Capítulo 12

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- ¡Arwen! - me llama con voz firme Renn a mis espaldas, mientras sigo caminando por el hall de su edificio, hacía la salida.

- He dicho que no pienso marcharme de la ciudad. - respondo, sin detenerme.

- ¡Espera! - sigue llamándome. Me freno en seco, cuando él me detiene al agarrarme el brazo. Ambos nos miramos.

- Suéltame o verás que tan bien me has enseñado a atacar a alguien. - sentencio.

- Quiero que me escuches. - me dice con voz severa. - ¿Tengo que recordarte quien da las ordenes aquí?

- Ni sueñes que voy a huir y a esconderme en otro país.

- ¿¡Y tú te crees que nosotros queremos!? ¡No tenemos opción! - grita molesto. - ¿¡O todavía no entiendes que lo hemos perdido todo!? ¡Sin clan, sin gente, sin armas!

- Tienes razón. - admito. - Aún así, no pienso irme.

- Arwen, este no es un buen momento para actuar como una niña caprichosa... - comienza a decir. - ¡No hay un lugar en el que podamos estar a salvo aquí en Nueva York!

- ¿Caprichosa? ¿¡Y qué hay de nuestros padres!? ¿¡Los dejaremos atrás!?

Queda pensativo, mirándome. Me suelta el brazo. - Ellos estarán bien... - esas palabras salen de su boca, pero sus ojos reflejan otra cosa.

- No pienso dejarlos. Menos si nos vamos a otro país, en el que estaremos completamente incomunicados.

- ¿Por qué tienes que hacer todo más difícil?

- No lo hago difícil, lo hago a mi modo.

- Así no se trabaja en equipo.

- No soy una de tus ovejas, Renn.

- No se trata de eso. Tú también quedaras sola, si vamos al caso.

- No me buscan a mi, solo me ven como una adolescente recién iniciada. Quien diablos sea, tiene interés en ustedes, o en ti, mejor dicho.

- De nada sirve que me siga negando, ¿no?

- Así es, no me vas a convencer de marcharme. - me observa con esos ojos iguales a los mío, puedo notar la preocupación en su mirada. - Créeme, se cuidarme sola. Te sorprendería.

- Tú siempre logras sorprendernos a todos. - hace una pausa. - Peter también se quedará en la ciudad.

- Está bien. - seguimos con nuestra mirada clavada en el otro. - Cuídense, ¿si? - digo. - Y vuelvan, que tenemos que recuperar nuestra ciudad.

Sonríe levemente. - Si. - responde. - Y tú sigue entrenando.

- Nunca dejo de hacerlo.

Me abraza con fuerza. - Cuida de los viejos. Y de ti. No hagas locuras.

Sigo su abrazo. - Estaremos bien. - lo tranquilizo.

- Lo sé... Somos Marshall.

Esas dos palabras es algo que siempre han significado todo para mi, más que cualquier otra cosa. Tan solo eso basta... Somos Marshall. Aún así, yo quiero agregarle una palabra más... Soy Arwen Marshall. Puede que para todos ahora tan solo sea una adolescente iniciada, pero seré mucho más. Seré la mejor Marshall. Nadie se atreverá a subestimarme. Seré imparable, nada me detendrá.

***

Luego de la reunión que tuvimos todos los miembros del clan, en la que se decidió que lo mejor sería que los miembros jóvenes se fueran de la ciudad hasta que encontremos una solución a todo esto que está pasando, regresamos con mis padres a la casa.

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora