Capítulo 32

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Advertencia... Prepárense🔥🔥🔥

***

Y el día que yo más temía llegó... 

Hoy hace un año. Un año desde que mi corazón se sacudió y no volvió a ser el mismo, por más que quiera negarlo o minimizarlo. Solo cuando lo perdí me di cuenta de cuanto lo quería y que tanto lo tenía pegado en mi alma. Paso un año y un aún así sigo sintiendo su presencia. 

Lo más duro es que hoy también es el cumpleaños de Izan, mi pequeño sobrino. Creo que esto podría ser un buen resumen de la vida... en un día unos nacen y otros mueren. 

No fui a entrenar. Decidí tomarme el día. En cambio me quede toda la mañana en la cama, bajo las sabanas y las mantas. Peter se había ido a trabajar, así que quede sola. De todos modos lo necesitaba. Tenía la necesidad de llorar un rato sin que nadie me oyera o me viera. Llegue a la conclusión que hace bien llorar. Te libera de todo eso que tienes en tú pecho, que hace que te cueste respirar. Así que como me dijo Peter, me permití sentir, me permití llorar. 

Cuando mis ojos ya estaban muy hinchados y mi panza no dejaba de hacer ruidos de cavernícola, decidí salir de mi confinamiento y fui hacía la cocina para prepárame algo. 

Sonrío como tonta cuando veo una caja de bagels con una nota de Peter encima. 

"Cuando salga del trabajo iré a ayudar con la fiesta. Nos vemos haya. 

 Pd: No me hagas ir por ti. " 

Me preparo una taza de café y como mis bagels rellenos. 

Habrá una fiesta para el pequeño, en casa de mis padres. Tengo tanas ganas de ir, como de que me arranquen los pelos de las cejas uno por uno. Pero ni mis padres, ni mi hermano, ni Peter, me perdonarían si no voy. Además de que me preguntarían y no puedo decirles la verdad. Así que tendré que ir...

De seguro estarán tan absortos con Izan que ni notarán mi cara de querer morirme. 

Así que me visto como acostumbra. Un jean, unas botas bajas y su chaqueta, encima de una remera. Tomo las llaves del auto y marcho hacía casa de mis padres. 

Me puse música para distraerme en el largo trayecto, pero sin importar que sonara, mis pensamientos iba a él... y a esa ultima noche. Mis ojos se ponen llorosos cuando intento recordar su aroma a menta, pero no puedo.

Por suerte llegue a casa de mis padres antes de que me desviara y me aventara por un risco. 

Si, hoy es mi día sentimental. Se me apago un poco mi fuego con tantas lágrimas. 

Apenas entro se oye todo el barullo alegre de mi familia y noto que ya todos se encuentran allí, reunidos otra vez. Charlan animadamente, ríen, sonríen... o al menos casi todos. 

Distingo a Mason apoyado contra la pared, tiene sus brazos cruzados, una de sus manos rodea un vaso y su mirada la tiene fija en algo. Parece tan ido que ni siquiera pestañea. Sigo su mirada hacía dónde él lo hace, y ahí lo comprendo. Primero quedo en shock y se me forma un vacío en mi estomago que me hace querer vomitar. Luego, el enojo y la bronca se apodera de mi cuerpo con la rapidez con la que se enciende un cerillo. Allí está mi fuego que creía apagado. Veo el motivo del enfado de Mason, allí parado en la habitación, tiene una leve sonrisa en su desagradable rostro y en sus brazos sostiene a la niña esa que es su hija.

Nunca me había sentido tan herida, tan traicionada, ni molesta. 

Esto no es justo. Luego de que destrozo todo lo que teníamos, el asilo, nuestros equipos y armamentos, nuestra gente, Demian, Finn, que nos hizo tener que escondernos y huir, ahora hacen como si nada, les abrieron las puertas sin dudar, le perdonaron la vida, le dieron una segunda oportunidad, ¡a él!, que no se lo merece. Podía tolerar que Renn le haya perdonado la vida como un gesto de benevolencia hacía si mismo o nuestra madre, pero ¡no esto! No que lo incluyeran en la familia como si nada. Demian no tuvo una segunda oportunidad. Finn no tuvo una segunda oportunidad, pero él si, que fue el causante de todo. ¿Ahora se supone que lo tendré que ver en cada maldita reunión familiar? 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora