Mundo mortal
Narra Hela
Últimamente me he sentido plena, completa.
El amor de papá, de los arcángeles, del sabueso, de Hades y por sobre todo de Zagreo han logrado curar cada una de mis heridas.
Me levante intentando hacer el menor ruido posible, papá había vuelto al cielo, pero Rafael y Uriel se quedaron para que no esté sola.
Cosa que les agradecía.
La soledad no me hacía para nada bien y hace ya varios días que no veo a Hades ni a Adrish, entiendo que el inframundo consume su tiempo, pero aun así nos hacen falta.
Demasiada falta.
—¡Déjame te ayudo con eso Hela! – habla el segundo arcángel de repente mientras reniego intentando encender el fuego del hogar a leña.
Si bien no hace frio, el ambiente cálido es algo que Zagreo ama por lo que siempre intento prenderlo antes de que se levante.
Según papá es debido a que una parte de su ser reclama la calidades del inframundo. El solo hecho de sobre pensar esa idea me da escalofríos.
—¡Gracias! – alego mientras voy a preparar un poco de té para ambos, el sol recién está saliendo por lo que solo se pueden escuchar a los animales afuera.
Se sienta a mi lado una vez que termina y me remuevo incomoda cuando me percato de que no deja de mirarme.
—¿Pasa algo? – indago.
—No, lo siento – se apresura a responder apartando la mirada y centrándola en la taza. —Es solo, dios quisiera que te veas con los ojos que nosotros te vemos, irradias perfección.
Sonrió nerviosa ya que me ha dejado totalmente sorprendía. Jamás me sentí de esa forma mucho menos después de lo que viví junta al dios de la guerra.
—Gracias, pero eso no es cierto.
—Claro que lo es, como osas pensar lo contario.
Su mano recae sobre la mía y la aprieta suavemente antes de continuar hablando...
—Nunca pudimos decirte esto, pero jamás estuvimos de acuerdo en que Miguel te envié a puerto príncipe, por el contrario, te queríamos en el cielo – sus palabras vuelven a sorprenderme y le sostengo la mirada cuando sus ojos avellanas vuelven a mirarme. —Cuando supimos de tu nacimiento, y sé que hablo por todos mis hermanos, te amamos y solo deseamos una cosa y era cuidarte.
—¿Enserio? – es lo único que puedo articular. Los ojos comienzan a picarme por la calidez que se instala en mi pecho, de estar completamente sola pase a tener tíos y una familia.
—Por supuesto niña, sé que no cumplimos eso, sé que te lastimaron y no fuimos capaces de encontrarte a tiempo, pero recuerda que siempre vamos a estar para ustedes, mis hermanos y yo daríamos nuestra vida con tal de que estén a salvo.
Lo abrazo antes de que termine de hablar, sus palabras me reviven y se lo agradezco silenciosamente.
El pecho se me infla de orgullo al notar que poco a poco vuelvo a ser yo misma, la vieja Hela, aquella que no le temía a nada ni a nadie.
La Hela que no se esforzaba por aparentar, la que realmente era feliz.
—Lamento interrumpir, pero el pequeño príncipe se despertó – entra Uriel obligándonos a separarnos, trae en brazos a Zagreo quien tiene los ojos bien abiertos, como si quisiera comprar que todo esté bien.

ESTÁS LEYENDO
Zagreo
FantasyLa guerra dejo solo caos y destrucción. Los años habían pasado y la hija del arcángel seguía desaparecida mientras que el dios del Inframundo movía cielo y tierra para encontrar a su amada. La luna roja marco un ante y un después, una profecía, amor...