Capítulo 90

1.2K 139 13
                                    

El tiempo pasó. Y antes de darnos cuenta con Cassian cumplimos dos años de casados.

¿Quién lo diría? Estoy segura de que muchos hubieran apostado a que no duraríamos, sobre todo por mi corta edad y nuestro breve "noviazgo", por decirlo de alguna manera porque no creo que hayamos atravesado esa etapa. Pero lo mejor y más sorprendente de todo, es que por algún motivo nuestra relación se potencio, funcionamos mejor que antes, y eso es algo que no creía posible.

Sin embargo sabemos separar el trabajo de lo personal, algo que nos costo un poco al principio, aunque no tardamos en darnos cuenta que afectábamos al equipo y nuestras tareas al dejar que nos dominen nuestras emociones. El clan es nuestra prioridad, es lo que siempre acordamos. 

Por otro lado, cuando estamos en la casa y solo somos esposa y esposo, nos dejamos llevar por ese deseo que venimos conteniendo de todo el día, porque si hay algo que no ha disminuido en estos dos años es lo que provoca Cassian en mi. Hasta incluso me atrevería a decir que me resulta aún más excitante. Ni mencionar ahora que algunas veces lleva traje, me vuelve loca. Aunque mi favorito sigue siendo cuando está completamente desnudo.

Tenemos nuestras discusiones y desacuerdos, como todo el mundo, no por algo ambos tenemos caracteres muy fuertes y mal llevados, pero no hay ninguna otra persona en el mundo con la que preferiría tenerlo que no sea él. Hasta nuestros pelitos son acalorados, que damos por finalizada la guerra civil teniendo sexo dónde sea que se este dando a lugar. Y eso me encanta. No nos decimos "Perdón", ni "Lo siento", o "perdóname", basta tan solo con que tome mis labios entre los suyos y que me coja con fuerza. Así se solucionan todos nuestros dilemas. No creo que haya una mejor forma. Y si la hay, no me interesa ponerla en practica. 

Sin duda tengo por esposo al hombre más sexy que conozco. Y soy muy afortunada de poder llamarlo mío. Yo me enamoré de alguien cuando estaba buscando todo, menos una relación. Estaba buscándome a mi misma. Y en ese mismo camino encontré a la persona que se ha vuelto mi mejor compañero de aventuras.      

En cuanto a los demás, podría decirse que se mantienen igual que siempre. Se ponen a discutir como niños si alguno se acaba el café de la cafetera y no vuelve a hacer, pero a la hora de estar en algún ataque se defienden a morir, lo que me llena de orgullo dado como empezamos. 

Mason y Benedikt siguen con su relación furtiva puertas para afuera, pero en su intimidad andan sin tapujos y viven su vida como quieren. Se mudaron juntos y usan la etiqueta "novio" para referirse al otro. La felicidad volvió por completo al rostro de mi querido primo, ese brillo inocente le regreso a la mirada, dejando atrás ese dolor lleno de angustia. Al fin tiene eso que siempre quiso y que tanto se merecía. Y lo encontró en Benedikt, quién nunca deja de mirar a su novio con una dulce sonrisa y esos ojos lleno de ternura. Para ambos es como ese primer amor, repleto de esos sentimientos tan nuevos de pasión y de descubrimiento del otro. 

Nikolai y Elena aún mantienen esas "discusiones" cargadas de tensión sexual que todos notamos, a excepción de ellos dos. Algunas veces se ponen a pelear con tanto énfasis que nos parece que están a un suspiro de besarse y hacerlo sobre la mesa de la morada, pero ese momento nunca llega y ambos lo siguen negando como los cabeza dura y necios que son. La pelirroja sigue saliendo con esos niños ricos que tiene como amigos, que no tardan en aburrirle luego de una cita o dos. Y Nikolai pasa su noche en esos club nudistas que solía frecuentar con Cassian, supongo que hasta que le agarre alguna enfermedad. Los dos se comportan como unos idiotas. No quieren aceptar que le gusta la persona que creían más improbable que les gustara. A ella un arrogante, despreocupado, que su oficio consiste en matar persona disparándoles con su arma; y a él una orgullosa, inteligente, mimada y consentida chica de sociedad. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora