Capítulo 42

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Al salir de mi habitación, luego de terminar de hablar con mi padre, veo a Mason ya vestido y bien abrigado para salir, apoyado en la pared de enfrente.

- ¿Por qué has tardado tanto? - me pregunta. - Sabes como es con la puntualidad el príncipe de las tinieblas.

- Lo siento. - me disculpo, acercándome a él, luego de cerrar la puerta. Termino de acomodarme el tapado, para después ponerme la bufanda y mi gorro de lana. - Hablaba con papá, que se entero que tuvimos que ver con la muerte del ruso ese.

- ¿Qué? ¿Cómo lo supo? - pregunta extrañado.

- Es Kian Marshall, a él nada se le escapa, tenga la edad que tenga. Además, sabe la hija que tiene. - comenzamos a caminar por los pasillos para dirigirnos al ascensor.

- ¿Acaso sabe que te comprometiste con un pandillero al que no conoces de nada?

- De saberlo, no tengas dudas de que ya estaría aquí, regañándome en vivo. - digo entrando al elevador. - Y de todos modos, no es un pandillero. No me casaría con uno si lo fuera.

- ¿Y cuando piensas decirle? Claro, teniendo en cuenta de que planees hacerlo.

- Por supuesto que le diré, ¿Quién me va a llevar al altar sino?

- Wow, supuse que te casarías como Renn y Nat. - sigue diciendo Mason, asombrado, al salir del hotel. - Que irían al ayuntamiento, como un tramite más y listo.

- Soy Arwen Marshall, y hago las cosas en grande, sino no las hago. Y como mi intención es casarme solo una vez, haré una fiesta inolvidable. Siempre desee una gran boda, con un vestido pomposo y caro, y a mi prometido con un elegante traje, así que planeo cumplir mi capricho.

- ¿Le dirás a tú hermano?

- Quiero que sea inolvidable porque fue hermosa y perfecta, no porque termino en un tiroteo.

- ¿Y que? ¿Acaso vas a alquilarte una familia? - pregunta. - Porque dudo que el príncipe de las tinieblas tenga familia, aparte de su hermano.

- No está mala tu sugerencia. ¿Jennifer Aniston estará ocupada? Me gustaría que haga de mi madre, estoy segura de que papá no opondrá resistencia.

- ¿Y a quien contrataras para que haga de tú hermano?

Quedo pensativa. - Zac Efron es una buena opción.

- ¿Puede ser mi cita?

- Claro.

Ambos nos miramos riendo y nos subimos al auto que alquilamos. Conduzco por unos 20 minutos, hasta que llego al lugar de encuentro de siempre. Al entrar al galpón, ellos se encuentran sentados alrededor de la larga mesa, con Cassian en la punta, que apenas entro tiene ya clavado sus ojos oscuros en mi.

- Gracias por honrarnos con su presencia, su real emperatriz. - dice este con su voz ronca y áspera. Noto que entre sus dedos tiene un cigarrillo encendido.

- Tuvimos un percance. - me excuso, acercándome.

- ¿No hubo forma de que encontraran la ruta para volver a Estados Unidos? - pregunta Nik con evidente sarcasmo. - O a otro país.

- Creí que habíamos llegado a la conclusión de que nos necesitábamos mutuamente... y de que cerrarías la boca. Blah, blah, blah... ¿lo olvidas?

Pone sus ojos en blanco.

- Ignóralo, solo le gusta ir en contra de la marea. - me dice Cassian serio, luego de darle una calada a su cigarrillo. Como acostumbra, va vestido de negro.

- Vaya, a mi también. - digo. - Que raro que no nos llevemos mejor. - me siento en una de las sillas vacías, Mason me imita.

- Es un gato arisco, no se lleva bien con nadie. - agrega Pavel.

- A Cassian no lo veo tampoco muy simpático. - sigo diciendo, miro a Pavel. - ¿Eso te hace a ti el más extrovertido de los tres?

- Antes aparte de las computadoras, también era estafador. - me informa Cassian. - Ser un encanto era parte del espectáculo, además del hecho de ser extranjero que lo hacía un ser exótico.

