Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)

Epílogo

2 años después...

Los observo directo a esos ojos tan especiales como él y todo el significado que estos abarcan. Me mira con atención y ese brillo de ternura. En el fondo y pese a todo sigue siendo ese muchacho dulce que toco a mi puerta hace ya un tiempo atrás, aunque por fuera se convirtió en un hombre fuerte, seguro y valiente. 

En estos dos años lo entrenamos rigurosamente, sin parar y exigiéndole hasta el limite, pero él en ningún momento flaqueo, se mantuvo firme en su decisión y dando lo mejor de si. Siempre que alguien lo derribaba se volvía a parar continuar con el combate. La determinación nunca se aparto de sus mirada. Le costó, pero no dejo que su condición fuera un impedimento, sino que eso fue lo que lo impulso. 

Sabía que era el indicado cuando en la primera misión a la que le permitimos ir, le ordene que disparará a uno de los hombres que habíamos capturado y él lo hizo, sin dudar. Paso la prueba. Ahí tuve la certeza de que evidentemente era un Marshall. Me sentí tan orgullosa. 

Izan y yo establecimos un gran vinculo con estos años, nos volvimos muy cercanos. Se que él va a ser lo más cercano que voy a tener a un hijo. Eso fue lo que pensé cuando al decirle que el clan pasaría a ser suyo lo acepto sin dudarlo. "No te defraudaré. Lograré que el apellido Markov y Marshall perdure en el tiempo."

Admito que me encariñe mucho con este chico y se que Cassian también, él al igual se yo estableció un vinculo con Izan. En una ocasión incluso nos dijo que éramos "sus padres de la mafia." Nos reímos por su ocurrencia, pero ambos nos miramos con la satisfacción de oírlo decir eso. 

Abro la pequeña caja de madera que tengo en mis manos y se la extiendo. Izan observa lo que hay dentro y levanta la vista para mirarme muy sorprendido. 

- ¿Es para mi? - pregunta aún en shock. 

Asiento. - Era el arma de mi abuelo. Él se la heredero a mi padre, y mi padre a mi. Ahora yo te la paso a ti. Y tú te encargaras de pasársela a quién siga con el clan.  

- No... no puedo aceptarla. 

- Claro que si, eres un Marshall. Es tuya ahora. Tomalá con orgullo. 

Saca el arma y la toma entre sus manos, acariciándola, mientras la observa. Vuelve a clavar sus ojos en mi. 

- Gracias. - hace una pausa. - Gracias por todo. Por confiar en mi y no rendirte conmigo. 

- Tú te lo has ganado. Me has demostrado de todo lo que eres capaz. Llegaras lejos. 

- No hubiera llegado hasta aquí sin ti. 

Apoyo mi mano en su hombro y le dedico una sonrisa. - Ya estás listo. 

Asiente. Quedamos en silencio por momento. 

- No me harás que me bañe con sangre de cabra, ni que me corte la palma de la mano, ¿verdad? - pregunta bromeando. 

- No. - respondo. - El plan de fundar una secta quedo pospuesto. - agrego divertida. Ambos reímos. - Ahora termina de alistarte, tú familia no tardará en llegar para la fiesta de iniciación. - me dirijo hacía la puerta para salir de su habitación. 

- Ustedes son mi familia. - dice a mi espalda, haciendo que me detenga y me vuelva hacía él. 

Le sonrío levemente. - Por el momento, pero en un futuro tú formaras la tuya propia. Será tú gente, tú equipo, los que formaran tú clan y que elegirás como tú familia. Puede que en principio te irriten y te vuelvan loco, pero serán los que te harán sentir completo y por los que sientas que daría la vida por ellos. - asiente. 

Regreso al frente y salgo de la habitación. 

****

Con Cassian estamos aguardando afuera, uno al lado del otro. Cuando vemos un auto acercarse.