toma el brazo de Logan y coloca una mano en mi pecho, deteniéndonos.

—¿Qué les sucede?

Logan me mira, lo miro, miramos a Adeena y nos encogemos de hombros.

—Dejen de tratar de hacer sentir incómodo a Nate, no sé por qué no les agrada, pero es mi novio.

—¿Nosotros? —pregunta haciéndose el ofendido Logan y ella lo mira obvia—. Claro que no, solo que me lo confundí, tiene cara de nene.

—Pues no me hace cosas de nenes precisamente.

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