☪Enigma II

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☪Zagreo

La habitación estaba sumida en la penumbra. La luz era escasa pero lo sentía, sentía a Seth. Todos estos días, estuve anhelando que volviese. Las ansias por volver a verlo me estaban consumiendo al punto de no poder pensar en otra cosa.

—¡Volviste! – exclame feliz.

Una felicidad que no es común en mi. Que no suelo sentir con otras personas a excepción de mis padres y de mi tío Adrish.

—Volví - habla apareciendo delante de mí.

Me sonríe y nuestros ojos se conectan íntimamente. Puedo jurar que quieren gritarme un montón de cosas. Se aparta yendo hacia la cama, dejándose caer sobre ella.

Su forma de ser llama demasiado mi atención, se comporta como si en verdad nos conociéramos. Y siendo sincero, me alegra conocerlo. Me alegra tenerlo como amigo.

—Dime Zagreo ¿Qué has hecho estos días? – pregunta.

—No mucho en realidad – me dejó caer a su lado. —Ayudar a mi mamá y acompañarla a una fiesta.

—¿La amas mucho? – pregunta.

—¿A quién?

—A tu mamá.

—Claro que lo hago, es una diosa muy fuerte, ah y muy bella – comienzo a contarle sobre mamá.

Me escucha atentamente mientras me hace preguntas sobre ella. Por primera vez revela algo sobre si mismo contándome también sobre como es su madre. Y soy feliz de escucharlo.

—Se nota que también amas a tu madre.

—Claro, tanto como vos.

Nos quedamos en silencio mirando a la oscuridad que nos rodea. Una oscuridad que nos llama, nos reclama como parte de ella. Y no soy el único que lo siente, estoy seguro que el niño a mi lado también.

—Dame un recorrido – pide.

Lo miro sin entender a qué se refiere.

—¿Un recorrido? – pregunto. —¿Por dónde?

—Si, por el Inframundo.

—¡Son las dos de la mañana! – exclamo.

—¿Tienes miedo?

—Claro que no, ven.

Comenzamos por la sala del trono, seguimos por la sala de entrenamiento y continuamos por cada uno de los ríos que componen el lugar.

—¿Te gusta?

—Si – hace una pausa. —Es más grande de lo que me imaginé.

Su respuesta me causa gracias y mientras seguimos hablando, emprendemos el regreso al inframundo.

—Zagreo – me llama.

—¿Qué?

—Váyanse – suelta y freno. —Saca a tu mamá de acá y llévala lejos.

Lo tomo del brazo cuando mis alertas se prenden.

¿Qué carajos le pasa?

¿Por qué me dice eso?

—¿De qué mierda me hablas? – increpo.

—Sabes, me he dado cuenta de lo genial que sos y de que no mereces nada de lo que se viene.

—Sigo sin entenderte.

Mi molestia es evidente.

—Vete y si quieres protegerla, llévala con vos.

Y se esfuma en el aire sin dejarme decir nada.

Vuelvo al inframundo con un momento de dudas y con la certeza de que está fue la última vez que voy a volver a ver al niño de ojos llamativos.



☪Seth

Deje el inframundo con un dolor en el corazón.
Me escabullí por el olimpo hasta llegar al palacio en el que vivía con mi madre.

Pase por su habitación para cerciorarme de que todo esté bien con ella y dejé un beso en su frente antes de irme a mi habitación.

No le mentí a mi hermano cuando le dije que amaba a mi madre, no le mentí en nada en realidad. Lo hago más que a mi propia vida. Para mí, mi mamá es una mujer hermosa, fuerte y brillante.

Y es por ella que voy a hacer lo que tenga que hacer.

—Seth – la voz de mi padre me hace detenerme. —¿Dónde estabas?

El dios de la guerra es tan imponente que su presencia siempre me causa cierto  temor, pero mi relación con él es tan magnífica como la que tengo con mi mamá.

Ares es mi padre, no biológico, pero si por elección.

—Padre – me inclino. —Solo estaba dando una vuelta.

Miento.

O no en realidad, si di una vuelta pero una muy lejos de casa.

—Es tarde – acaricia mi pelo. —Vete a dormir.

Asiento incapaz de llevarle la contraria.

Ingreso a mi habitación y me dejó caer en la cama trayendo conmigo los recuerdos de las últimas horas.

Zagreo

Mi querido hermano, a quien la vida me quitó. Ir a verlo fue un error, pero no pude contenerme. Cómo tampoco pude contenerme el advertirle que se valla del inframundo.

No quiero que mis padres lo lastimen, quiero protegerlo. A pesar de tanto odio, llevamos la misma sangre.

Cierro los ojos intentando dormir.

El peso que sentía se fue al advertirle. Más de eso no puedo hacer, queda en él si me hace caso o no. Porque las cosas son claras, muy claras.

Voy a tomarme el inframundo, voy a sentar a mi madre en el trono y voy a reinar, porque es mi derecho como príncipe infernal.

ZagreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora