Capítulo 7

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Las semanas van pasando y yo de apoco me voy acostumbrando a este capítulo nuevo de mi vida. Realmente disfruto estar en el clan y la responsabilidad que eso conlleva. Puede que sea una tontería, pero me siento muy motivada y con mucha energía. Estoy haciendo lo que vine a hacer a este mundo... es un inicio, de hecho. 

Pesé a que aún no hemos encontrado al responsable de la muerte de Finn, mis padres me están dando un poco más de libertad. Por supuesto que no les digo que me estoy viendo con alguien, pero al menos no hacen tantas preguntas, lo que me evita tener que mentir tanto. No me gusta ocultar las cosas, es como si estuviera haciendo algo malo y yo se que no es así, pero es para evitarme dolores de cabeza con mi padre y Renn, que son muy asfixiantes conmigo. 

Creo que lo que más me gusta de estar con Demian, es que a su lado me siento más ligera, más libre. Tengo que admitir que últimamente estamos pasando demasiado tiempo juntos, es cuestión de tiempo para que parezca que vivo con él en lugar de ir a visitarlo. Aunque parece ser que no soy la unica que lo también piensa eso, ya que hace unos días atrás me dio una copia de las llaves de su departamento. El argumento que uso fue "para que no tengas que esperar abajo a que te abra". Ni que viviera en el piso 100, aún así las tome. Lo más chistoso fue cuando el casero me vio entrar una tarde y me dijo "aquí tiene la correspondencia de su novio". No lo corregí. Aún me pregunto por que... 

Es sábado por la mañana. Por la ventana pegada al colchón entran los rayos del sol y el sonido del caos de Nueva York. Adoro ese sonido. Y adoro cunado la luz del sol le da al cabello rubio de Demian, al ser tan claro le da ese toque dorado. Él está acostado, y yo estoy encima suyo, ambos estamos completamente desnudos. Tiene sus ojos cerrados, mientras con la yema de unos de mis dedos la voy pasando por todo su rostro...su frente, sus cejas, el tabique de su nariz, sus pómulos, esos labios, esa barba pinchuda que me encanta. Deslizo mis dedos por su cabello suave. Hicimos un trato. El me dejaría acariciar su rostro, que no le gusta que lo hagan y a cambio yo lo dejaba apoyar sus manos en mi trasero, que es dónde se encuentran en este momento. 

- ¿Te han dicho que tienes un rostro muy perfecto? - pregunto, mientras no le quito la mirada de encima. 

- ¿Te han dicho que tienes un trasero muy perfecto? - dice él, sin abrir sus ojos. - No te detengas, puedes seguir acariciándolo. 

- Creí que no te gustaba...

- Es relajante cuando tú lo haces. 

- Podría morderte. 

- Bueno. Pero yo te muerdo una nalga. 

Río. - Ya te gustaría. - Lo sigo observando. Me acerco más a él y le muerdo una mejilla. 

Abre sus ojos rapidamente y me mira indignado. - Con que eso quieres. 

Trato de levantarme y alejarme, pero me detiene agarrándome del brazo. Me atrae hacía él, abrazándome, mientras trato de zafarme, pero no me suelta. Comienza a morderme el cuello, río mientras pataleo. 

- Demian, detente. - le pido riendo

- Oh no, voy a cumplir lo que prometí. - con poca dificultad me pone contra el colchón. Empieza a hacer un recorrido de besos desde mi cuello, por toda mi columna, hasta llevar a la zona baja. Me aferro a las sabanas, mientras él da leves mordiscos en mi trasero. Sigue por mis muslos. Finaliza dejando un beso en mi mejilla y volviendo a acostarse a mi lado. 

Estamos sentados en la cama, con nuestra espalda apoyada en la pared, con nuestras tazas de café entra nuestra manos. 

Demian deja un beso en mi hombro. - ¿Qué dices si está noche hacemos algo diferente? - deja otro beso. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora