Capítulo 71

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- ¿Aún estás segura de que quieres hacer esto? - me pregunta Cassian. 

- Si, porque no lo puedo evitar por siempre. - respondo. - Aunque el tema no es ese, sino si tú estás listo. 

- No creo que lo este nunca... 

- Si puedes conmigo, podrás con el seguro. Siempre me dicen que soy peor que él.

- Tranquilo, el tío Kian es encantador. - le dice Mason. 

Los tres estamos en el aeropuerto, aguardando que llegué su vuelo. 

Cassian me mira. - Es que es su ahijado. - comento.  

- Ah, eso lo explica. - mira a Mason con fastidio. 

Este se encoje de hombros. - No es mi culpa haber nacido con el privilegio. - sigue diciendo. Río. - Iré a ver en la pantalla la hora de llegada. - se encamina hacía allí, dejándonos solos. 

Apoyo mi mano en el hombro de Cassian, él me mira. - Mi padre es un buen hombre... claro, dentro de todo y dado en contexto. 

- No creo que lo sea con el hombre que se va a casar con su hija. 

- Sabe lo importante que es esto para mi. Se pondrá en modo perro guardián, pero nada más que eso. No te disparara, ni nada de por el estilo.... a menos claro, que me hagas daño y en ese caso, te despellejara vivo. 

- ¿Antes o después de que tú me castres? 

Lanzo una carcajada. - Buena respuesta, chico listo. 

A Cassian se le borra la sonrisa. - ¿Es él? - pregunta con nerviosismo.  

Dirijo mi vista hacía dónde tiene la suya y distingo a Mason caminando hacía nosotros con su padre a un lado, y el mío al otro. Noto como sus ojos brillan al cruzarse con los míos y se me forma una amplía sonrisa. 

- ¡Papá! - exclamo con alegría, corriendo hacía él. Me abalanzo encima suyo, abrazándolo, y que a pese a su edad me sostiene con fuerza, siguiéndome el abrazo. Mis ojos se llenan de lágrimas al inhalar y sentir ese aroma tan familiar suyo, de ese contenedor abrazo, o de tan solo el hecho de sentirlo aquí conmigo. 

- Mi pequeña. - dice con un tono de voz aliviado, acariciando mi cabello. 

- Te he extrañado tanto. - sigo diciendo, sin soltarlo. No me creo capaz de hacerlo. 

- No te imaginas lo mucho que yo a ti. - aparta su rostro hacía atrás y nos miramos directo a los ojos, observo esa mirada similar a la mía. Esa ternura con la que siempre me ha mirado, diferente a la gélida que tiene con todos los demás. Apoya sus manos en mis mejillas y las acaricia con sus pulgares. - Eres tú. 

- ¿Y quién más sino? - pregunto riendo, aún con mis ojos llorosos. 

- Me refiero a que eres verdaderamente tú. 

Asiento al comprender a que se refiere. - Así me siento. 

- Me alegro, mi pequeña. 

Sonrío y poso mi mirada en quien tiene al lado. - ¡Tío Eric! - me apresuro a abrazarlo, a lo que él me devuelve el abrazo. 

- Los hemos extrañados. Las cosas no han sido las mismas desde que se fueron los dos. - me dice al apartarme. 

- Papá.... - susurra Mason. 

- No lo digo como reproche hijo, todos nos alegramos de que hayan seguido su propio camino para encontrarse a si mismos, es un proceso por el que todos debimos pasar. - dice Eric. - Está bien desaparecer a veces. Está bien perderse, encontrarse y volver a perderse. Este mundo está hecho para vivir, no para esconderse en una caja de seguridad. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora