Capítulo 23

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Cuando regreso al departamento, me sorprendo al verlo a Peter. Está parado en la cocina, tomando de una copa de vino.

- Allí estás. - me dedica una sonrisa al verme. - Salí antes del trabajo y pensé que podríamos almorzar juntos en... - no lo dejo terminar la oración, que me acerco rapidamente hacía él y lo abrazo. - ¿Qué sucede? - pregunta preocupado, envolviéndome con sus brazos. 

Luego de unos minutos, en los que me siento un poco mejor luego de ese reconfortante abrazo, me aparto y lo miro. Acaricia mi cabello, sin dejar de observarme. 

- Fui por mi auto al departamento y... conocí a una de las hermanas de Demian. 

- ¿Vanessa? - pregunta. 

- Si, ¿Cómo lo sabes? - pregunto extrañada. 

Su mirada refleja tristeza. - Yo tuve que... tuve que llamarla para avisarle lo que sucedió con su hermano. Ella me pidió la dirección de donde vivía y se la di. No creí que tú te quedarías allí, sino te lo hubiera consultado. 

- Está bien, no hay problema. De hecho, me gusto conocerla. 

- ¿Ah si? 

- Si, por un tiempo pude sentir como si él estuviera junto a nosotras. - digo con una sonrisa, pero quedo seria. - Le prometí algo. 

- ¿Qué cosa? 

- Que encontraría al responsable de la explosión y que lo haría pagar. Traducido a mi idioma, es "lo haré sufrir". - me mira con preocupación. - ¿Qué? 

- Nada. Es que me preocupa un poco oírte hablar así. 

- ¿Así como? Es la verdad, es lo que hacemos. 

- Solo quiero decir que cuando las cosas se vuelven muy personales, eso llega a nublarte el juicio. 

- ¡Pues claro que es personal, Peter! - exclamo. - Además, ¿Qué crees que mi hermano hará? ¿Qué los invitara a tomar el té? ¡No! ¡Los hará pagar por lo que nos han hecho! Y yo estaré ahí, en primera fila. Hasta soy capaz de rebajarme y rogarle a Renn para que me deje hacerlo a mi, porque no será un simple tiro en la frente, no, será una escapatoria fácil, lo haré sufrir. 

Suspira. - No hablemos de esto. 

- ¿Qué? ¿No podrás dormir en la noche? - pregunto con fastidio. - Hace dos años que trabajas en el clan, no debería sorprenderte como hacemos las cosas. 

- ¡No se trata de eso! - exclama molesto. 

- ¿¡Y entonces qué!? 

- ¡Qué me cuesta imaginarte a ti en esa situación! - grita alterado. - Todo se nos ha ido a la mierda, exploto la gente, el asilo, el equipo, los chicos tuvieron que huir del país. ¡Temo que algo te pase a ti también! 

- Somos Marshall, Peter. Y siempre salimos airosos. Sobre todo porque no nos rendimos y luchamos hasta el final. Saldremos de esta. Nadie más de nuestro equipo saldrá lastimado. Resurgiremos de entre las cenizas. 

Sonríe dulce, más tranquilo. - Lo sé... 

- Pues, no lo dudes nunca. 

- A veces no puedo evitarlo. Es normal cuando se trata de personas a las que quiero. 

Sonrío divertida y me acerco más a él, hasta quedar frente a frente, a unos pocos centímetros de distancia. 

- ¿Yo estoy incluida? - pregunto susurrando, sin quitarle la mirada de encima, ni mi sonrisa. Peter no tarda en ponerse nervioso. - ¿A mi también me quieres? 

- Claro que si. - responde, también susurrando. Acercando su boca más a la mía, sin quitarle la vista a está. - ¿Cómo no podría? 

- Buen argumento. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora