- ¿Aún estás segura de que quieres hacer esto? - me pregunta Cassian.
- Si, porque no lo puedo evitar por siempre. - respondo. - Aunque el tema no es ese, sino si tú estás listo.
- No creo que lo este nunca...
- Si puedes conmigo, podrás con el seguro. Siempre me dicen que soy peor que él.
- Tranquilo, el tío Kian es encantador. - le dice Mason.
Los tres estamos en el aeropuerto, aguardando que llegué su vuelo.
Cassian me mira. - Es que es su ahijado. - comento.
- Ah, eso lo explica. - mira a Mason con fastidio.
Este se encoje de hombros. - No es mi culpa haber nacido con el privilegio. - sigue diciendo. Río. - Iré a ver en la pantalla la hora de llegada. - se encamina hacía allí, dejándonos solos.
Apoyo mi mano en el hombro de Cassian, él me mira. - Mi padre es un buen hombre... claro, dentro de todo y dado en contexto.
- No creo que lo sea con el hombre que se va a casar con su hija.
- Sabe lo importante que es esto para mi. Se pondrá en modo perro guardián, pero nada más que eso. No te disparara, ni nada de por el estilo.... a menos claro, que me hagas daño y en ese caso, te despellejara vivo.
- ¿Antes o después de que tú me castres?
Lanzo una carcajada. - Buena respuesta, chico listo.
A Cassian se le borra la sonrisa. - ¿Es él? - pregunta con nerviosismo.
Dirijo mi vista hacía dónde tiene la suya y distingo a Mason caminando hacía nosotros con su padre a un lado, y el mío al otro. Noto como sus ojos brillan al cruzarse con los míos y se me forma una amplía sonrisa.
- ¡Papá! - exclamo con alegría, corriendo hacía él. Me abalanzo encima suyo, abrazándolo, y que a pese a su edad me sostiene con fuerza, siguiéndome el abrazo. Mis ojos se llenan de lágrimas al inhalar y sentir ese aroma tan familiar suyo, de ese contenedor abrazo, o de tan solo el hecho de sentirlo aquí conmigo.
- Mi pequeña. - dice con un tono de voz aliviado, acariciando mi cabello.
- Te he extrañado tanto. - sigo diciendo, sin soltarlo. No me creo capaz de hacerlo.
- No te imaginas lo mucho que yo a ti. - aparta su rostro hacía atrás y nos miramos directo a los ojos, observo esa mirada similar a la mía. Esa ternura con la que siempre me ha mirado, diferente a la gélida que tiene con todos los demás. Apoya sus manos en mis mejillas y las acaricia con sus pulgares. - Eres tú.
- ¿Y quién más sino? - pregunto riendo, aún con mis ojos llorosos.
- Me refiero a que eres verdaderamente tú.
Asiento al comprender a que se refiere. - Así me siento.
- Me alegro, mi pequeña.
Sonrío y poso mi mirada en quien tiene al lado. - ¡Tío Eric! - me apresuro a abrazarlo, a lo que él me devuelve el abrazo.
- Los hemos extrañados. Las cosas no han sido las mismas desde que se fueron los dos. - me dice al apartarme.
- Papá.... - susurra Mason.
- No lo digo como reproche hijo, todos nos alegramos de que hayan seguido su propio camino para encontrarse a si mismos, es un proceso por el que todos debimos pasar. - dice Eric. - Está bien desaparecer a veces. Está bien perderse, encontrarse y volver a perderse. Este mundo está hecho para vivir, no para esconderse en una caja de seguridad.
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Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)
Romansa*SPOILERS "ATRAPADO CONTIGO"* Arwen Marshall es la hija del jefe del clan que domina la ciudad de Nueva York. Cuando cumple la mayoría de edad, lo ve como la oportunidad para conseguir lo que siempre ha querido... ser una de las mujeres más poderosa...