CAPITULO 13
ZANDER
Mi respiración se detuvo por completo y mis ojos perdieron la visión. En un instante, estábamos rodeados de demonios que Kalem había convocado. Había temblado de terror por la perspectiva de la muerte. Jamás le había temido, jamás había temido de nada.
Pero al pensar que Alexandra pudiera quedarse en el infierno…
Tuve miedo.
Nos rodearon por todos los ángulos y ella se cubrió con mi cuerpo. Jamás debió de seguirme, jamás debió de hacerlo. No me cabía en la cabeza como había corrido tan deprisa, o porque ella corría tan deprisa como yo. ¿Era humana? ¿Si era humana como corrió tan deprisa?
¿Sería alguien como yo?
Deseche esa idea tan pronto como la pensé. Ella no era una asesina. Alexandra jamás mataría a nadie. Por favor, era estúpido siquiera pensarlo. Ella no era como yo, seguro, pero era algo.
Era Alexandra, hija de la luz.
¿Qué demonios se suponía que significaba eso?
¿Y quiénes eran ese par de…angeles?
Una joven insoportablemente bella. No pude evitar recordar a mis hermanastras al verla. Ojos color violeta y cabello largo y liso del color del ébano. Portaba un carcaj de flechas y con ellas derribo a los demonios.
Aun no comprendía. No comprendía ninguna maldita cosa de lo que acaba de pasar. Unas simples flechas no son capaces de derribar a los demonios. Están compuestos de materia gaseosa. Puedes tratar de herirlos y su piel se desvanecerá al contacto. Es ilógico.
Pero estos cayeron. Lo que me llevo a pensar si las flechas no estarían…
No, claro que no.
Su acompañante me resultaba familiar. Era una tremenda sensación de deja vu que no podía negar. Sentía que ya lo conocía aunque jamás en la vida lo hubiera visto. Nos miro con reconocimiento y con terror. Yo estaba acostumbrado a esa clase de miradas, al menos con la segunda.
¿Pero ella? ¿Por qué nos miro con miedo, incluso con pánico?
¿Y porque nos defendieron?
El roce de sus manos, provoco una sacudida tan fuerte, que termine absolutamente mareado. Una luz blanca nos rodeo y por un breve momento sentí que flotaba.
Al siguiente, me encontraba en el mismo callejón de siempre. Tirado en el suelo. Alexandra estaba a unos metros, tratando de incorporarse.
Y nuestros héroes se habían marchado.
Refunfuñe para mis adentros, pero luego reaccione, abrumado. ¿Alexandra estaba bien?
Me levante tan deprisa como pude y corrí para ponerme a su lado. Ella gruñía y se movía en el suelo mohoso. Sus ojos se enfocaron en los míos y tembló.
-Tranquila, tranquila-susurre calmándola. Era algo ridículo, mi propia voz infundía miedo- ¿estás bien?
Ella asintió, lentamente y después se sentó. Me abstuve de ayudarle a levantarse. No quería asustarla más.
-¿Estás bien?-susurro, volteando a verme.
¿Qué si yo estaba bien? ¿Lo decía en serio?
-¿Qué?-le respondí, riéndome-¿Qué si yo estoy bien?-me separe de ella, furioso-¿Cómo puedes preguntarme eso? Como…como…-suspire, sonriendo-eres increíble.
Alex me vio confundida y un poco asustada. Moví rápidamente la cabeza y trague saliva con dificultad. Antes de que me fuera, quería dejar claras las cosas. No quería que esto se repitiera jamás, nunca en lo que me quedara de vida.
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Nightmare
FantasyHace mucho tiempo, dos grandes deidades nacieron. Una guardiana de la vida y un guardián de la muerte. Ambos vivos en cuerpos mortales, sin conocimiento de quienes eran, ni de donde vinieron. El destino ya estaba escrito. Jamás se encontrarían en su...