Capítulo 73

1.2K 155 28
                                    

Una vez que terminamos de cenar con mi padre, regresamos a la casa. Él se va hacía la habitación de Mason, la cuál comparte con Eric, y yo sigo hacía la mía. Me sorprendo al ver a Cassian sentado en el borde de la cama, aún así siento alegría y una especie de satisfacción al encontrarlo allí. 

- ¿Está todo bien? - pregunto acercándome a él y quedando frente suyo, entre sus piernas. 

- Si. -  responde llevando sus manos a mi cintura. - Solo aguardaba por ti. - agrega. Apoyo mis brazos sobre sus hombros. Ambos nos miramos en silencio. 

Sonrío pícara. - Así que aguardabas por mi... - digo divertida. 

- Siempre. - dice con voz firme. - Me siento extraño cuando no estoy contigo. 

Llevo mis dedos a su cabello y los deslizo por este, sin quitarle la mirada de encima. 

- Yo cuando no estoy contigo... te pienso siempre. Te tengo como... como incrustado en mi cabeza. 

- ¿Y eso es algo malo? - pregunta. Niego. 

- No. - respondo en voz alta. - Son pocas las personas que logran tener un impacto en mi vida. Normalmente todas siguen de largo. - nos quedamos observando en silencio. Me gusta cuando compartimos miradas, acompañadas de esos silencios relajantes. Es como si mis ideas se acomodaran mientras tanto. - Cass... - comienzo a decir. 

Apoya su frente en mi vientre, sin quitar las manos de mi cintura. Yo sigo acariciando su cabello. - Me gusta cuando me llamas así. - susurra. 

- ¿Crees que podríamos probar compartir habitación? - continuo diciendo. Él rapidamente levanta la vista y clava sus ojos oscuros en mi con firmeza. - Ahora porque estamos con los demás, pero luego cuando se marchen, ¿cada uno estará en la suya, en su propia habitación? Como si fuéramos unos ancianos que llevan 50 años de casados y que ya no se aguantan más. 

- No, pero podríamos seguir como hasta ahora. 

- ¿Qué te quedas aquí hasta que me duermo? - pregunto con fastidio. 

- Es lo mejor. 

Siento una punzada en el pecho al oír eso. Me aparto de él. 

- ¿Por que me tienes tanto miedo? - pregunto. 

- No se trata de eso. - responde serio. - No te tengo miedo de ti, sino a mi mismo y de esa persona que no puedo controlar. No quiero que tú también te sientas así. 

- No te tengo miedo. 

- No me has visto. 

- De todos modos, no podría tenerte miedo. No a ti. - digo. Hago una pausa, mientras lo observo con atención. - No hay que ignorar las cosas, Cassian, ni meterlas bajo la alfombra. - sigo diciendo. - Hay que enfrentarlas y ver de buscarle la vuelta, ya sea con una solución, o... o lo que sea. - él no responde, tan solo baja la mirada. - Ya me canse de hacerlo a tú modo, ahora lo haremos al mío. - finalizo con voz severa para que note cuan enserio hablo. 

Levanta la vista. - Es mi tema, Arwen. - dice apenado. 

- Ya no más, porque estamos en el mismo barco. - digo. - Y si tiene que ser, nos hundiremos juntos. Tú decides que será, si hundes más el bote o me ayudas a sacarlo a flote. No seremos un matrimonio idílico, pero eso no va a implicar que cada uno ande por su lado. Pronto va a haber unas esposas imaginarias rodeando nuestras muñecas, que nos van a atar. ¿Está claro? - pregunto firme. 

- Si. - responde con una leve sonrisa. 

Regreso con él, llevando mis manos a su rostro. 

- Eres el segundo hombre más fuerte que conozco. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora