☪Capítulo XLIV

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Ecresio

Mis manos estaban llenas de sangre, pero era lo que menos me importaba. Solo quería volver rápidamente a la habitación.

Tenía la cabeza hecha un lio y el corazón me dolía.

Creo que lo que más me afecta es saber que no tiene la culpa, que, si dice que solo sigue órdenes, así es. Esa siempre fue su vida, seguir las ordenes de su padre. Esas mismas ordenes nos había separado en el pasado y nos separaron ahora.

—¡Déjame solo!pido cuando siento la puerta abrirse.

Me ignora y se sigue adentrando.

—¿Tanto te afecta que se case con alguien más? – suelta.

Me obligo a mirarlo.

No es la primera vez que sus ojos están de color rojos siendo humano. Pero es la primera vez, en todos estos años, que desconfiaba de mí.

Porque de los dos, él siempre confió.

—No es alguien más, es mi hermanarespondo en el mismo tono. —No espero que lo entiendas.

No espero que nadie lo haga, en realidad.

Nadie sabe, ninguno conoce como fueron las cosas y mucho menos, comprenden lo que se siente saber que la primera persona que amaste, la cual te rompió en dos, se va a casar con tu hermana.

—¿Sigues sintiendo algo por él? pregunta.

Muevo la cabeza en forma de negación. Nunca estuve más seguro de algo en mi vida, como de que dejé de sentir cualquier cosa por Persio desde que él entro en mi vida.

—No me mientas y mírame cuando te hablo.

Levanto la vista del suelo. —No miento, jamás te he mentido.

Y sabe que es verdad, siempre fui sincero, siempre le conté todo sobre mí.

—¿Y entonces?

—¿Entonces qué?

Sus ojos vuelven a la normalidad mientras se acerca.

—¿Qué nos pasa? intenta tomarme, pero no me dejo.

Es un acto reflejo. Algo que me sale desde el interior, y no es por la cuestión de la boda, es por...

—No pasa nadaalego.

Prefiero callar, no tengo la más mínima intención de comenzar a discutir con él.

No hoy.

—¡Todos son más importantes que yo! – me echa en cara. —Siempre hay alguien que sabe más que yo. Se supone que somos un equipo, una pareja y aun así no lo parece.

—¿De verdad quieres saber que mierda me pasa? – exploto.

No es algo que se oculte tan fácil. Tengo cada palabra estancada en el pecho y en lo profundo del alma.

—Es lo que te estoy pidiendo hace días.

—Te quedaste sin hacer nada y dejaste que un niño se manche las manos – suelto.

Y el alivio viene, pero no se siente como me lo imaginaba.

Silencio.

Mis palabras causan silencio.

—Era mi jodido hermano Ecresio ¿cómo pretendías que lo mate a sangre fría? – su voz cambia. Puedo sentir el dolor en ella y me odio por eso.

—Liam... él también era mi hermano y ese demonio lo mato. Frente a nosotros. Tuvimos que ver como se desangraba y como la vida salía de su cuerpo.

—Me importa una mierda ese tal Liam – suelta y me alejo aún más después de escucharlo. —No lo conocía. ¿Entiendes eso? Pero si conocía a Asmud, desde hace siglos, miles y miles de siglos. Él demonio que tanto repudias era mi hermano y no se vos, pero yo no voy por la vida matando a mis hermanos.

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