- Oh vaya... - digo sorprendida. - ¿Ya no lo haces más?

- Tuve un malentendido con alguien que no debía y estuvieron a nada de dejarme desnudo en la nieve, en medio de la noche para que me muriera de una pulmonía, sino fuera por Cass, que se encargo de ellos y me salvo de una muerte segura.

Poso mi vista en él. - Cassian al rescate, el héroe en este lío.

Se le forma una sonrisa maliciosa en su rostro y se hace hacía adelante, apoyando los brazos sobre la mesa. - No me consideraría el héroe en está historia. Soy más bien como el villano. - dice. Su mirada de alguna forma se torna más oscura y tiene ese brillo. - Yo te diría que desde ahora lo vayas entendiendo.

- Que bueno, porque yo no soy la protagonista que es una niña buena, virgen y sumisa, que aguardo a que me juntes los libros que se me cayeron luego de que chocáramos en el pasillo de la escuela.

- Créeme, ya me he dado cuenta de eso.

- Perfecto entonces, eso hará las cosas entre nosotras más sencillas.

- ¿Sencillas? ¿Contigo? - Cassian lanza una risa socarrona. - Eso no es lo que dice tú sinopsis.

- Pues mira, te diré algo que no dice allí. Es fácil mantener una relación conmigo... Tienes que hacer todo lo que yo te diga y listo.

- Claro. - sigue riendo.

Hasta su risa es sexy. Carajo.

Tengo una confesión que hacer. Que en parte me avergüenza un poco, pero por otro lado yo creo que es bastante comprensible, basta solo con verlo. Últimamente he tenido sueños +18 con Cassian. Y no solo me he despertado sobresaltada, bastante cachonda, sino también decepcionada. Tuve que verme obligada a darme una manito a mi misma, allí abajo. Nunca había tenido está clase de sueños, con nadie. Justo tienen que venir a ser con él.

- ¿Y bien? - pregunta Cassian, trayéndome de vuelta a la realidad. - ¿Qué es lo que sigue en tú plan?

- Lo que sigue ahora es a gran escala.

- ¿Quieres acabar con el presidente? - pregunta Cassian.

- Tentador, pero no por el momento.

- Es una lastima, te verías bonita como primera dama.

- Lo tomaré como chiste, ya que no sería la primera dama ni de George Clooney, sino la primera presidente mujer de Rusia, no un maldito accesorio.

- Supuse que dirías eso...

- ¿Y para que mierda lo dices entonces? - pregunto con fastidio.

- Quería corroborar que tanto te voy conociendo. - responde. - Además, quería oírte decirlo, suena mejor que en mi imaginación.

Me quedo observándolo fijo, en silencio. Él tampoco me quita la mirada de encima.

- Si quieren nos vamos, así continúan con los piropos nada sutiles y le concurso de miradas. - dice Nik. - Nos hacen un favor a todos si cogen de una vez y se termina esa tensión que palpita.

- Creí que era el unico que lo notaba. - agrega Pavel. - Aunque mi duda era si es tensión sexual o tensión por las ganas de matarse.

- ¿Acaso hay una diferencia con estos dos? - sigue Nik.

- No hablen como si no estuviéramos aquí, oyéndolos. - dice Cassian, sin dejar de mirarme.

- Hermano, puedes parpadear, no hará que se te encoja el pene.

- Hay que seguir con el plan, no hay tiempo que perder. - ordeno. Él sigue en la misma posición. - ¿Me has escuchado? - le pregunto fastidiada.

- ¿Acaso existe la posibilidad de que no lo haga? - responde, esbozando una sonrisa arrogante.

Puede que no tenga el mejor clan de Moscú, ni siquiera de Rusia, pero lo que si le reconozco es que sabe como lograr cabrearme y excitarme al mismo tiempo. Y esa es una habilidad que nadie posee... hasta ahora.

Por primera vez siento como si ahora alguien estuviera jugando mi mismo juego, pero no en contra, sino en una partida doble. Y eso me fascina, como también me llena de adrenalina.

Carajo.

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora