Capítulo XXIII

300 29 4
                                    

Mundo mortal

Narra Hela

Los brazos de papá se habían vuelto mi refugio, un lugar en donde me sentía completamente segura, había imaginado muchas veces el volver a verlo, pero nunca pensé que sería tan gratificante.

—¡Me lastimo mucho papá! – digo presa del llanto que me arraso cuando llego.

No he podido parar de llorar por más que lo intentase.

—Lo se mi niña, sé que te lastimo, pero no le des el triunfo de ver que gano, sos una diosa fuerte, tenes que ser fuerte por tu hijo sus palabras me remueven algo dentro.

Se que tiene razón en cada una de sus palabras, pero es tan difícil olvidar los momentos que pase a su lado, por más que me esfuerce en hacerlo.

El dios de la guerra todavía tenía influencia sobre mí, al punto de condenarme a vivir con miedo.

No se si no quiere escucharme o qué, pero cambia el rumbo de la conversación hablándome de Zagreo lo cual me alegra, siempre supe que iba a estar feliz por ser abuelo.

—¿Sabías de mí embarazo? indago ya que por como habla me hacen pensar que sí.

—¡Lo sabía si! En realidad, el primero en notarlo fue Rafael y él me dijo sus palabras me hacen sonreír de nostalgia.

En el fondo también deseaba ver a los arcángeles por más que hayan sido pocas las veces que compartíamos momentos eran importantes sin dudas.

¡No te vayas papá, quédate esta noche conmigo! le pido casi en modo de súplica.

Asiente dándome gusto.

Los minutos pasan y me niego a salir del calor de sus brazos —¿Y mamá? – pregunto cuando por fin dejo de llorar.

—Ella está bien, no debes preocuparte por ella – habla de una forma tan segura que me trasmite tranquilidad.

Se que en el fondo miente y que mi madre no debe estar nada bien después de perder a un hijo. Estoy segura que la muerte de Ercles le debe de haber afectado.

Paso saliva cuando su imagen seria y fría se proyecta en mí mente la cual divaga hacía la última vez que lo vi.

"Eres mi hermanita, como podría vivir sabiendo que te hicieron daño"

Recordar sus últimas palabras hace que el pecho se me oprima en un dolor sofocante.

—¿Efesio? ¿Ramk? ¿Riam? 

—Ellos también están bien, a Efesio no le he visto estos días, pero estaban todos junto a tu madre en puerto príncipe.

—¿Puerto príncipe? pregunto claramente sorprendida.

—Afrodita dejo el olimpo cuando supo que había sido Ares el causante de todo.

Me quedo muda ante sus palabras, jamás me imagine que mi madre podría hacer tal cosa, que lástima que no se atrevió a hacer hace dieciocho años atrás.

—Debemos volver al inframundo pequeña diosa – Hades ingresa en medio de la charla como si nada con nuestro hijo en brazos.

La diferencia de tamaño es algo a lo que no puedo acostumbrarme.

—¿Puedo tomarlo? pregunta papá atravesándose en el medio y asiento en lo que miro al dios quien se lo pasa con recelo, no sin antes besarle la frente a modo de despedida.

Rafael dijo que volvía al cielo! – habla en dirección a mi padre, quien se aleja dándonos un poco de privacidad.

—¿Vas a volver pronto? le pregunto cerrando los ojos ante el tacto de sus dedos, los cuales siguen mandándome una corriente eléctrica que me recorre todo el cuerpo.

ZagreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora