CAPITULO 27
ZANDER
Ella desapareció y no quise seguirla.
La había asustado. Perfecto.
Bueno, ¿no era eso lo que quería?
Frustrado abrí la ventana y salí, cerrándola lo más suavemente posible. La primera indicación de Opal había sido que me alejara de ella, por lo tanto era la primera que debía romper.
Quería estar cerca de ella casi tanto como quería robar almas, ¿lograban entenderme? Ella ejercía una atracción sobre mi tan fuerte, que era casi inevitable. Cuando estaba alrededor podía despejar mi mente y respirar en paz, solo un momento.
Pero también tenía una tentación de matarla…
Era un dilema.
Camine por el tejado en cuclillas. Mi habitación estaba en el pasillo al otro extremo de la de Alexandra. Su aroma a gardenias lograba guiarme desde kilómetros de distancia. Claro, el ardor insoportable de mi daga ayudaba un poco.
Después de casi 10 minutos de andar saltando ventanas y corriendo en terreno irregular, logre llegar a mi ventana. La abrí y ahogue una maldición por el chirrido. Entonces la cerré a mis espaldas.
Debía de admitirlo. Opal había dejado una linda habitación.
Claro.
Mi habitación no tenía nada. Eran paredes en blanco, desnudas, sin una cama, sin muebles, sin nada. Parecía más un cuarto abandonado que una habitación. Incluso olía a viejo y a polvo.
Mi caja estaba en el suelo, así que me apresure para abrirla. Tosí un poco después de inhalar suficiente, pero me estaba sintiendo cansado. Podía sobrevivir con esto, pero necesitaba almas nuevas. Y dudaba que me dejaran salir de este castillo. No tendría ningún inconveniente en salirme ahora mismo, pero estaba confundido por el comentario de Lisandro. Que intentara salir del castillo.
No tenia sueño, de todas maneras yo no dormía casi nada. Podía pasar semanas sin dormir y estaría igual de bien. Así que salí nuevamente por la ventana.
Sin saber muy bien que estaba haciendo decidí saltar al jardín. EL viento frio y congelado me rozo los brazos y la cara al caer. Se sintió como cuchillas cortándome ferozmente.
Una vez en el suelo camine con las manos en los bolsillos. Estaba oscuro y solamente la luna iluminaba el sendero que recorría. Rodee el castillo, pegado a la pared y llegue a un jardín largo que desembocaba en un bosque tupido y siniestro. Me recordaba a bosques de historias de terror.
Me recordaba al infierno.
Al recordar a Kalem sentí que todo el aire abandonaba mi sistema. Cerré los ojos y maldije una y otra vez.
El tiempo se estaba acabando.
Tenía que salir de este maldito castillo y encontrar el pueblo más cercano. Tenía que conseguir un portal y buscar la manera de entregarle el dinero a Kalem. Lo conocía y sabia que si no le pagaba…el cumpliría su palabra.
Estaba condenado.
Confiado en que si entraba al bosque nadie me vería desde el castillo, corrí lo más rápido que pude, dejando a la mierda de ellos…
Me detuve, derrapando en la tierra.
Un lobo furioso, con sus fauces abiertas y sus relucientes ojos azules me gruñía ferozmente.
Bien, podía golpearlo si, pero me estropearía mi ropa. Y si regresaba con…
¿Y si no regresaba?
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Nightmare
FantasyHace mucho tiempo, dos grandes deidades nacieron. Una guardiana de la vida y un guardián de la muerte. Ambos vivos en cuerpos mortales, sin conocimiento de quienes eran, ni de donde vinieron. El destino ya estaba escrito. Jamás se encontrarían en su...