Capítulo 18

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Me despierto al oír música provenir de la sala. Al ver hacía afuera por la ventana, me percato que aún es de noche. En el reloj que está sobre la mesita veo que son las tres de la mañana. 

¿Qué diablos le sucede que tiene la música tan fuerte a está hora? - es lo que me pregunto a mi misma cuando me levanto de la cama y salgo. 

Me sorprendo cuando al llegar a la sala veo a una bonita mujer morena sentada en el sofá vestida con una pollera de cuero negra que a simple vista parece ser bien corta y un body rojo de encaje con un pronunciado escote. Tiene sus labios pintados de un rojo oscuro y su melena de rulos perfectamente peinada sobre sus hombros. Cuando sus ojos color miel se cruzan con los míos, estos reflejan sorpresa. 

- ¿Quién eres tú? - pregunta. 

- ¿Dónde está Peter? - pregunto yo. 

- ¿Eres su hermanita? 

Meneo la cabeza. - La hermanita que le gustaría cogerse. 

Levanta sus cejas. - ¿Cómo has dicho? - pregunta sorprendida. 

Pero yo no respondo, tan solo la miro con una sonrisa divertida, cruzada de brazos. 

- Sabia que lo tenía por acá

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- Sabia que lo tenía por acá... - se oye la voz de Peter acercarse. - Mónica... - se detiene al quedar parado junto a mi. Me mira. - ¿Qué haces aquí? 

- Vivo aquí, ¿lo olvidas? 

- Peter, ¿Quién es ella? - pregunta la desconocida, parándose. 

- Es Arwen, hermana... - empieza a responde él. 

- ¿¡Es tú hermana!? 

- ¿Qué? ¡No! Es hermana de un amigo. 

Miro a la chica. - Tranquila bonita, no paso nada entre nosotros. Por más que a él le gustaría. - lo miro. - ¿Podrías bajar la música mersa que elegiste? Me despierto temprano por la mañana. 

- De hecho yo también. - sigue ella. - Será mejor que me vaya. - toma su cartera que está sobre el sofá. 

- Pero... ¿y el vino? - pregunta Peter anonadado. 

- Lo dejamos para la próxima. - se encamina hacía la salida. - Nos hablamos. - le dedica una sonrisa forzada y sale del departamento. 

- Pero... no me diste tú número... - sigue parado en su lugar, con la botella de vino en la mano. 

Agarro la botella y me encamino hacía la cocina. - Eso es lo malo de levantar chicas en los bares, se asustan con facilidad. - abro la botella con el abridor y sirvo en las dos copas que están sobre la mesada. 

- ¿Qué le has dicho? - pregunta con fastidio, caminando hacía mi. 

- Solo estuve con ella 30 segundos, ¿Qué le pude haber dicho? - tomo de la copa. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora