Capítulo 20

1.5K 167 35
                                    

Pasan unas horas cuando regresamos al departamento luego del club. En el ascensor comenzamos a besarnos de nuevo y no quitamos los labios del otro, incluso cuando Peter abre la puerta para que entremos. 

Nos encaminamos hacía el sofá, sin dejar de besarnos, mientras voy desprendiendo los botones de su camisa. Lo tumbo sobre este y quedo encima de él, luego de quitarme las botas. Acaricio su torso descubierto y Peter desliza sus manos por mis muslos, levantando mi vestido, hasta llegar a mi trasero.  Aparta sus labios de los míos, para posarlos en mi cuello y empezar a besarlo. Hago mi cabeza hacía atrás, llenándome de placer, que me recorre el cuerpo con cada beso que deja. Llevo mis manos hacía su pantalón y le desprendo el botón, para luego bajarle el cierre. 

- Aguarda, Arwen. - me detiene con brusquedad, logrando que me sorprenda, apartando su rostro y levantando sus manos de encima mío - No, no puedo...

- ¿Qué? ¿Estás muy ebrio? - me siento en el sofá, a un lado suyo. 

- No lo suficiente como para seguir con esto. - se dice a si mismo, pero logro oírlo. 

- ¿Disculpa? - pregunto con fastidio. 

¿Cómo se atreve a decir que necesita estar ebrio para estar conmigo? ¿Quién se cree que es?

Me mira firme. - No podemos hacerlo. 

- ¿De que hablas? - pregunto ya molesta. 

- ¡Tú hermano es mi mejor amigo! - exclama alterado. 

Ah, era eso...

- ¿Y eso que?

- ¿¡Y eso que!? ¡No puedo hacerlo contigo! - exclama. - Eres su hermana menor, y esto es cruzar la línea por completo, es romper los códigos de la amistad. ¡Es lo peor que podría hacerle!  

- Ay, no me vengas con esas tonterías. - me quejo irritada. No puedo creer que Renn sea el motivo de que se corte esa velada que venía de lo más bien.  

- No son tonterías. - sigue. - Conoces a tú hermano, sabes como es con respecto a ti. Y no le va a gustar nada que yo este contigo. 

- ¿Y quién es él para decirme con quién puedo o no estar? Me la suda lo que Renn piense. 

- ¡A mi no! Es como mi hermano. 

Puede notar por su mirada que se encuentra muy molesto y que su respiración se encuentra acelerada. 

- ¿Y entonces que? 

Se para y empieza a abotonarse la camisa. - No importa cuanto te desee, no puedo hacerlo. Lo siento. 

- ¡Lo hubieras pensado antes! 

Me mira furioso. - ¿¡Te crees que no he tratado de evitarlo!? ¡Pero me lo haces imposible! Es como si todo el tiempo me estuvieras succionando y cuando no estoy junto a ti, me siento abstemio. ¡Serás mi puta perdición, Arwen! - exclama. - ¿¡Eso querías oír!? ¿¡Qué pienso todo el tiempo en besarte!? - se queda observándome con esa mirada de loco. Suspira y se calma. - Es... es increíble el poder que tienes en mi. - continúa con voz suave. - Puede que no lo entiendas, pero mi amistad con Renn es muy importante para mi. No lo tirare todo por la borda, para ser tu juguete temporario. 

- ¿Si? Pues a mi me parece que eres tú el que está noche juega conmigo. 

- ¿Qué has dicho? - pregunta indignado. 

- Eres tú el que inicia el beso no una, sino tres veces. ¿Y ahora la que estoy jugando contigo soy yo? 

- ¡Tú me provocaste!

- Oh, ¿esa tú excusa barata? 

- Soy débil cuando estoy a tú lado. Lo sabes, y te aprovechas de eso. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora