Capítulo 108

1.3K 142 35
                                    

Una vez que termino de hablar con Renn, regreso a adentro para encontrarme a Cassian hablando con Izan, sentados en la mesa de la cocina. Al percatarse que estoy, ambos posan su mirada en mi. 

- ¿Y bien? - preguntan a dúo. 

- Tú padre ha accedido. 

- ¡Si! - exclama el menor eufórico, parándose y levantando sus brazos hacía arriba. 

- No te entusiasmes tanto que no te has ganado un viaje a Disney. - sentencio. 

- Y tú tía no es Minnie Mouse. - agrega Cass divertido. 

- ¿Estás seguro de que quieres esto? - le pregunto a Izan. - Necesito que me des una respuesta ahora, porque una vez que empecemos a entrenar no habrá marcha atrás. No permitiré que un muchacho me haga perder tiempo valioso. Si quieres volver a tú casa con tus padres y tus hermanos y seguir siendo un adolescente normal, este es el momento de decirlo. 

- No soy un adolescente normal. - responde con voz firme y segura. - Y no quiero serlo tampoco. Quiero ser alguien fuerte, que cuando la gente me mire me respete y que no me sigan viendo como un niño enfermo e indefenso que necesita cuidados. 

- Bien entonces. - hablo con satisfacción. - Ven, toma tus cosas que te enseñaré cuál será tú habitación. 

- Si. - se gira hacía dónde está su bolso apoyado en el piso, se lo cuelga al hombro y se acerca a mi. - 

Los dos salimos de la cocina y nos dirigimos hacía las escaleras, subimos y nos adentramos a la primera puerta. La habitación es una de las que da al frente de la casa. Tiene una cama grande, una mesa de noche a casa lado y un amplio armario. 

- Hace un largo tiempo que la habitación lleva vacía. - comento abriendo la ventana para que se renueve el aire. - Es por eso que huele a encierro. - lo miro y veo que está abrazándose a si mismo mientras tirita por el viento gélido que entra. Río. - Ya te acostumbraras al frío. 

- Hace mucho más frío que en Nueva York. - menciona. 

- Ni te imaginas. - agrego divertida. - Luego iremos a la ciudad, para comparte ropa para entrenar y algunas prendas térmicas, serán tus mejores aliadas. Y ya que estarás aquí por un tiempo podrías decorar la habitación como tú quieras. 

- ¿Enserio? - pregunta con una sonrisa. 

- Si, no veo por qué no. - respondo. 

- Gracias, tía Arwen. 

- Dejare que te instales y que descansas un rato, luego vendré por ti y te presentaré al equipo. ¿Si? 

- Si, gracias. 

Le dedico una leve sonrisa y salgo de la habitación, cerrando la puerta tras de mi. Bajo y vuelvo hacía la cocina, dónde Cass aún está sentado allí, fumando. Me siento a su lado. 

- ¿A que se refería con "niño enfermo"? - pregunta extrañado. 

- No se si lo recuerdas, pero Izan nació esa noche, ya sabes cuál, y nació prematuro. Al parecer eso le trajo algunas complicaciones en su salud, es por eso que lleva esa anomalía en los ojos, creo que también tiene asma y no se que más, ya me parecía que era más pálido aún que un Marshall normal. 

- ¿¡Has accedido a entrenar a un chico que es más propenso que los demás a que le de un ataque luego de dos días entrenando contigo!? - exclama exaltado. 

- No exageres, ni que fuera una dictadora como Stalin, no soy tan dura. - me sigue mirando estupefacto. - ¡Nada le sucederá!

- No quiero en mi consciencia que permití que explotaras hasta la muerta a un pobre muchacho. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora