Capítulo 77

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Cassian

La fiesta de cumpleaños fue transcurriendo junto con la noche. En un momento Arwen se puso un tanto extraña y seria, pero eso desaprecio cuando empezó a beber cada unos de los tragos que nos traían a la zona vip dónde nos encontrabamos celebrando. 

Para ser que soy dueño de un pequeño club, nunca disfrute de la vida nocturna. Solo me gusta beber y esa sensación de que me pierdo entre la multitud. O puede que sea más ese sentimiento que me invade cuando estoy observando a todos desde esa zona más elevada a la que tenemos acceso nosotros nomás y que desde allí se puede ver todo, teniendo en control del lugar y de alguna forma también de las personas que están presentes. 

De más joven me jure a mi mismo que jamás permitiría que alguien volviera a ejercer control sobre mi. Eso fue lo que me impulso a aceptar la oferta de Arwen cuando se me apreció aquella noche en mi oficina. Me ofreció poder, estar por encima de todos en está ciudad, incluso en este país. Y eso era lo que yo más anhelaba. 

Era, si. Porque ahora algo desplazo ese deseo por otro. Y es el de estar a su lado, seguir siendo un equipo ella y yo. Conseguirlo todo, juntos. 

Ahí supe que mataría a cualquier infeliz que se atreviera a interponerse entre nosotros. Así tenga que acabar con todo el mundo, no me importa, no mientras ella este bien.  

Hacía un rato que estábamos con los demás del clan en el club, aguardando a que Arwen llegara. Y cuando la vi entrar con esa sonrisa resplandeciente y ese brilloso vestido, enseguida se me formo una sonrisa de idiota que por más que lo quisiera no podía quitar de mi rostro. Ella tan solo apareció y de alguna forma mi vida se ilumino. 

Demonios. Si que me he vuelto cursi este ultimo tiempo. 

¿A todo el amor nos hace así de estúpidos? 

****

Cuando comencé a notar que ya se le había ido la mano con las copas y que aún así seguía tomando, pese a que caminaba de forma tambaleante y decía incoherencias, fue la señal para llevarla de vuelta a la casa. Los otros quisieron quedarse un rato más, ya que faltaba poco para que cerrara el lugar. 

Arwen opuso resistencia, como era de esperarse, cuando la tome del brazo y la empecé a sacar de allí, pero sabía que me lo agradecería luego. Así que los dos regresamos juntos en uno de los autos que nos había llevado hasta la ciudad. 

Al entrar, todo se encontraba en completo silencio y estaba solo iluminado por la lampara de pie que dejamos encendida a un costado de las escaleras. 

- ¡No! - se queja ella tironeándome hacía atrás, mientras intento llevarla a rastras a la habitación, encaminándome hacía las escaleras para subir. - ¡La fiesta debe continuar! 

- Apenas puedes mantenerte en píe. 

- ¡Claro que si puedo! - protesta. - Quiero seguir bailando, ¡Volvamos! Aún quedaban unas canciones más. 

- Shsh, despertaras a tú padre y a tú tío. - la silencio. - Creerán que te estoy haciendo algo y me saldrán a los tiros. 

- Mi padre es de sueño pesado, podría estar cantando a todo pulmón con una banda de fondo y ni se percataría. 

- Aún así... 

- Aún así nada. - replica con firmeza, pero sin dejar ese leve tono de ebriedad. Ambos dejamos de hacer fuerza para nuestro lado y nos quedamos mirando en silencio. - Un ultimo baile. - me pide observándome con esos ojos brillosos. - Por fa, Cass...

Suspiro. Uso la palabra mágica. No puedo negarme a nada cuando me llama así. Y lo sabe. 

- Uno solo... - accedo, logrando que brinque emocionada hacía mi, abrazándome. - Luego subimos a la habitación y no opondrás resistencia. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora