Capítulo 9

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Abro mis ojos al sentir frío se apodera de mi cuerpo. Me sorprendo al ver su lado de la cama vacío. Extrañada me paro y comienzo a vestirme. Me dirijo hacía la cocina y pegado en el frasco de café hay una nota, escrita con una letra apurada, bastante desprolija.  

"E me llamo que necesitaba que fuera al asilo. No podía ir contigo o sospecharían. Seguro regresaré a tiempo para llevar café, nos quedamos sin.

Maldito idiota, como te atreves a irte sin mi a algo del asilo. Ya veras cuando regreses. - pienso para mis adentros. 

Tomo mi celular y noto que tengo muchas llamadas perdidas de mis padres. Miro la hora y veo que ya es media mañana. No quiero que me empiecen a regañar que en donde diablos me metí, no les devolveré la llamada, si de todos modos tengo que regresar para casa, aquí me quede sin ropa limpia. 

Agarro mi bolso y salgo del departamento. Quisiera ver la cara de Demian cuando entre y no me encuentre allí. Eso le pasa por dejarme atrás, habíamos acordado que éramos un equipo él y yo. Me molesta aún más que el idiota de Evan no me haya llamado a mi también, si soy parte del clan tanto como ellos. Malditos hombres y su testosterona. 

Me llevo una gran sorpresa, cuando veo a Peter al salir del edificio. Como siempre lleva uno de esos elegantes trajes con corbata, su cabello prolijamente peinado y su rostro bien afeitado. Está apoyado sobre su auto negro. 

- ¿Qué haces aquí? - pregunto confundida y extrañada a la vez. 

- Tú familia estaba preocupada por tu paradero, me supuse que estarías aquí. Así que me ofrecí a llevarte. - me responde. Lo observo con atención, hay algo muy extraño en su tono de voz y expresión. No es el mismo Peter vivaracho de siempre, que tiene esa pequeña chispa en su mirada. Ahora está como apagado, hasta preocupado diría. - Vamos, que te llevo a tú casa. 

- Bueno... - accedo no muy convencida, algo no me huele bien y soy muy intuitiva para estas cosas.

Queda pensativo por unos segundos. - ¿Crees que pueda pasar al baño? Es un trayecto largo hasta tú casa y no creo poder aguantar. 

- Si, claro. Demian aún no regreso, así que...

Volvemos a subir y entramos al departamento. 

- Es la puerta esa, junto a la cocina. - le indico a Peter. 

Me encamino a sentarme en el sofá, pero me freno en seco, cuando él toma mi brazo. Lo observo y su mirada refleja tristeza. 

- Arwen... - comienza a decir. 

Solo dijo eso, pero a mi el corazón se me encogió. 

- ¿Qué? ¿Qué sucede? - pregunto temerosa. 

Se queda mirándome sin decir nada, es como si le costara encontrar la forma de decirlo, lo que me hace darme cuenta de que es algo grave. Suspira. - Por la madrugada hubo una entrega de emergencia en el puerto. Renn, Evan y... Demian, se iban a hacer cargo, porque era algo sencillo, solo recibir los contenedores. Pero a medio camino hacía allí, Natalie comenzó a tener contracciones, por lo que Evan que iba a Renn lo tuvo que llevar al hospital. Demian quedo a cargo de la operación y...

Mis ojos se humedecen. - ¿¡Y QUÉ!? - exclamo, ya que Peter no sigue. 

Traga. - Hubo una explosión en el puerto. Perdimos el 90% de la gente del clan. 

Mi cuerpo se paraliza, no se en que momento las lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Observo la cama, su lado vacío y frio. 

- Demian... - es lo unico que me sale por la garganta. Mis ojos se humedecen aún más. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora