Capítulo 80

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Estamos tan solo a una semana de la boda. Y ya tenemos todo listo y en marcha. Creí que no estaría nerviosa, pero conforme pasan los días comienzo a alterarme un poco. Aunque por supuesto que no lo demuestro, porque el novio se va a alterar más de lo que ya está y no quiero que tenga una gran huida al estilo Carol. Se que es normal y ese día cuando vea que ya esta todo en orden se me pasaran estos nervios. 

Es tarde en la noche, cuando estamos con Cassian cenando solos los dos en el comedor. Los demás están con el tema de la mudanza, así que en estos días casi ni los vemos, salvo por la mañana cuando estamos en la morada. 

- Es extraño tener la casa tan en silencio. - digo.  

- Lo sé, hay mucha paz. - sigue Cassian. - Me gusta. 

- Cass... 

- ¿Me vas a decir que a ti no? 

Meneo la cabeza. - Buen punto. - seguimos comiendo en silencio. - ¿No crees que algo les habrá sucedido? 

- Claro que no. - dice. - Además, lo peor es podría pasar es que los secuestren, pero estoy seguro de que los soltarían en una zanga luego de tres minutos. Sobre todo a Viktor. Deben estar emborrachándose todos juntos en algún bar. 

- Si, tienes razón. 

- Lo sé. - afirma con una sonrisa arrogante. 

- Presumido. - digo divertida. Él ríe. - ¿Cómo estás para la boda? 

- ¿Enserio quieres hablar de eso? - pregunta con cara de preocupación, o mejor dicho de miedo. - El solo pensarlo hace que se me haga un nudo en el estomago. 

Frunzo el ceño. - Más te vale por la continuidad de tú vida, que no me dejes plantada en el altar. - sentencio. 

Me mira extrañado. - ¿Cómo podría? 

- A mi hermano lo dejaron plantado en el altar. 

- ¿Ah si? - pregunta sorprendido. 

- Si, ella huyo con su exnovio, al cuál aparentemente no superaba. 

- Pues yo no tengo exnovia de la cuál debas preocuparte, mucho menos una a la cuál no haya superado. Puedas estar tranquila en ese sentido. - hace una pausa. - ¿Y que hay de ti? ¿Alguien a quién deba tener bajo la mira para apuntarle? 

- Del unico hombres del que podrías preocuparte está muerto, así que...

- Lo lamento. - se disculpa apenado. 

- No tienes porque. Hay que decir las cosas como son... él está muerto. Ya acepte esa idea, no voy a hacer de cuenta que no lo está, porque sería como negar que existió. Y lo hizo, y estoy muy agradecida por eso, aunque nuestro tiempo haya sido breve. 

Queda observándome fijo. - No termina de maravillarme lo fuerte que eres. - agrega luego de una pausa. 

- No se si se trata de ser fuerte... 

Él está por responderme, pero es interrumpido cuando suena su celular. Lo toma.

- Nikolai. - responde al llevárselo a la oreja. Queda callado, mientras oye lo que su hermano dice al otro lado. Suspira. - Iré enseguida. - corta la llamada y me mira, parándose. - Tengo que ir al club, dice Nikolai que acaban de llegar unos hombres que quieren hablar conmigo y que no tienen pinta de ser una charla amigable. Se ve que quieren problemas. 

- Iré contigo. - me paro. - Y ni siquiera pierdas tiempo en intentar convencerme de que me quede. 

Sonríe de costado. - No pretendía hacer eso. Vamos. 

Fuego con Fuego (Mafia Marshall III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora