Inframundo
Narra Adrish
"Incluso amo cada uno de tus defectos
Pues la suma de ellos es lo que te hace perfecto" - SubzeEn un abrir y cerra de ojos todo se volvió a complicar, es como si el orden hubiese dejado de existir en el inframundo.
Los días han pasado volando después de la dichosa fuga y hemos estado tan ocupados en buscarlos, que ni siquiera he podido darme el tiempo de hablar e intentar arreglar todo con Ecresio.
Hades nos había dado órdenes claras de encontrarlos, por lo que hemos estado yendo y viniendo con el hijo de Eros sin descanso, prácticamente volvíamos solo para dormir.
Lo único bueno es que este tiempo lejos me ha servido para centrar mis ideas y sentimientos.
Se que cometimos un error, uno muy grave, nos alejamos al punto de no darnos el voto de confianza que el otro necesitaba, por lo que ambos tenemos que buscar la forma de remediarlo si es que queremos seguir apostando a lo nuestro.
Debo reconocer que toda esta situación nos lastimo demasiado, pero que, aun así, no fue capaz de apagar el amor que sentimos el uno por el otro.
Nunca estuve tan seguro de algo como lo estoy del amor que siento por el dios berrinchudo, así como también puedo notar todo lo que sus ojos denotan cada vez que me ven.
Niego mentalmente ya que parezco un acosador mirando al dios berrinchudo a lo lejos, esta tirado en el pasto del que sigue siendo nuestro lugar especial, con la vista fija en el cielo.
Se ve hermoso y lo menos que quiero es romper la paz que lo rodea. Pero necesito de él. Necesito arreglar las cosas a como dé lugar.
Camino en silencio pensando como empezar a hablarle, con él eso siempre ha sido fácil, pero en estos momentos no creo que se dé tan natural, no soy tonto como para no notar la pequeña barrera que nos separa.
—Pensé que jamás ibas a salir de ahí – su voz inunda mis oídos después de tanto tiempo haciéndome frenar en seco.
Todos mis sentidos se ponen alerta y acelero el paso para llegar a su lado lo más rápido posible —¿Cómo es que...?
—Puedo sentirte, no me preguntes por qué, pero cada vez que estas cerca algo en el ambiente cambia – me interrumpe.
Y sé que no miente ya que yo siento lo mismo, en tan poco tiempo entablamos una relación tan fuerte que nuestras auras se reconocen y reclaman por si solas.
Son almas gemelas
Recuerdo las palabras de Hela mientras tomo lugar a su lado sin agregar nada, los nervios se apoderan de mi e intento recordar lo que hablamos y practicamos con la diosa hace unos días.
Hela había sido de gran ayuda a la hora de aclarar mis sentimientos, me había ayudado a darme cuenta de lo que realmente quiero y es al dios que está a mi lado para toda mi existencia.
—¡Lamento todo lo que paso! – es él quien habla primero y me golpeo mentalmente por eso.
—También lo lamento – me apuro a decir, siento el peso de su mirada, pero no puedo levantar la mía del suelo. —No debí actuar de esa manera, ni muchos menos tratarte así, estaba celoso.
Confesarle como me sentí en ese momento no está siendo para nada fácil, pero sé que debo hacerlo.
—Todo esto es algo nuevo para mí, aún hay cosas que no conozco y situaciones en las que no sé cómo actuar – comienzo a largar todo lo que tengo atorado dentro.
—Adrish...
—¡Por favor no me interrumpas! – pido y tomo una bocanada de aire para continuar —Soy un jodido sabueso infernal, no sé de sentimientos, jamás tuve una pareja a quien amar, lo más cerca de eso es Hades y Anubis, pero con ellos el sentimiento es distinto.
—¿Me amas? – su voz suena sorprendida y me atrevo a mirarlo a los ojos.
—Lo hago, te amo - sus ojos se cristalizan al igual que los míos. —Ese día cuando llegaste y me alejaste, no sabía cómo ayudarte, no me decías que te pasaba por lo que no podía encontrar una solución. Y entonces apareció el hijo de Poseidón y tu actitud con él nublo mi juicio.
—Él no significa nada para mí – se apresura a decir y le sonrío. En el fondo sé que miente, el hijo del dios del agua siempre va a ser importante en su vida.
—Quizás no lo sea, pero ese día parecido otra cosa – aparto la mirada a las turbias aguas.—Me fui del inframundo porque no podía soportar el dolor que me crecía dentro, ni mucho menos que lo elijas a él antes que a mí.
—Jamás haría eso, jamás lo elegiría a él, porque yo también te amo – confiesa y siento su mano sobre la mía, cierro los ojos ante lo bien que se siente que nuestras pieles choquen.
Extrañaba esto, su cercanía, su voz, su esencia.
—Según el arcángel Miguel eran celos, yo, el sabueso del inframundo sufrió un ataque de celos – digo riendo. —Lamento todo lo que paso entre nosotros, te juro que lo único que quiero es volver a estar a tu lado.
Levanto la mirada en busca de sus ojos y el beso que me planta me sorprende al punto de dejarme sin aliento, tardo unos segundos, pero se lo correspondo.
Nuestros labios se mueven en sincronía haciendo que una sensación de paz crezca en mi interior. Lo tomo de la nuca para profundizar el beso y es la falta de aire la que nos obliga a separarnos.
—No hay nada que desee más que volver a tener lo que teníamos – habla agitado. —Te he extrañado tanto, estar lejos me estaba matando, lamento de veras que por mi culpa sintieras eso, no hay nadie más que vos en mi corazón.
Vuelvo a unir nuestras bocas sintiendo como todo a nuestro alrededor comienza a alinearse.
—Se mío, se mi novio – pido tomándole el rostro con ambas manos. Lejos de estar sorprendido sus ojos se iluminan como si fuesen dos luces.
—He sido tuyo desde que curaste cada una de mis heridas – responde.
Sonrió ampliamente ante su respuesta y lo atraigo hacía mi envolviéndolo en un cálido abrazo.
—Estoy feliz – confieso. —Tenerte me hace feliz Ecresio.
—¡También estoy feliz!
Por más que las cosas estén complicadas a nuestro alrededor, su perdón y que, por fin lo que tenemos tenga un título me llena el alma.
ESTÁS LEYENDO
Zagreo
FantasyLa guerra dejo solo caos y destrucción. Los años habían pasado y la hija del arcángel seguía desaparecida mientras que el dios del Inframundo movía cielo y tierra para encontrar a su amada. La luna roja marco un ante y un después, una profecía, amor...