Capítulo 16

1.4K 159 30
                                    

Los días van pasando con monotonía. Me levanto, desayuno, voy a entrenar, me ducho, almuerzo, estudio un poco, otra vez entreno, otra vez me ducho, ceno y a dormir. Tengo toda mi atención y energías puestas en seguir entrenando duro para ir mejorando. Soy autodidacta, miro algún video en línea y lo pongo en practica, sumándole lo que me enseño Renn y Demian todos estos años. Sobre todo Demian, quién me entreno con todo lo que sabía. Siempre le estuve muy agradecida por eso, me exigía más que nadie.   

Así que me mantengo confinada en las paredes del pent-house. Rechazo las llamadas y mensajes de mis amigas con invitaciones a fiestas o eventos, por lo que últimamente mi unica compañía es Norma, la agradable mujer que trabaja en la casa, y que por cierto cocina riquísimo. 

A Peter casi no lo veo, está todo el tiempo fuera, trabajando en ese importante bufete de abogado en el que lo contrataron. Y cuando llega, tarde, suele encerrarse en su oficina, por lo que últimamente no hemos estado cruzando camino, lo que implica solo decirnos unas cuatro palabras al día. Tengo la impresión de que me evita luego de lo que no paso esa noche. En mi opinión le está dando demasiada importancia, solo jugaba con él como acostumbramos, salvo que está vez no use las palabras para fastidiarlo. ¿Se me habrá ido la mano? No supuse que se lo tomaría tan enserio. Fue una tontería.

Salgo de la habitación, al oír una voz desconocida hablar en voz alta. A medida que me voy acercando hacía la sala, se oye con más claridad y enseguida la reconozco, pese a que hace años que no lo hago. Lo veo de espaldas, parado en el medio de la sala. Mi presencia no tarda en hacerse notar, por lo que se gira y clava sus ojos celestes en mi, se le forma una amplia sonrisa blanca en su rostro. 

Otro de los amigos niño bonito de mi hermano. Cuando éramos niñas solíamos suspirar todo el tiempo cada vez que alguno de los amigos de Renn venía a mi casa. Así que era normal que todas las pijamadas con mis amigas fueran allí. 

- Vaya... te la tenías guardada, Peter. - dice Alex divertido, echándole un vistazo a su amigo, quién está sentado en el sofá, con un vaso en su mano. - Está buenísima. 

- ¿Puedes comportarte? Es Arwen, la hermana de Renn. - le pide Peter serio. 

- ¿¡Qué!? - exclama. - No, Arwen tiene como 14... o 13. 

- Tengo 18 imbécil. - respondo con fastidio. 

- ¿Dónde quedo la niña dulce? - pregunta. 

- Junto con la otra mitad de tu cerebro. 

- Que malvada. - dice. Vuelve la vista a Peter. - Pudiste habérmelo dicho, no te voy a juzgar. Yo esperaría a que sea legal, pero... - queda pensativo. - ¿Renn ya sabe? Recuerdo que es bastante guardabosque con esas cosas.  

- No estoy saliendo con Arwen. - le responde molesto. 

- ¿Y que hace aquí? - pregunta Alex extrañado. 

- Me está dando hospedaje. - me siento en la otra punta libre del sofá. - ¿No te enteraste que ahora somos algo así como prófugos? Mi hermano y tuvo que huir de la ciudad con su equipo. 

- ¿¡Qué!? - exclama con sorpresa. Mira a Peter. 

- Estaba por contarte, hasta que empezaste a interrumpirme y hablar de las dos modelos suecas con las que viajaste. 

- Ah si. - dice Alex. - Es que no soy bueno escuchando a los otros. 

- Que va, si no me había dado cuenta. - responde su amigo con sarcasmo. 

- Desde que tú y Renn se bajaron del yate de la diversión, ahora los dos son unos amargados. Quiero a mis amigos de vuelta. 

- Eres tú que necesita pisar tierra, Alex. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora