Capítulo XL

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Inframundo

Narra Hades

Mis manos se aferran a su cintura mientras ella se mueve sobre mí. Nuestros cuerpos encajan a la perfección, no me canso de verla ya que es lo más hermoso que existe.

—Joder, pequeña diosa - gemí cuando no aguante más y me libere dentro de ella.

Su cuerpo desnudo cayó sobre el mío y la envolví entre mis brazos. Amaba sentir el calor de su cuerpo sobre el mío, pero más amaba tenerla a ella a mi lado y despertar juntos todos los días.

—Buenos días Hades - susurro con picardía. Apoyó una mejilla en mi pecho cerrando los ojos. Sé que disfruta de escuchar los latidos de mí corazón.

—Buenos días mi reina - respondo en el mismo tono.

Le beso la frente mientras la abrazo lo más fuerte que puedo.

—Tendríamos que levantarnos - dice.

—Un ratito más - le propongo. No quiero compartirla con nadie, no quiero que nadie la vea, más por la hermosa noticia que me dio anoche.

Volver a ser padre era una idea que me aceleraba el pulso y hacía feliz. No pude disfrutar de su primer embarazo mucho menos consentirla. Por lo que le bajaría el cielo y pondría el mundo a sus pies en esté.

—Por lo menos hay que vestirnos, Zagreo podría venir en cualquier momento - se remueve y la suelto.

Tiene razón.

Mi hijo tiene el don de ser inoportuno.

Nos vestimos y volvemos a la misma posición. Tres segundos después la puerta se abre y un torbellino de ojos negros se adentra a la habitación.

—¡Mami! -grita saltando a la cama.

Me aparta adueñándose de la mujer pelirroja mientras que está le besa el rostro repetidas veces.

—Hola papi - saluda cuando por fin se percata de mi presencia. Se medio separa de su madre para dejar un beso en mi mejilla y vuelve a lo que reconozco como su lugar seguro.

Los brazos de mi pequeña diosa.

—¿Me amas? - le pregunta agarrándole la cara con sus pequeñas manos.

—¡Más que a mi vida! - le responde ella.

Su intercambio me enternece y los rodeo en un abrazo. Zagreo se queja, pero termina cediendo. Su pequeño cuerpo queda entre su madre y yo.

Y reconozco que no puede existir nada mejor.

—Tenemos que decirte algo - le hablo llevando mis manos al vientre de su madre, quien me mira ilusionada.

—Ya lo sé papá - responde. —Voy a tener un hermanito, mami está embarazada.

Me quedo sin palabras.

—¿Cómo lo sabes? - le pregunta ella igual de sorprendida que yo.

—Puedo sentirlo hace dos semanas - responde haciendo el número con sus dedos.

Me aparto ofendido y molesto conmigo mismo. No puede ser que todos presientan tal cosa y yo. Algo debe andar mal, siempre soy el último en enterarme.

—Con el tío Rafa apostamos a ver cuánto demoraba papi en darse cuenta - suelta hablándole a la madre. —Gané yo - agrega feliz.

Es demasiado para mi orgullo por lo que me levanto por un baño. No sé cuánto tardo, pero salgo y están en la misma posición.

—Prepárate para ir a entrenar Zagreo - le digo y asiente despidiéndose de su madre.

ZagreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora