Capítulo 8

1.5K 173 36
                                    

Hola queridos lectores! 

Gracias por sumarse a está nueva historia, que ya llego a las 500 lecturas en una semana. 

Me ayudarían mucho si también me apoyan leyéndola en Sueñovela, que también está gratis. Se los agradecería mucho. 

Saludos! Espero estén disfrutando la historia. 

****

Es de noche, cuando ya estamos acostados en su cama, luego de ducharnos. Ambos desnudos, bajo las sabanas y las muchas mantas. Me gusta esa sensación, de que sacar apenas un dedo podría congelarme de frío, pero que dentro de este bunker de sabanas y mantas estamos calientes, con nuestros cuerpos pegados, entrelazando nuestras piernas de una forma que costaría distinguir donde empieza él y donde empiezo yo. Demian acaricia mi brazo. 

Estás ultimas semanas salimos de los confines de lo conocido y empezamos a hacer más cosas juntos. Normalmente después del trabajo vamos a tomar algo o a cenar, y luego venimos hacía aquí. Mi hospedaje está a un simple paso de volverse permanente si sigo así. Hasta ya incluso vacío la mitad de sus cajones para darme los otros a mi y que tenga mis cosas. Un nuevo cepillo extra se encuentra junto al de él, el vaso que está encima del lavabo. 

¿Esto podría estar yendo muy rápido? Si, podría ser. Pero, la verdad es que no es intencional, tan solo se está dando así. Y eso es lo que más me agrada, que no es forzado, que no es por compromiso o por una cuestión de tiempo, sino porque tiene que ser. 

- Oye, hay una fiesta de Halloween dentro de unas semanas, compre dos entradas. - comienza a decir. - ¿Qué dices si vamos?

- Nos reconocerán. ¿O es que te decidiste a que tienes ganas que mi hermano te estrangule? 

- Ese es el punto de ir disfrazados. 

Quedo pensativa.- Depende. ¿Qué pensaste como nuestro disfraz? Si me impresionas con eso, me apunto. 

- Arwen y Aragorn, de el señor de los anillos. 

- Vaya, puntos por la originalidad. 

- ¿¡Que!? ¿¡Bromeas!? ¡Es una excelente idea! - exclama entusiasmado. - Tú estás perfecta, yo me puedo teñir el cabello de oscuro. 

- ¿Quieres oír una anécdota familiar?

- Si, muero por oírla. 

- Cuando mis padres se dieron su primer beso, estaban en una fiesta de disfraces e iban como Arwen y Aragorn. 

Sonríe. - Con que de ahí viene tú nombre. 

- Así es. 

- Bueno, velo así, si vamos disfrazado de ellos, nos daremos un beso, no será el primero, pero la intención está. Y luego cunado tengamos un hijo lo llamaremos Aragorn. 

- Oye, oye, desacelera, que vas muy rápido. 

- Lo siento, me entusiasme. 

- Si, me percate de eso. 

- ¿Qué acaso tú no piensas a futuro? 

- Si, pero me veo siendo la jefa de un clan, haciendo temblar a todo aquel que oiga mi nombre, no cambiando pañales. - lo observo, él queda pensativo. - ¿Qué tú si?

- Por supuesto que ahora no, pero un futuro capaz que me gustaría. Tengo muchos sobrinos y los adoro, me encanta estar con ellos, o cuando alguna de mis hermanas me pedía que los cuidara. 

- Es diferente. Los sobrinos son mejor, porque es solo por unas horas y siempre se los puedes devolver a sus padres, o a los abuelos, en todo caso. Y su educación no depende de ti. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora