Capítulo 46

1.3K 140 16
                                    

Las días van pasando de forma vertiginosa, haciéndose semanas.

Sin embargo, mi relación con Cassian no ha tenido grandes cambios. Seguimos con nuestros comentarios sarcásticos hacía el otro, pero nada más allá de eso. No hemos profundizado en lo que podría llamarse "relación". Mason dice que deberíamos solucionar de una buena vez la tensión sexual que hay entre nosotros. Aunque yo no le llamaría sexual, sino más bien de poder, como ver quien tiene la ultima palabra. Pobre tonto si cree que él la tiene.

Lo que si le reconozco es que logro ponerme los pelos de punta y quitarme el aliento cuando me saco fuera de la casa y me dijo "solo has visto la punta del iceberg de lo que soy", su mirada se torno aún más oscura y penetrante, y su voz sonaba como navajas saliendo de su garganta, que podrían haberme degollado de haberlo querido. Aunque yo hubiera preferido que me cogiera en ese mismo lugar, con esa fuerza y brusquedad que lo caracteriza. Si, el poder me excita. No me juzguen.

Termine comprando la casa, así que al poco tiempo comenzamos a refaccionarla. Le dije a Cassian que el dinero no era un inconveniente, por lo que contrato a muchas personas para terminar antes con todo. No queremos que nadie sepa de la zona secreta, y como bien dijo Nikolai, el bunker es la mejor zona de la casa, no necesita de ninguna clase de remodelación. Cuando los trabajadores se van por la noche, los cinco nos encargamos de preparar la que va a ser nuestra nueva morada... Pavel tiene un nuevo equipo de informática, también compramos cosas para entrenar, llevamos todas las nuevas armas que ahora están a nuestro poder luego de los ataques que hicimos. De a poco todo va tomando forma.

- Ahí pude terminar de concretar la venta de dos camionetas nuevas. - anuncio. - No podemos seguir transportándonos en esa, que parece la de Scooby Doo.

Estamos en la morada nueva, sentados alrededor de la larga mesa.

- ¿No crees que llamara mucho la atención? - pregunta Pavel. - La mansión remodelada, los autos caros... tú.

- No, porque en lo que a mi respecta solo soy una heredera malcriada que le gusta gastar el dinero de su padre consentidor y millonario. Y que me vine hasta aquí porque me enamore de un muchacho ruso en línea y ahora estoy siguiendo a mi corazón al venir a vivir a Moscú para casarme con él.

- ¿Ese vendría a ser yo? - pregunta Cassian.

- Claro, tesorito. - respondo.

- Vaya, que debes ser un encanto lleno de piropos, hermano, para que una chica se venga hasta aquí. O lo que escondes en tus pantalones la trae loca. - lo fastidia su hermano, a lo que el otro le responde mostrándole su dedo medio y dedicándole su mejor expresión de pocos amigos.

- Esa es la imagen que debemos vender. - sigo diciendo. - Que solo soy una niña que no piensa más que en zapatos. Al menos hasta que tengamos una mejor posición, no nos verán venir.

- ¿Quienes? - pregunta Nikolai.

- La gente que tiene el poder... hasta ahora. - respondo. - Apenas estamos comenzando, y solo nos quitamos algunos idiotas del camino. Necesitamos aliados en el poder, además de deshacernos de algunos estorbos más.

- ¿Y cómo planeas hacer eso? - pregunta Cassian, cruzado de brazos.

- Sencillo, la mejor forma de impresionar a alguien es con una buena fiesta.

- De niños no nos invitaban a las fiestas de cumpleaños, así que no podemos ayudarte con eso. - dice Nikolai.

- Vaya, que sorpresa. - digo con sarcasmo. Poso mi vista en Cassian, quien me observa 'de esa forma firme, pero con atención e interés. - En esa clase de fiestas lo más importante es aparentar. Por eso la casa debe estar perfecta, todos ustedes bien elegantes con sus trajes, yo con un caro vestido. Cuando los de afuera ven tanto lujo y ostentosidad, quieren formar parte de tus... contactos, por decirlo a de alguna manera.

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora