Sabueso Infernal

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Pasado

Narra Adrish

Vida y muerte.

Luz y oscuridad.

Lo malo y lo bueno.

La tarde estaba cayendo mientras que mi mente deseaba cosas imposibles, cosas que alguien como yo no iba a poder vivir, experiencias tan triviales como disfrutar de un helado mirando el atardecer.

Fui creado con un único propósito, servir a los dioses.

En realidad, debía servir a un dios en particular, por lo que lo demás, solo podrían ser alucinaciones de una mente corrompida.

Aunque, no me sentía así de ninguna manera, no iba a ser un ser malo por tener ilusiones, mucho menos por sueños.

—¿En qué piensas Adrish? la voz gruesa de mi creador suena a mi espalda.

No puedo evitar el pararme firme, al fin y al cabo, soy solo un soldado más, una pieza necesaria para su plan.

—En nada mi señormiento ya que me siento ridículo.

Sus ojos me recorren descifrándome, la mirada se le torna roja y por inercia agacho la cabeza —¡No me mientas sabueso!grita paralizándome.

No es su culpa, solo que no puede confiar en los de mi clase, según él, solo somos traicioneros y desleales.

Por más que quiero no puedo apartar la vista del piso y por unos segundos odio el hecho de que sus ojos tengan tanto poder en mí.

—Solo pensaba lo grato que sería vivir lo que ellos viven me sincero levantando la vista.

Mis ojos se clavan en un pinto fijo, sin dejar de ver lo que los humanos están celebrando.

Una boda.

Una tonta y simple boda.

Él vestido de traje y ella, con un hermoso vestido blanco, el lugar lleno de flores y todos los presentes irradian felicidad.

—Eso no es propio de alguien como vos, tu deber es vivir y morir por el inframundo, ayudar a mi hijo en su tarea, nada más – su condescendiente voz retumba y sé que tiene razón.

—Lo se señor, jamás aspiraría a algo más me disculpo inclinándome, pero me pasa por alto como si no le importara.

Sígueme, voy a presentarte a mis hijos y a tu rey demanda y no dudo en obedecerlo.

Camino en silencio, detrás de él, mientras lo detallo.

Me dobla en tamaño, su cabello es negro y sus ojos siempre se mantienen rojos, dejando en claro quién es y el poder que tiene.

Cronos, dios padre del universo..

—Ellos son Zeus, Ares, Dius, Hera y Hades, mis hijos me presenta a los cinco y hago una reverencia en señal de respeto que solo uno me devuelve.

Hades, mi rey, el próximo regente del inframundo.

Hades - llama a su quinto hijo quien da un paso al frente.

No tiene la postura de sus hermanos, se ve más despreocupado, más sereno, más libre – este de aquí es Adrish, tu sabueso infernal.

Paso por alto el peso de sus palabras y la opresión que me mandan al tórax.

El "tu" queda rondando en las paredes de mi mente, por más que sea costumbre, detesto el hecho de que me trate como un objeto, como algo, como un ser sin valor alguno.

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