La noche llegó y yo ya estaba lista, aguardando a que Elena venga por nosotros.
Cuando salgo del vestidor, doy un brinco hacía atrás al ver a Cassian parado en el medio de la habitación.
- ¿Logré asustarte? - pregunta divertido, con una sonrisa arrogante en su rostro. Queda pensativo. - Aunque no se si tomarlo como una ofensa o no.
- Idiota. - refunfuño. - Solo tenía mis pensamientos en otra cosa y me sorprendí de verte ahí parado.
Se acerca a mi. - Creí que en teoría está era también mi habitación.
- Si, en teoría... ¿Qué acaso quieres volver y reclamar tu lugar? - le pregunto acercando mis labios a los suyos.
- Hay otra cosa que quiero reclamar en estos momentos y lo llevas cubierto por ese vestido.
- Oh, ¿no te gusta? - le pregunto falsamente apenada, pero provocativa. Le enseño mi pierna a través del tajo del vestido y la deslizo por la suya, frotándola. Toma mi muslo y con su otro brazo rodea mi cintura, y me levanta, llevo mis brazos a encima de sus hombros, paso mis dedos por su cabello. Cassian acaricia mi muslo y se detiene al llegar su mano a mi trasero.
Sonríe divertido. - ¿Hay algún motivo por el que no lleves ropa interior?
- Quería facilitarte las cosas. - respondo. - Además, como no dejas de rompérmelas me estoy quedando sin.
- Uy, y eso si que sería una lastima.
- Sobre todo para ti.
- No te das una idea. - sigue observándome con esa sonrisa arrogante y ese brillo en sus ojos oscuros. Bajo mi mirada a sus labios y es ahí cuando inicia mi perdición. Comienzo a besarlo y me devuelve el beso con la misma intensidad. Nunca podré cansarme del sabor de sus labios, de la suavidad de estos, o de como estos atrapan los míos, de como nuestras lenguas chocan por el control, o que me permita morder esa carnosidad.
Me aparto de él y lo observo con más atención. Lleva puesto un traje negro, una camisa blanca que lleva los primeros botes desprendidos, ya que está sin corbata.
- No se si lo he mencionado, pero estás muy sexy así vestido.
Lanza una carcajada, llevando su cabeza hacía atrás. Como me fascina verlo reír así.
- Me han llamado muchas cosas, sin embargo nunca con esa palabra.
Acerco mis labios a su oído. - ¿Sexy? - susurro. - Puedes decirlo, porque lo eres. - Me mira con atención, fijo. - ¿Estás listo para irnos? - pregunto cambiando de tema.
- Si. - responde. - Te iba a decir si me ayudabas con la corbata. No se anudarlas, y no es como si alguna vez lo haya necesitado.
- Yo creo que te ves bien sin ella, pero claro si quieres te ayudo a ponértela.
Me baja. - Creí que tú querrías eso....
Río, pero quedo sería al ver que lo dice en verdad. - ¿Crees que me importa algo tan estúpido como si llevas o no una corbata?
- Es que la rojita digo que era elegante.
- Lo que diga Elena me la suda. - digo con firmeza. - La idea de que tú y yo seamos los jefes es que nadie nos diga que hacer. - tomo su rostro entre mis manos. - Eres Cassian Markov. - hago una pausa. - Y yo pronto seré Arwen Markov.
Se queda observándome, sus ojos hacen como un "clic" y estos se tornan más oscuros y firmes. - Tú y yo haremos que ese apellido haga temblar a todos. - dice con esa voz áspera.
Sonrío con satisfacción al oírlo decir eso. Dejo un beso corto en sus labios. - Así se habla.
****
Elena vino por nosotros y nos subimos al auto junto con Mason y Viktor, quienes quisieron venir también. El chofer condujo continuando por la misma zona dónde se encuentra nuestra casa, a las afueras de la ciudad y hasta llegar a una enorme casa muy moderna y lujosa, que está toda rodeada de arboles tupidos que la cubren.
Bajamos los cinco del auto y nos encaminamos hacía la puerta, en la cuál hay un guardia con una planilla en su mano.
- Buenas noches. Elena Kozlova. - se anuncia. - Y la familia Markov.
- Bien, adelante. - nos informa luego de corrobra. Se hace a un lado para dejarnos pasar y nosotros entramos.
Una vez dentro observamos en lugar con atención mientras nos vamos adentrando más. El interior de la casa es igual que el frente, vanguardista, todo en colores blanco y negro. Las paredes son todas de vidrio, lo que le da una vista a todo el esplendido paisaje cubierto de nieve.
La fiesta está repleta de personas, pero son diferentes a las del evento que fuimos la ultima vez. Son más jóvenes, que por más que están vestidos elegantes y ostentosos, son más modernos y que parecen salidos de una revista de moda. Mujeres muy bellas y hombres muy sensuales.
Un camarero se nos acerca y nos ofrece copas de champagne. Cada uno toma una.
- Siento que estoy viendo un detrás de escena de una propaganda de perfume. - dice Mason.
- Aún así no te confíes, lindura, no todo lo que brilla es tan bonito. - comenta Elena sin dejar de lado esa amplía sonrisa.
- ¿Y dónde está la estrella de la noche? - pregunto.
Ella comienza a observar a su alrededor. - No lo veo.
Cassian suspira con pesar. - No nos vengas con que no vino. - se queja con fastidio.
- ¿Cómo no va a venir a su propia fiesta de cumpleaños? - dice Viktor.
- Es algo que él haría, no te creas. - menciona Elena.
- ¿Este tipo siquiera es confiable? - pregunto.
- En su trabajo es el mejor, en su vida privada no tanto. - responde la pelirroja.
- ¿Por eso no te casaste con él? - le pregunta Viktor.
Ella menea la cabeza. - Entre otras cosas... - pega un leve grito cuando un hombre se la aparece de atrás abrazándola y elevándola con un giro.
- Podría reconocerte a metros con esa melena. - dice el desconocido cunado la baja.
Elena le da un manotazo en el brazo. - Sabes que odio que hagan eso. - se queja molesta.
Él nos mira con una amplia sonrisa blanca y engreída. - ¿No me vas a presentar?
- Deberías tú saber el hombre de tus invitados. - lo regaña ella.
- Arwen Marshall. - me presento con mi semblante firme, extendiendo mi mano.
La toma y en lugar de estrecharla como creí que haría, deja un beso en está. Automáticamente mi vista se posa en Cassian, quién tiene la suya puesta en él y parece que está a punto de volarle la cabeza. Aparto mi mano disimuladamente antes de que haga su cometido.
- Benedikt Mikhailov. - se presenta.
Eso me temía...
- He oído mucho sobre usted, señorita Marshall. - sigue diciendo.
- Que ironía, porque yo nada de ti. - respondo.
- Pues ya conocerás más.
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Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)
Storie d'amore*SPOILERS "ATRAPADO CONTIGO"* Arwen Marshall es la hija del jefe del clan que domina la ciudad de Nueva York. Cuando cumple la mayoría de edad, lo ve como la oportunidad para conseguir lo que siempre ha querido... ser una de las mujeres más poderosa...