Capítulo 57

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ADVERTENCÍA... CAPÍTULO🔥🔥

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Después de ese beso todo se volvió borroso. 

No se bien en que momento salimos del club, nos tomamos un taxi y regresamos a la casa, para luego subir hasta nuestra habitación, en la que no tardamos en volver a unir nuestros labios con cierta desesperación. 

Seguimos besándonos, mientras arrojo hacía un lado mis tacones altos y Cassian me ayuda a quitarme el vestido, que por la rapidez con lo que me desprendo de el pareciera como si este se estuviera prendiendo fuego, aunque así lo sienta de alguna manera. Entre tanto él se quita el abrigo, la bufanda y por ultimo el sweater negro, yo le desprendo el pantalón, después de que se sacara los zapatos con la ayuda del pie contario. 

- Estás helada. - dice entre beso, deslizando sus manos por mis brazos. 

- Entonces ayúdame a entrar en calor. 

- Cómo ordenes... pero eso te hará estar bajo las mías. 

- Creo que puedo permitirlo, pero has que valga. 

Sus ojos oscuros tienen ese extraño brillo, junto a esa sonrisa maliciosa que logra que se me erice la piel. 

Lleva sus manos a mi trasero y lo aprieta para levantarme de un tirón a la altura de su cintura, que me permite enlazar mis piernas en su cintura. Se dirige hacía la cama y me tira sobre está, Cassian queda parado frente a mi, observándome. Se acerca más y noto que entre sus manos tiene la bufanda que se saco hace unos minutos. 

- Extiende las manos. - dice con esa voz firme. 

- ¿Bromeas? - pregunto divertida. 

- Extiende las manos. - vuelve a repetir en tono autoritario, con su mirada sombría. 

Por mera curiosidad y deseo, hago lo que me dice. Rodea mis muñecas con la larga y suave bufanda, para luego hace mis brazos hacía atrás y atarlos al respaldo de la cama. Vuelve a quedar parado frente a mi, para observarme mientras se deshace de su ultima prenda. Recorro con la mirada su cuerpo entero, todo marcado, y descubro con maravilla que lo tiene tatuado. Creí que no podría calentarme más de lo que ya lo hace, pero me alegro saber de que lo logra. Se acerca más a mi y con tan solo un dedo de cada mano, me quita las bragas con una delicadeza que con el solo roce me recorre un escalofrío por todo el cuerpo. 

Cassian queda con su cuerpo macizo encima del mío, entre mis piernas abiertas. Acerca sus labios a mi oído. 

- Te dije que te iba a atrapar y que cuando eso sucediera no tendrías escapatoria. - me susurra. Su aliento me eriza la piel. - Está noche serás mía, su real emperatriz. - aleja su rostro para observarme directo a los ojos. Puedo ver esa malicia y oscuridad en ellos, son como abrir la caja de pandora. 

Las palabras no salen de mi boca, quedan atascadas en mi cerebro. Eso es lo que logra Cassian en mi. No creo que sea muy prudente darle este poder sobre mi, pero es que el deseo que me recorre el cuerpo no hay forma de apaciguarlo. 

"Está noche serás mía" - oír esas palabras salir de su boca no suenan tan mal. 

Sus labios otra vez aprisionan a los míos, mordiendo mi labio inferior y tironeando de este. Nuestras lenguas chocan en nuestras bocas por el control, aunque se que en está partida es Cassian quien lo tiene. Y por un extraño motivo, estoy bien con eso. El deseo ciega a las personas. 

Se aleja de mis labios para llevar los suyos a la parte trasera de mi oreja y dejar un beso allí, y así comenzar a descender por mi cuello que entre besos, en los que también succiona, lo muerde. Llega hasta mis senos a los masajea con una intensidad justa, en la que no hace daño, sino todo lo contario, mientras sigue descendiendo por en centro de mi cuerpo con cada beso. Comienzo a arder cuando deja unos mordiscos en el interior de mi muslo y mi espalda se arquea cuando pone mis piernas encima de sus hombros, y él desciende hacía mi vagina acercando su boca y lengua a mi clítoris y recorriendo toda mi zona baja. Cierro los ojos, disfrutando del placer que se extiende  por mi cuerpo.

- ¿Quieres que me detenga? - pregunta haciendo que abra mis ojos, me observa levantando la mirada, clavando esos ojos oscuros en mi. 

- Lo haces y te disparó. - respondo jadeante. - Tú sigue, que si algo me molesta te enteras por la patada que te daré. 

Sonríe con satisfacción y sigue. Una vez que estoy húmeda, introduce dos dedos en mi vagina y los mueve dentro de está, encogiéndolos y estirándolos, con un movimiento constante y delicado. Luego los saca y regresa sus labios a los míos. 

- Dime que tienes un condón. - me susurra al oído. 

- En la mesa de noche. - respondo con mi respiración entrecortada. 

- Buena chica. - dice sentándose encima mío y me da una palmada en el muslo. 

Estira el brazo y abre el cajón para sacar un condón. Lo saca del paquete y se lo coloca en su miembro ya duro. Cassian me suelta las manos, a las que yo enseguida llevo a su espalda, clavando mis uñas y deslizándolas en está para así aferrarme más a él, quién tiene sus manos en mis muslos tomándolos con fuerza. 

Nuestros cuerpos de unen, ambos están ardiendo mientras el sudor nos recorre. Tengo un millón se sensaciones, que me elevan y me llenan hasta llegar al límite e incluso superarlo. 

-  Hazlo. No te detengas. - le pido con su miembro dentro mío, penetrándome, mientras hace movimientos constantes que me hacen quererlo tener aún más dentro de mi, de una forma que no es humanamente posible, pero es que no me es suficiente. Nada de él me es suficiente. 

Hay una cosa que siento ahora mismo, pero que jamás admitiría delante de él, ni de nadie... Y es que lo deseo, como jamás había deseado a ningún hombre. 

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Saben que siento con respecto a estás escenas. Aún me cuestan un poco. 

¿Creen que se me paso la mano y fui muy vulgar? Ya sé que no es un erótico a los cincuenta sombras, pero bueno... vamos de a poco. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora